III

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El dirigible aterrizó en la pista de aterrizaje rocosa de Stormshield un mes después de la visita del tío Nicolaus. Beomgyu estaba en la sala común de la aeronave, mirando por la ventana el paisaje árido. Los otros omegas corrían por el lugar, todos en un frenesí mientras se preparaban para la apertura de las festividades de esa noche.

-¡Está helado!- uno de ellos se quejó. -No puedo creer que hayan decidido celebrar un festival de un mes aquí. ¿Por qué no alguna isla tropical ¿En algún lugar? Podríamos todos Funbathe Necesito mejorar mi bronceado.-

-Tal vez estar pálido como un fantasma es la moda en estos lugares-, sugirió uno de los otros.

-Si ese es el caso, entonces ciertas personas deberían ser una apuesta segura para encontrar el amor verdadero en este páramo helado.-

Hubo muchas risitas y sonrisas satisfechas dirigidas a Beomgyu. Nunca había notado su palidez antes, no era como si hubiera mucho sol donde vivía. Pero esa era solo una de las muchas fallas que los otros omegas habían detectado desde su llegada. Cada diferencia había sido catalogada, comentada y lanzada contra él en insultos apenas disimulados durante la semana que había estado en el barco.

-Ahí estás, príncipe Ambrosio.- Trevin, un facilitador asistente, se apresuró a entrar en la sala. -Te he estado buscando por todas partes. -

Beomgyu lo dudaba, no había muchos lugares para esconderse en esta aeronave infernal. Los había encontrado a todos su primer día a bordo.

Como siempre, su nombre provocó risitas esporádicas entre los príncipes al alcance del oído. No estaba seguro de por qué. Aunque despreciaba su primer nombre, era por una razón muy personal. Quizá lo encontraron anticuado, pero muchos de sus nombres no sonaban mucho mejor a sus oídos.

-¿Facilitador?- Ignorando las menos que sutiles burlas de los otros príncipes, dirigió su atención a Trevin. ¿Qué quería ahora el irritante hombre?

-Por favor sígame.-

Esa fue toda la explicación que obtuvo antes de que el hombre saliera corriendo de la habitación.

-Vamos, Shadow-. El perro caminó obedientemente a su lado.

Para confusión de Beomgyu, Trevin lo llevó de regreso a su propia habitación. La mayoría de las cosas de Beomgyu todavía estaban empacadas en bolsas; no había visto el sentido de desempacar, ya que se mudaría directamente al castillo de Stormshield durante un mes.

-¿Por qué estamos aquí?- preguntó Beomgyu, que nunca andaba por las ramas.

-El facilitador Glade me pidió que los ayudara a prepararse para esta noche. -

Había un puñado de betas a bordo cuyo trabajo era ayudar a vestir y equipar a los omegas. Hicieron de todo, desde maquillar hasta arreglar ropa. Brennan no tenía ningún uso para ellos, o eso había pensado.

-No necesito ayuda, gracias.-

El facilitador Trevin vaciló. -¿Ya elegiste tu atuendo?-

Beomgyu agitó una mano en su bolso. -Tengo muchos atuendos, elegiré uno. -

-¿Has considerado cómo te pondrás el pelo?-

-¿Cómo me pondré mi…?-

El cabello de Beomgyu estaba en su cabeza, ya lo estaba usando.

-¿Qué tipo de impresión te gustaría causar? Entrarás en una habitación llena de alfas elegibles: las primeras impresiones lo son todo.-

Trevin cruzó la habitación hacia las bolsas de Beomgyu y comenzó a hurgar en ellas.

La Lucha Del Omega - Yeongyu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora