Rayos y Corazones (Jason Grace y Amori White)

☆ 𝒟𝒾ℯ𝒸𝒾ℴ𝒸𝒽ℴ

La noche.

Narra Jason.

Venía de la mano de Amori, después de nuestra celebración por su cumpleaños 18 (ambos ya tiene 18) ella traía en sus manos un ramo de rosas que le di, íbamos a su casa para terminar de pasar la noche, quizás hablando, o cocinando algo, o en otras situaciones.
Ella abrió la puerta de su casa y me dejó pasar, ella se fue a buscar un jarrón y mientras veía el apartamento, realmente en estos 5 meses desde que somos pretores, ella convirtió su casa en algo muy ordenado.

—¿Que miras?—me pregunto mientras ponía las flores en agua.

—Lo ordenada que es tu casa.

—En comparación a la tuya que es un desorden, sobre todo con tus muebles.

Amori odia yo como tengo ordenados los muebles en mi casa, pero lo tolera. Me acerqué a ella por la espalda y la abracé por la cadera.

—¿Te gusto tu cumpleaños hermosa?—le pregunté con mi cabeza en su hombro.

—Me encanto, tú siempre sabes que hacerme en mi cumpleaños.—dijo dándose la vuelta y abrazándome.

La tome de los muslos y la monte a la mesa.

—No solo se Que hacerte en tu cumpleaños, si no en otras cosas.—dije besando su cuellos.—¿Quieres hacerlo?

—Solo piensas en follarme amor.

—Realmente si morita, eres la hija del dios del deseo sexual, desde que te prove me volví adicto a tu jodido cuerpo.—dije metiendo mis mano dentro de su camisa.—¿Quieres morita?—le dije con puchero, ella no se resiste a mi si le hablo bajito. Ella se mordió el labio y soltó un jadeo.

—Está bien, comienza de una vez.

La bese y la tome de los muslos, comencé a caminar para tratar de llegar a las escaleras para ir a su cuarto, pero estaba muy lejos y yo muy desesperado así que me senté en el sillón dejándola a ella sobre mi, ella morido mi labio logrando un jadeo de mi parte.

—Levanta los brazos.—le dije.

No iba a perder el tiempo, era pocas las veces que podíamos hacer esto, así que apenas alzo las manos se la quite, revelando un sujetador de color gris con puntos en color blanco, comencé a besar sus labios y luego me iba agachando a su cuello, hasta llegar a su escote, donde comencé a chupar y morder. Vi cómo Amori tiraba su cuello hacia atrás y gemía.
Mi camisa se perdió al igual que su sujetador, estábamos desesperados por hacernos, me baje los pantalones y a Amori solo le quite su ropa interior dejándola con la falda que tenía, tomé el condon que llevaba en mi bolsillo y Amori me lo coloco, yo me coloque en el medio en donde le di algunos golpecitos con la cabeza de mi grande para no entrar tan brusco y que le doliera.
Con mi punta humedecida al 100% me deslicé muy fácil dentro de ella; que tomando por las caderas la podía penetrar como un salvaje, mientras veía sus senos y su cabello rosa recitar por las estocadas que le daba.
Duramos un buen rato, hasta que ambos nos corrimos al tiempo, gimiendo el nombre del otro, Amori entre mi hombro y yo en sus senos.

Narrador omnisciente.

La pareja estaba recuperando el aire en el sillón, para continuar a una segunda ronda, pero lamentablemente Jason no sabe que a veces los condones en los pantalones son más fáciles que se rompan, eso paso con el que usaron y ninguno sabía.