5. Marca

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El día había Sido una montaña rusa de emociones para Draco, desde haber regresado solo en el bus hasta poder ver a su bebé completamente sano.

Después de salir del hospital Harry no había soltado su mano y aún que a Draco no le incomodaba necesitaba hacer algo en privado así que aprovechó uno de sus antojos para mandar a Harry lejos durante un rato. Aprovechó ese momento para tomar la carta que había guardado en su bolso y dejarla en el buson rogando por qué llegara a su destinatario. La había escrito apurado y lloroso dentro del baño del hospital, Blaise se merecía saber que su hijo estaba bien y que necesitaban su marca.

Aún cuando no le había respondió ni la primera carta.

No sé dejó amedrentar por su lobo que le lloraba diciendo que estaban lastimando a Harry y es que uno de los cambios que habían ocurrido en su vida era la gran complicidad entre su lobo y el lobo de Harry.

Harry lo había consentido todo el día llevándolo a comer, a pasear y a comprar todas esas monerias para bebés que son inecesarias y es así como regresaron a la casa por la noche, ya habían cenado en la ciudad, así que cada quien fue a su cuarto a dormir.

Pero todo empeoró durante la madrugada, Draco tenía cólicos, fuertes y aterradores así que sin poder pronunciar palabra alguna lanzó un chillido fuerte y lastimero, escuchó el traqueteo que hizo Harry saliendo de su habitación, supuso que buscando sus lentes pero no, el alfa entro a su cuarto con sus ojos de alfa encendido en un color totalmente rojos y buscando desesperado a Draco.

— Hey bonito ¿Que pasa? ¿Que te duele bonito? — le hablo con voz calma y aún los ojos encendidos.

Draco sabía que debía tener miedo pero había algo en ese rojo que le encantaba.

— El bebé, duele mucho y no me quiero mover, tengo miedo de lastimarlo.

— Ok, ok tranquilo todo va a estar bien, te llevaré al hospital y

—¡No! NO VAMOS A LLEGAR ALGO PODRIA PASAR Y ..Y...

— ¡OMEGA!— lo llamó — cálmate, estoy aquí, dime ¿dónde me quieres ?

Draco no podía hablar más, el dolor iba aumentando y solo atino a señalar detrás de él, fue suficiente para el alfa, con algo de dificultad se subió a la cama y apoyó a su Omega contra su pecho sobando ligeramente el abdomen inchado y duro. Draco sintió el dolor disminuir, sintió como las feromonas de su alfa lo envolvían y lo calmaban poco a poco. Aprovechando la calma pensó en la carta, en las muchas cartas que le había escrito, pensó en los miles de ramos que Blaise le regaló pero en sus ausencia de caricias, pensó en su primera noche, pensó en su última noche y con el dolor de su alma supo lo que debía hacer.

— Muerdeme — pronunció algo bajito

— ¿Estás seguro?

— Este bebé no pasará la noche si no me muerdes, necesito que lo hagas, por el bebé, por mí. Te necesitamos alfa.

Ambos sabían que ese "alfa" había sido pura manipulación por parte del rubio, sabía lo mucho que el castaño había querido que lo llame así pero Harry decidió ignorarlo y en su lugar retiró el camisón de Draco y bajo la tira lentamente dejando a la vista el hueco entre su cuello y su hombro, ahí donde había descubierto tres lunares en fila tan bonitos. Sobó la piel con su pulgar intentando relajarlo y calmar su nervios, dejo besos suaves por su cuello y su nuca mientras solo algaba.

— Bonito Omega, tan buen Omega para mi, el mejor Omega del mundo, mi lindo lindo Omega .

Draco ronroneó por las alabanzas y se preparó para cuando el alfa lo mordiera, espero dolor, sangre, molestia algo pero solo sintió una presion en su cuello, sintió los colmillos de Harry enterrarse en su piel fuertemente mientras una explosión de emociones se desataba en su pecho, miedo, pánico, angustia y amor...mucho amor y comprensión.

Eran las emociones de Harry.

El alfa tampoco se quedaba atrás, podía sentir como su Omega, por qué ahora era suyo, se sentía en paz, tan calmado y tranquilo haciéndolo sentir feliz y satisfecho de poder ser un lugar seguro para Draco.

— Harry ...yo...

— No digas nada, lo resolveremos por la mañana, por ahora solo duerme un poco.

Harry se echó en la cama y acomodo a Draco a su lado dejándolo descansar su cabeza sobre su pecho sintiendo los latidos de su corazón como el mejor arrullo del mundo.

Cuando la mañana llegó ningún quería levantarse de la cama, no por qué disfrutaran un día lleno de olgazaneria si no por qué no querían afrontar su nueva realidad una dónde Draco le pertenecía a Harry y dónde Blaise no volvería por él. Harry había percibido los sentimientos de Draco todo el tiempo y eso lo tenía triste pues sabía que esas emociones de abandono, tristeza y traición no eran por él, jamás serían para él. Pero el reloj dió las diez y el estómago de Draco rugió de hambre obligandolos a levantarse.

El tirón que Draco sintió en el cuello fue suficiente para tener a Harry enterrado en ese hermoso pedazo de cielo y comenzará a lamer su herida para cicatrizarla. Cuando el dolor menguo ambos fueron al comedor donde Harry, como siempre, preparó la comida y Draco disfrutó del espectáculo.

— Draco no quiero que nos tomemos esto como algo malo, ahora lo que hay entre tu yo es ...algo

—Es extraño, es lo que es — Su respuesta fue brusca y directa — No intentes disfrazar las cosas ni hacerlas parecer lo que no son.

— Soy conciente de que esto no fue por amor pero ...

— ¿Pero que? Tu no me amas, no por ahora, derrepente más adelante está marca deje de sentirse extraña pero hoy solo se siente rara —

Harry quiso añadir algo más pero sabía que ningún comentario sería bien recibido, podía sentir el lazo tenso y no quiso incomodar más al Omega. Cuando terminó de hacer sus cosas ambos volvieron a su rutina dónde Draco lo despedía en la puerta y él se despedía de ambos.

Ahora amabas razones de su vida.

La magia de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora