Los siguientes días pasaron sin demasiados sobresaltos. Iban a clase, almorzaban juntos, pasaban muchas horas en la biblioteca, y poco más. Después de todo, ya tendrían todo el fin de semana para divertirse.
Carol había aprendido a ignorar a Hana, la evitaba si podía, y si no, simplemente intentaba no caer en su juego. Con el tiempo seguro que Hana se cansaría y acabaría dejándola en paz, ¿No?
El viernes por la noche, Kitty y Carol prepararon sus mochilas. A la mañana siguiente se irían con Yuri al nuevo hotel de su padre.
Llevaban lo justo y necesario para pasar la noche fuera. El neceser: con cepillo y pasta de dientes, cepillo para el pelo, cremas, maquillaje, perfume...; también llevaban pijama, zapatillas, y un par de conjuntos de ropa.Yuri les había dicho que su conductor los esperaría a la mañana siguiente después de desayunar. Iba a ser un fin de semana, como mínimo, diferente...
A la mañana siguiente todos estaban listos a las puertas de KISS, esperando al chófer de Yuri, que los recogería de un momento a otro. Al poco tiempo, vieron cómo una limusina negra se acercaba. Todos se quedaron boquiabiertos. Es cierto que Carol estaba acostumbrada al dinero y los lujos, ya que, después de todo, su padre también era un empresario de éxito...pero una limusina siempre causa cierta sensación.
Después de guardar el equipaje en el maletero, todos subieron al habitáculo del vehículo. Yuri sacó una botella y unas copas de champagne y empezó a servir.
-¿Y esto? Pensaba que los menores de 21 no podíamos beber alcohol...-preguntó Carol extrañada.
-Tranquila, no tiene alcohol, es un champagne sin alcohol....podemos beber sin miedo, pero no deja de ser vistoso...-comentó Yuri.Brindaron por el fin de semana que les esperaba, y por la amistad. Realmente empezaron a hacer piña y cada vez estaban más unidos.
Al llegar al hotel, todos bajaron y tomaron sus mochilas o maletas. Entraron junto a Yuri, que iba en cabeza. Los padres de Yuri habían preparado todo para que pudieran disfrutar del fin de semana...dentro de unos límites. Habría personal del hotel, ya que no podía dejar a un puñado de menores de edad sin ningún tipo de supervisión: un mínimo de personal estaría ocupando sus puestos, y podrían informar si ocurría cualquier incidente.
Al entrar al vestíbulo quedaron alucinados. Estaban en un espacio abierto y enorme, con los techos más altos que hubieran visto, del cual colgaban distintas lámparas esféricas de distintos diámetros y a distintas alturas. Daba la sensación de estar admirando el sistema solar allí mismo, en el interior del hotel. Había grandes plantas en unos enormes maceteros, y algunos sillones en un par de esquinas, que parecían ser zona de espera. Había un mostrador infinito y reluciente. La luz de las lámparas se reflejaba en todas partes: en los ventanales, en el suelo, y en la superficie del mostrador de recepción; que más que de piedra pareciera ser un espejo. Allí dentro todo resplandecía y olía a nuevo.
-Buenos días.-dijo Yuri al acercarse al mostrador.
Conversó con la mujer que estaba en recepción. Vestía un traje de pantalón y chaqueta, con una blusa blanca. Llevaba el pelo recogido en un moño, tan tirante que parecía que el pelo no fuera real, sino que estuviera pintado sobre el mismo cuero cabelludo. Ni un solo pelo se salía de su sitio, el aspecto de esa mujer, al igual que de todo lo demás, era impoluto.
Con una sonrisa le entregó unas cuantas tarjetas a Yuri, y se despidieron.Yuri se acercó a nosotros y nos dio una tarjeta a cada uno.
-¿Una habitación para cada uno?-preguntó Florian sorprendido.
-Sí...mi padre no quiere que durmamos revueltos...ya sabéis...aunque eso no significa que no podamos pasar el resto del tiempo juntos en alguna habitación...no tiene por qué enterarse...-explicó.
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Si no eres tú, soy yo... ( XO, Kitty )
FanfictionEl segundo semestre espera a Kitty después de unas vacaciones muy moviditas... ¡Pero espera! ¿En serio le han dado una segunda oportunidad? ¡Todavía parece un sueño! Pero todo tiene un precio... una nueva alumna se incorpora y vuela desde Estados Un...