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Estabas enfadada con tu jefe, nunca habías estado tan enojada.
Wesker te había mandado a la ciudad (cerca de Raccoon City) por algunas cosas, y bueno, no pensaste que tardaría tanto. Llegaste tarde, tanto que el bus sólo te había dejado a medio camino, sí, tuviste que caminar hasta la comisaría. Y de pilón, de tacones.
—Maldito wesker, te odio — susurraste mientras ya veías la comisaría de lejos.
Ya eran un poco más de las 10 p.m., estabas agradecida de que no te haya pasado algo.
Entraste a la comisaría, era de esperarse que ya no habría nadie.
Entraste al pasillo, te dirigías a las pequeñas escaleras para subir al segundo piso.
—¿Lily? ¿qué haces aquí? — escuchaste a Leon
Él venía bajando del tercer piso, al parecer se había dado una ducha.
—Wesker — reprochaste mientras apuntabas a los documentos
Leon se burló un poco
—¿Quieres que te espere?
—No, leon, conociendolo, me hará tardar de adrede, gracias
—Bueno, nos vemos, hasta mañana
Viste bajar a leon hasta el primer piso, para después desaparecer por el pasillo.
Suspiraste.
Subiste los 5 escalones que faltaban para después caminar hasta la puerta que decía "S.T.A.R.S".
Respiraste ondo para después abrirla.
Ya la oficina estaba vacía, hasta que miraste a tu izquierda, la oficina de Wesker estaba abierta y como era de esperarse, él estaba ahí.
—Tardaste mucho — oíste
Rodaste los ojos
Caminante hasta llegar frente a él, wesker escribía algo en su laptop hasta que te miró.
No podías descifrar su mirada, ya que tenía puestos sus lentes. Algo que jamás habías entendido.
Viste que frunció el ceño.
Tú aún sostenías los papeles contigo.
—¿Por qué pareces abogada?
—Porque soy abogada idiota — reprochaste — pero tú me tienes de tu maldita secretaria — dejaste los papeles en su escritorio — y tú, me las vas a pagar — lo apuntaste
Wesker se quitó los lentes, más no dijo nada, sólo te miraba.
—Por tu culpa, por andar esperando eso, no alcanzé bus hasta acá, el tren no funcionaba y tuve que venirme caminando a media carretera para acá — dijiste enojada
Viste una sonrisa de loslayo por parte de él.
—Y no los voy a acomodar, veré si puedo alcanzar a Leon para ver si me puede llevar
—¿Kennedy? — preguntó burlón mientras tomaba la carpeta
—Sí, kennedy
—Ah...el novato
Todos conocían así a Leon porque llevaba poco de policía. Recién llegado.
—Ya me voy — estabas por irte, bien decidida hasta que oíste su voz
—Tú no te vas hasta que yo me vaya
—¿Que? — preguntaste en reproche — wesker, estoy cansada, me tuviste todo el día haciendo tus mandados
—El día aún no termina — comentó sereno mientras veía el reloj de su muñeca
Te sentaste rendida en la silla enfrente de su escritorio
—Tienes que estar bromeando — murmuraste mientras tapabas tu cara con tus manos
No sabías por qué tenías que ir a trabajar en la comisaría, y más por ponerte con Wesker. Aunque bueno, al menos tenías algo gracias a tu amiga Claire y a su hermano Chris, no podías darte el lujo de enojarte, al menos te habían ayudado.
—Me darás para mi taxi — murmuraste mientras te recargabas en la silla
—No necesitarás taxi
Lo miraste, él se veía muy concentrado mirando los papeles.
La verdad no sabías ni de qué se trataban la mitad de ellos, ya que solamente habías ido a recogerlos, algunos sí sabías porque habías hecho trámites y así.
Aún lo mirabas, y a pesar de que wesker casi estaba en sus 40, se veía súper bien. Nariz fina y respingada, cabello bien peinado y muy bien afeitado, y ni hablar de su estado físico. Y ni hablar de ese carácter, callado pero algo malote, algo dominante cuando demandaba cosas. Y esa voz tan viril. Un hombre muy viril.
Justo como que me gustan — pensaste
Hasta que abriste los ojos, te tapaste con las manos. Estabas avergonzada por lo que habías pensado.
No lo negabas, Albert Wesker era un hombre muy atractivo, demasiado, a tu parecer. Incluso lo considerabas más atractivo que Chris y Kevin (ya que ambos eran los más guapos, según por tu compañeras, además eran un poco más jóvenes). Leon también era considerado guapo pero era el novato.
—Wesker...¿Vas a querer que te ayude con algo o que? enserio necesito irme a relajar y a descansar — comentaste serena mientras extendias los brazos
Él te miró de reojo hasta que dejó de leerlos, los cerró y los acomodó al lado de él.
—Sólo acomodalos ahí y si quieres, te puedes ir
Frunciste el ceño
—Wesker, literal sólo estiras el brazo y lo alcanzas
—Para eso te pago, niña
Rodaste los ojos
Te paraste y te estiraste un poco para tomar los papeles. Estabas tan entrenida agarrando las carpetas que no te habías dado cuenta de que Wesker no dejaba de ver tu escote.
Respiraste ondo mientras los acomodabas. Al fin olías el dulce olor de tu hogar, una ensalada de pollo con pan integral mientras veías películas de amor.
Lo miraste para después poner una mano en su cintura, lo apuntaste levemente
—Déjame en paz el fin de semana, ¿si? — pausaste — déjame descansar...hasta el lunes
Estabas por irte cuando sentiste la mano de wesker sosteniendo tu antebrazo, te dió tiempo ni de voltear, te había llevado hasta él.
Y de un momento a otro, tenías sus labios a centímetros de los tuyos.
—¿Qué te pasa? — murmuraste
—¿Quieres irte? — preguntó con su voz ronca
No respondiste
—¿Ves? Te dije que no necesitarías un taxi
Sentiste su mano en tu cintura, hasta que sentiste que te cargó, y de alguna manera, tú ya estabas encima de su escritorio y él casi encima de ti.
—¿Sabías que me encantas cuando te vistes así? — murmuró cerca de tu oído
La mayoría del tiempo siempre llevabas tu conjunto de falda, tacones y sacos cortos. Siempre ibas muy bien vestida.
Llevaste tu mano hasta su cuello, lo hacercaste hacia ti para después besarlo.
