☆𝒞𝓊𝒶𝓇ℯ𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝓈ℯ𝒾𝓈

405 34 0
                                    

Una batalla con un bebé.

Narra Amori.

Si me dijeran que los dioses bajaron a ayudar con lo gigantes, no les creería. Pero como estuve ahí y pelee con ellos y mi hijo en el carga bebés, no lo puedo negar.
Estábamos dioses y semidioses, viendo como terminamos con uno de nuestros enemigos en un plazo de dos minutos, y algo que me sorprendió mucho más, a Aquiles no le pasó nada, no se cayó del porta bebés, tampoco estaba sucio, incluso se estaba riendo.

Yo me acerqué a Jason que estaba hablando con su padre, no su padre ya que creo que es Zeus y su padre es Jupiter, el apenas me vio dejó de hablar con su padre y abrió sus brazos para que yo me acercara, el me tomó de la cintura y le tocó la cabeza a Aquiles que seguía riendo ya a sus 3 meses y medio.

—¿Ambos están bien?—me pregunto el viéndome.

—Si, tanto que alguien está riendo.—dije logrando que Aquiles riera más.

—Ella es tu esposa y tu hijo.

Ambos nos olvidamos que estábamos ante el rey de los dioses.

—Si padre, ellos son. Mi mujer Amori Grace.—sonreí mas que nada ante eso.—y mi hijo, tu nieto Aquiles Grace.

—Otro Aquiles.—dijo el.—Pero el mal aún no a terminado, falta Gaia.

—Está en el campamento.—dijo Percy.

—Ella ya despertó, hijo de Poseidón.—dijo Atenea viéndolo horrible.

—¿Como llegaremos, si nos tardamos meses en llegar a Grecia, como llegaremos a Nueva York?—pregunto Annabeth.

—Yo los puedo llevar, pero deben tener una forma para salir del barco.—dijo Zeus.

El nos explicó el plan, el tomaría su tamaño gigante, sujetaría el barco y nos lanzaría, que es la cosa el barco se destruiría por la velocidad, todo tendríamos que salir antes de que explotara. Así que todos estamos en el barco sujetos. Yo tenía a Aquiles sen el carga bebés con mis alas afuera, Jason me tenia abrazada a por detrás sujetándome acorrala a una pared, el sacaría a Piper y leo volando,  Frank se transformaría en panearon y sacaría a hazel, y yo emprendería el vuelo con Aquiles y con Annabeth y Percy.

—Tengo miedo Jason.—le confesé casi en un susurro.

—¿De que de todo?—me pregunto en un susurro en el oído.

—Que mueras y no vuelvas, Aquiles y yo te necesitamos.

—Siempre estaré con ustedes sin importar que, yo sobreviviré, los tres lo haremos.—el me beso en la mejilla y luego en los labios.—Ese beso no es de adiós, es un beso de la suerte. Aunque no la necesitas, y Aquiles tampoco, el tiene a una madre que se lanzaría ante cualquier cosa por que esté bien, por eso es que tú lo llevas.

—Creí que yo lo llevaba ya que no llora tanto conmigo cuando volamos.

—También por eso, le gusta más volar con alas. ¿Crees que las heredo?

—No lo se, yo me di cuenta muchos años después, sabemos que aunque se parezca a ti, las puntas de su cabello son rosadas como el mío, aunque al final toda su pelo sea rubio.

Ambos reímos, pero la risa se transformó en grito cuando Zeus disparó el barco, íbamos demasiado rápido sentía que todo me quemaba, y en menos de cinco minutos le dimos la vuelta al mundo, vimos al campamento.

—PREPÁRATE.—Me grito Jason y yo asentí.

El se separó de mi Annabeth y Percy se abrazaron a mi y con una simple orden emprendí el vuelto, esquivaba los pedazos de barco con ellos abrazados a mi y sujetando a Aquiles, que no lo puedo creer, estaba dormido como si le estuviera cantando una nana.
Llegamos al suelo donde todo era un caos, Jason llego a mi lado y me sujeto la mano estaba sudando.

—¿Lista?—me pregunto.

—Si.

Yo me eleve para pelear por aire y Jason como siempre muy debajo de mi por si lo necesitaba, y así los 7 de la profecía, una hija de cupido y un bebé hijo de dos semidioses, vencieron a la madre tierra.

Rayos y Corazones (Jason Grace y Amori White)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora