4. Médico

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Los días fueron pasando dentro de la casa Potter-Malfoy.

Durante esas semanas muchas cosas habían cambiado como por ejemplo el interior de la casa, con la libertad de poder decorar en ella como quisiera Draco había reorganizado varias cosas, al principio andaba con miedo de un lado a otro pero luego de ver el comportamiento de Harry comenzó a entrar en más confianza y es que Harry es todo lo que un Omega puede soñar.

Se levantaba todas las mañanas antes de que el sol saliera , hacia las compras del día, preparaba el desayuno y luego subía a despertar a Draco de la forma más amable posible.

Tocaba la puerta, luego entraba a la habitación y si el Omega no había reaccionado hasta eso se acercaba lentamente dejando.una caricia en el rubio cabello, sabía que Draco no la recordaria.

— Buenos días Omega, es hora de despertar — le susurraba agachado junto a la cama.

— Hola Harry.

Últimamente Draco había comenzado a tener la.impeross necesidad de tener cerca a Harry, las ocho horas que el hombre pasaba trabajando se le hacían terribles.  Una vez desayunado Harry le preguntaba si necesitaba algo del pueblo o del campo, Draco hacia una lista que Harry guardaba recelosamente en su billetera, lavaba los plato, mientras tanto Draco desde el tercer día de su rutina había tomado la costumbre esperarlo en la puerta con su saco y su maletín todo listo para que Harry pueda ir a trabajar.

— Gracias Omega — le decía en un tono amable mientras dejaba un delicado beso en coronilla, a Draco no le molestaba

— ¿Vienes a recogerme para ir al medido?

— Si, claro, si no llegó a tiempo Molly pasa por tí.

— Está bien, te estaremos esperando.

Otro cambio en la vida de los Potter-Malfoy fue el cuerpo de Draco y es que en apenas dos meses de gestación un pequeño bulto había sobresalido del bajo abdomen del rubio y Harry había descubierto una nueva costumbre, antes de irse dejaba un beso en la coronilla de Draco mientras su mano acariciaba su bulto sin presionar mucho.

Harry amaba mucho a ese bulto.

Cuando la camioneta de Harry partió rumbo al trabajo Draco aprovechó el día para cultivar su jardín y limpiar la casa aún cuando Harry le dijo que el lo haría regresando pero Draco amaba limpiar y lo mantendría ocupado.

Su cita era a la dos de la tarde, el clima en la ciudad estaba algo cálido así que Draco optó por un vestido delgado floreado con escote recto y mangas bombachas, unos guantes cortos cubrieron sus manos, maquillo ligeramente su rostro y se cubrió del sol con un sombrero de ala ancha. No importaba que ahora viviera en un pueblo relativamente pequeño, Draco venía de la ciudad y planeaba mantener ese estilo de vida. Se sentó en la mecedora que tenían en el porche a esperar a que Harry llegara a por él sin embargo pasada media hora Draco fue a buscar a la señora Weasly, iba a llegar tarde a su cita, lamentablemente la dulce señora no estaba en casa pues había salido a asistir a una de sus tantas nueras en su parto.

Draco se miró en el reflejo de la ventana de su casa un momento, su pequeño bulto no se notaba gracias al volumen de su falda y aún se sentía con la suficiente energía para ir y venir por si solo así que fue hasta el paradero más cercano y espero pacientemente a que llegara el bus que lo dejaría en la ciudad.

El camino a la ciudad fue tranquilo, si bien no se le notaba el embarazo aún no había persona en cien kilómetros a la redonda que no supiera que Harry Potter iba a ser padre así que le cedieron el asiento y le indicaron cuando bajar. Decidió que lo mejor era ir a la oficina de Harry, un enorme edificio del que el moreno era dueño, a pesar de que la guerra ya había acabado Harry seguía manteniendo un gran aporte del ejército con sus cosechas además de otros engocios de inversión que lo hacían un gran acendado y dueño de casi 3/4 del pueblo.

Sin embargo una vez fuera del enorme edificio Draco se avergonzó, las y los omegas que entraban y salían de ahí iban con ropas elegantes y bien arreglado, el desentonaba totalmente de ellos, así que esperó afuera a que Harry saliera cosa que ocurrió dies minutos despues.

— ¡Oh por dios Omega que haces aquí! — Draco se sobresaltó por el tono de voz de Harry, pensó que este se habría enojado por su atrevimiento.

Pero en su lugar el alfa dejó a tras a los inversionistas con los que venía y tomó el rostro del rubio entre su manos girandolo delicadamente de un lado a otro como queriendo comprobar que estaba bien.

— Tranquilo Harry, solo vinimos a darte el alcance para la cita.

— Diablo la cita, si si si, dame un momento.

Lo vio regresan con los inversionistas y decirles algo en una lengua que no entendía, después de esto los hombres se fueron y Harry volvió a su lado.

— Ok Omega, ahora soy todo tuyo — Harry tomó su mano, el consultorio no  estaba tan lejos, así que irían camindo.

Cuando llegaron al consultorio Draco se sintió sobre cargado y se recostó sobre Harry mientras esperaban a que los llamarán, está cita era importante, era la primera de Harry y la decisiva para Draco pues hoy verían si si cachorro sería o no viable.

El doctor que los atendió resultó ser un alfa demasiado amable y tímido, Neville Longbottom, un alfa alto y fornido pero con la personalidad más tímida que Draco jamás haya conocido.

— Muy bien Draco, necesito que me digas si has tenido molestias, dolores, sangrados o algo por el estilo.

— No doctor, todo ah estado muy bien estos días.

— ¿Alguna incómodad?

— Ninguna. — El doctor asintió a su respuesta pero aún así e giró a mirar a Harry para que corroborara sus palabras.

— Bueno Draco voy a ser honesto contigo, tu bebé ahorita se encuentra en excelentes condiciones pero esto no va  a ser siempre así — el alfa tomo aire para decir lo siguiente — necesitas la marca Draco.

— Neville por favor...— intervino Harry.

— Amigo, no busco criticarlos, se cuales son las condiciónes de su matrimonio pero soy médico y se mantener mi confidencialidad, pero aún así mantengo mi punto de que necesitas la marca.

— Harry está siempre cerca mío, deja feromonas en la casa ¿No es suficiente? — la voz de Draco se quebro un poco mientras preguntaba.

— Draco, entiendo que la marca puede parecer algo muy permanente pero el cuerpo Omega es maravilloso, tu lobo sabrá que está marca está echa únicamente por necesidad, una vez el niño Nazca se borrara.

— ¿Y el lazo? — pregunto rápidamente Harry — ¿No sería mortal?

— No, miren no me enorgullezco de esto pero la guerra ah permitido a la medicina Omega descubrir esto, por medios horribles y autopsias horribles pero ahora sabemos que estás marcas echas sin sentimientos se borran, el lazo puede mantenerse siempre y cuando el Omega lo alimente pero  con el tiempo se vuelve solo una emoción más.

— ¿Cuánto tiempo tengo?

— diría que mes y medio pero mi recomendación es que lo hagas está noche. — Neville se levantó del asiento y se acercó a un apartó extraño — ahora vamos a ver a ese bebé.

Harry lo ayudó a subir a la camilla y levantar su vestido olgado, dios como amaba ver ese pequeño bulto en el bajo vientre de Draco, sabía que no era suyo, sabía que esa no era su semilla pero aún así su alfa se regodeaba de ver al Omega embarazado, lo podía sentir feliz y orgulloso como si fuera suyo.

Neville colocó un gel sobre el abdomen que izo saltar un poco al Omega, una vez la varita se comenzó a mover sobre su abdomen Draco por inercia estiró su mano buscando la de Harry quien se acercó a él y la tomo fuertemente y es que aún que ninguno lo dijera estaban aterrados ante la posibilidad del silencio de un pequeño corazón.

Pero entonces llegó

Budm budum budum

Rápido y fuerte pegándole en los oídos a ambos dejando su presencia bastante clara y fuerte.  Harry volteó a ver a Draco y lo encontró llorando emocionado aferrándose a su mano con fuerza.

Mío

Nuestro

Nuestro Omega y nuestro cachorro

No sonaba tan mal

La magia de la vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora