Después de aquel calor las cosas entre ambos había mejorado, dándole rienda suelta a sus emociones más no a sus deseos y es que si bien esa noche Harry lo había llenado hasta saciarse no lo había vuelto a tocar desde ese día con la excusa de que prefería esperar a su cita médica para estar seguro de que no lo había lastimado.
Ya hacía una semana de eso y hoy les tocaba cita médica.
Cómo cada mañana Harry se despertaba primero y arreglaba el bonito nido que le había construido a su omega en una esquina del cuarto, había usado una gran cantidad de saban y colchas afelpadas, haciendo uso de su ingenio había colocado un toldo alto sobre sus cabezas y había comprado una pequeñas lucesitas calidas apea hambientar el lugar, lo perfumaba cada mañana y una vez listo revisaba si su Omega seguía dormido, de ser así lo pasaba al nido y le dejaba una notita en una almohada con su aroma diciéndole lo mucho que le amaba y que no se olvidará de su desayuno.
Le partía el corazón despertarlo sobre todo ahora que el bebé no dejaba de moverse y le daba ganas de orinar más seguido.
Si el Omega se despertaba, lo retenía en la cama hasta que tuviera su dosis necesaria de mimos y cariños cuando ya se sentía agusto el Omega se volvía a dormir ahora en el nido dejándolo porfin temrinar de limpiar la casa.
Pero Harry había estado teniendo citas importantes los últimos tres días, razón por la que se levantaba antes, hacia el desayuno y arreglaba un poco pero no habían mimos ni paseo al nido... Pero siempre una notita de disculpa y promesas de compensación al regresar.
Para cuándo Draco despertó esa mañana se sentía agotado, el bebé había estado muy escurridizo estos días pateando todo a su alrededor.
- ok mi amor, ya me desperté - como pudo salió del nido al que se movió solito - vamos a asearnos y luego a comer.
Izo sus cosas con calma, tomó su desayuno y guardó su notitas diaria en una cajita llena de ellas, como amaba esos detalles. Hoy el sol había salido y eso lo lleno de buen humor así que aprovechó a regar sus macetas altas pues no podía agacharse por su pancita, su cita era a las cuatro así que Harry almorzaria fuera, se preparó algo ligero y una idea le llegó a la mente.
Iría a sorprender a Harry.
Fue hasta su habitación antigua que se había convertido en un closet para ambos, si ropa comenzaba a quedarle pequeña así que se puso un vestido suelto de color verde menta, amarró un cinturón bajo su busto dejando resaltando los pequeños pechos que comenzaban a notarce y la curva de su vientre, no podía atarce los zapatos asi que prefirió unas balerinas simples y sin medias, se maquillo bonito y como hacía algo de fresco se puso un cardigan ancho de color crema junto con una chalina del mismo verde menta.
Se sentía tan bonito.
Confiado fue hasta el paradero de buces y se montó camino a la ciudad, en el trayecto una señora con su niño se sentaron junto a él y el nené, que llevaba un vasito de jugo lo derramó de casualidad sobre su bonito vestido.
No le tomó importancia, la mujer se veía bastante cansada como para reclamarle algo, aceptó el pañito húmedo que le dió y limpió lo que pudo.
Bajó del auto y llegó hasta la entrada del enorme edificio de Potter y Asociados.
- Hola, vengo a ver al señor Harry Potter - le notificó a la recepcionista con una sonrisa agradable
- ¿Tiene cita?- la mujer lo barrió con la.mirsda llena de reproche.
- Nn..no pero el me dejara pasar aún sin cita.
- ¿Y por qué haría eso? - la mujer está a a la defensiva.
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La magia de la vida
FanficDraco Malfoy es un joven omega que, tras un amor de verano con un soldado, se encuentra en la espera de su primer cachorro ¿El problema? Es que el padre de su cachorro lo a abandonado. Cuando Lucius se entera del desliz de su hijo decide evitar más...