14. Cita

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Draco se sentía tan cómodo que le costaba demasiado abrir los ojos pero sabía que tenía que hacerlo. Había ido con tiempo a la oficina de Harry y poder llegar puntuales a su cita médica.

Pero el calor y la comodidad que lo envolvían lo tenían adormilado, el murmullo debajo de su oído no ayuda mucho a su misión de despertar y es que ese ronroneo en el pecho sobre el que estaba recostado lo estaba arrullando.

¿Pecho? ¿Que acaso el no se había dormido en el recibidor del edificio?

Eso le quitó todo el sueño, abrió los ojos de golpe y quiso alejarse de la persona que lo abrazaba pero este solo afianzó su agarre gruñendo en el camino.

— ¿Harry? — reconoció el rugido — Ey alfa, hola.

Más tranquilo se volvió a a comprar contra el cuerpo de su alfa, estaba sentado sobre su regazo, Harry lo rodeaba con uno de sus brazos mientras con el otro sostenía unas hojas que estaba leyendo con el seño fruncido y los lentes cayendo ligeramente sobre su nariz. Dios, tenía al marido más bello del mundo.

— Quedaté quieto Omega — Gruño, estaba molesto.

— Alfa ¿Que sucede? — la manito de Draco comenzó a acariciar el pecho de su alfa mientras dejaba besitos en su cuello.

— Debiste avisarme que venías, debiste decirme así hubiera mandado a alguien por tí — el gruñido en su pecho se hacía casa vez más fuerte — hay que comprar otro carro y contrataré a alguien que te lleve y traiga.

— alfa estoy bien, estamos bien.

Pero Harry solo gruñó.

Tal vez fuera por lo lindo que lo habían tratado todos estos meses que Draco había olvidado que Harry era un alfa Prime, eran en extremo territoriales razón por la que muchos omegas no los buscaban como potencial pareja pero para Draco era distinto.

Tenía un alfa Prime bajo su mando, por qué sí, el dominaba a Harry, era algo que había descubierto hace poco. Solo bastaba un chillido pequeño para que su imponente alfa, hombre de negocios y militar condecorado se postres a sus pies rogando perdón.

— Alfa, puedo sentirte molesto pero si no me dices el por qué no podré ayudarte— los besos de Draco subieron hasta los labios de Harry quien no se inmutaba y no devolvía los besos pero Draco sabía que se moría por hacerlo.

— Hueles a muchos alfas y betas y oemgas, es mucho.

Claro, había venido en el bus así que se le habían pegado los olores, también había estado un buen rato en el recibidor y había adquirido más olores dejando casi nulo el aroma de Harry.

— Lo siento alfa, solo quería venir a verte.

Y ahí estaba, su tono lastimero que manipulaba a Harry para que le pidiera perdón de rodillas. El alfa se sentía culpable, no. Había cuidado a su oemgas ni su cachorro, todos estos días saliendo temprano no le permitían consentirlo como debía y ahora su Omega había tomado un bus para verlo, definitivamente necesitaba un chófer.

Draco se removió en su regazo quedando con cada pierna al lado de su cadera, comenzó a dar ligeros movimientos rozando su entrada contra su polla ocultaba bajo el pantalón.

— Omega — le advirtió.

Draco iba a rebatirlo pero entonces tres toques en su puerta le hicieron dar un respingo, diablo era su cita de las tres.

— Omega ve a sentarte en.el sillón, yo te busco más tarde.

Pero Draco, terco como el solo, lo ignoró y en su lugar se agachó hasta quedar bajo el enorme escritorio.

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