CAPITULO 11. EL DISCURSO

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-¿Qué haces aquí?-preguntó ella sin pelos en la lengua.-¿Y Kitty?-continuó.
-Ha ido a pasar el rato con Q y Florian...-le contestó.
-Ya....y....¿Qué haces tú aquí?-volvió a preguntar con un tono borde.
-¿Me piensas decir qué te pasa conmigo?-le preguntó Min Ho. Carol no sabía qué contestar, pero a lo mejor era el momento de afrontar la situación...
¿Era momento de "enterrar el hacha de guerra"? ¿O quizás debía usarla una vez más?

-No sé por qué dices eso... ¿Qué me iba a pasar a mi contigo?-contestó a la defensiva. Parece que su hacha de guerra no estaba enterrada muy profunda.
-No hemos vuelto a hablar desde que...-empezó a decir él, pero ella le cortó rápidamente.
-Desde que nada. No pasó nada.-sentenció ella.
-Vale, ya veo que no quieres hablar del tema...-dijo Min Ho.
-No hay nada de qué hablar...-dijo volviendo a centrar su atención en sus apuntes.
-Bien...-dijo Min Ho resignado.-Bueno, sólo quería disculparme por lo del otro día en la habitación de Q...ya sabes, lo del 98%...no lo decía en serio...si era por eso por lo que no me hablabas...sólo decirte que lo siento, en serio...-se disculpó Min Ho.

Carol no esperaba algo así, pero continuó mirando sus apuntes...
-X es igual a 2...-dijo Min Ho.
-¿Qué?-preguntó ella confundida. Levantó la cabeza y vio a Min Ho agachado con la cabeza metida en sus apuntes. No esperaba encontrarlo tan cerca. Lo examinó con la mirada...
-Que en ese ejercicio X es igual 2, no 4; está mal...-le comentó señalando en su libreta con el dedo.
-No creo que esté mal, son los apuntes de Dae...-dijo ella riéndose.
-A lo mejor Dae no es tan perfecto como tú te crees...-dijo Min Ho enarcando las cejas, y con una media sonrisa salió de la habitación.

El corazón de Carol empezó a latir con fuerza...la verdad es que Min Ho tenía un poder sobre ella. De alguna forma conseguía revolucionarle el cuerpo. Esa forma de enarcar las cejas, esa media sonrisa...antes de darse cuenta ella misma estaba sonriendo. Por suerte estaba sentada, porque le temblaban las piernas. Comprobó el ejercicio por curiosidad....y efectivamente el resultado era 2. ¡Qué rapidez mental tenía el chaval! Quedó sorprendida.

Empezó a recordar lo que acababa de pasar. Las disculpas de Min Ho parecían muy sinceras, y eso hacía que se sintiera un poco mal consigo misma.
Decidió que ya era momento de descansar la mente, apagó la luz y se metió en la cama para intentar dormir. Y parece que lo consiguió porque cuando se dio cuenta Kitty ya estaba en su cama también, y ella no la había escuchado llegar.

-Oye Kitty, ¿Estás despierta?-preguntó rompiendo el silencio de la noche.
No obtuvo respuesta.
-Bueno, sólo quería disculparme contigo...se que soy como un grano en el culo...-dijo resoplando.
De respuesta sólo obtuvo silencio.

-Sé que soy difícil de interpretar y muchas veces ni yo misma entiendo por qué hago o digo las cosas que hago, pero tú has sabido aguantarme bastante bien y te lo agradezco...y aunque no lo parezca tengo mis motivos...-continuó sincerándose, de igual forma que Kitty hizo con ella en una de las primeras noches.

Silencio infinito.

-Creo que nada más, soy mala para estas cosas, al contrario que tú...pero, a pesar de todo, aquí me tienes...en la cama de al lado...-finalizó su discurso, y se quitó un poco de peso de encima.

Esperó unos minutos pero Kitty parecía dormida profundamente. Se acomodó en su cama y justo cuando cerró los ojos...

-¡Sabía que estabas despierta aquella noche!-gritó Kitty pegando un salto de la cama, y señalando al horizonte como si hubiera descubierto América. Era un horizonte oscuro y cubierto por una manta...-Al menos podrías no haberme copiado el final del discurso...-dijo de repente Kitty.

Si no eres tú, soy yo... ( XO, Kitty )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora