La hora del lobo

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Las calles estaban oscuras y desiertas solo iluminadas por la luna, quedan al menos dos horas para que el sol comenzara a salir, en apenas una hora la ciudad comenzaría a despertarse.

No le costó trabajo escabullirse por los callejones hasta entrar a través de la puerta trasera del jardín, ni un alma se escuchaba, los pájaros, siempre entrometidos, dormían en sus nidos.

- ¿De dónde viene la princesa a la hora del lobo?

Una voz la sobresaltó, por supuesto, no todos dormían, posado en una rama, Sófocles la observaba.

- No es de tu incumbencia viejo búho.

El animal tocio su cabeza, mirando a la chica fijamente, sus ojos inteligentes y sabios la escrutaron.

- De acuerdo, pero recuerda: Una mentira nunca vive hasta hacerse vieja.

El hermosos pájaro tras decir esto desapareció de nuevo entre las ramas del gran y viejo roble que presidia en el jardín, dejándola sola de nuevo.

Se encaminó al interior del pequeño palacio mientras pensaba en las palabras de Sófocles, el don de hablar con algunos animales del bosque lo había heredado de su madre pero no tenía que el buho la delatara, eran lod malditos pajarillos los que le preocupaban, parecían observarla a cada momento.

Con cuidado se descalzó para no hacer ruido alguno y subió las escaleras hasta su dormitorio. Guardó su ropa con cuidado en el baúl de debajo de su cama y se colocó un ligero pijama de seda, era fresco y cómodo, de un intenso color turquesa y con hermosos dibujos de tigres y pavos reales. Su amiga Jade se lo había regalado en su último cumpleaños.

Miró el anillo en su dedo, el recuerdo de aquella noche la hizo sonrojarse, y el calor recorrió su cuerpo, no podía llevarlo, o sus padres lo notarían, buscó una cadena en el joyero, una fina cadena de plata sería suficiente, colocó el anillo en la cadena y la abrochó a su cuello, nadie la notaría debajo de su ropa.

Un suspiro salió de sus labios, y se tumbó en la cama, sus piernas empezaban a doler, también otras partes más profundas de su cuerpo...Maldita sea, ese pirata acabaría con ella, pero estaba deseando repetir. La luna pronto dejaría paso al sol, debía dormir algo, ojeó su movil, las 5 de la mañana.

Dejó caer el móvil en la mesita y cerró los ojos, pronto su madre la despertaría con una sonata de pajarillos.

Hook Me - EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora