Trouvaille [Tom Kaulitz]

"Resignación"

Una semana, una triste semana había pasado, iba a aquel parque todas las tardes con la esperanza de volverlo a ver, pero no.
Tom, ese chico alto y de rastas, como lo recordaba, nunca regresó a aquel parque, al menos no cuando estuve allí.

Esa semana había pasado, y con ella en mi se había formado una resignación, ya había aceptado con pesar, que quizás no volvería a verlo, aunque cada vez que me sentaba bajo ese gran roble, deseaba que Pumba corriera hacia mi nuevamente como esa vez y que él apareciera para sostenerlo.

Suspire adentrándome en casa, un olor exquisito inundó mis fosas nasales, papá estaba en casa.

Deje mis desgastados zapatos en la entrada, y caminé animadamente hasta la cocina, ahí yacía ese hombre alto de pelo castaño, como el mío, y esos ojos azules, los cuales lastimosamente no herede, pero lo hacían ver tan único y cálido ante mis ojos, oscuros como los de mi madre.

—Oh, llegaste Justo a tiempo para la cena, pequeña— papá sonreía mientras ponía un gran plato de pasta sobre la mesa, era mi comida favorita y el lo sabía.

—Papá, se ve genial, muero de hambre— exclamé, mientras estaba a apunto de sentarme.

—Apapap, señorita, primero lave sus manos— hice caso a papá, mientras soltaba una risita baja, lavando mi manos y secando estás para después volver a la mesa, esta vez empezando a servirme pasta en un plato para mi.

—¿An, has visto mi camiseta negra?— Darien, mi hermano mayor se asomaba desde el pasillo.

—¿Cuál de todas Darien? Tienes como quinientas mil camisetas negras— respondí sin mirarlo, ya que permanecía concentrada en mi cena.

—Sabes cuál es, te la preste hace dos días y no me la has devuelto— protesto, a lo que yo esta vez lo miraba fulminante, este me miraba de igual forma con esos ojos azules, los cuales el si heredó de papá.

—Disculpa, pero esa camiseta ya no es tuya hermano, ya la hice mía— sonreí con malicia mientras mi hermano mayor rodaba los ojos, no estaba molesto pero ya era la 5ta vez que tomaba una camiseta suya y no se la devolvía.

—Te estás adueñado de toda mi ropa Andy, ¡eres una chica, usa tu propia ropa!— vocifero mientras caminaba hasta la mesa y se empezaba a servir pasta, papá se sentó a la mesa también.

—¡Pero la tuya es mas cómoda!, ya?— conteste mientras nos mirábamos desafiantes, papá golpeo la mesa suavemente, llamando nuestras atención.

—¡A cenar, parecen perro y gato!— reímos bajo, mientras papá volvía a tomar su tenedor entre sus dedos y empezaba a comer tranquilamente.

La cena transcurrió con papá y Darien hablando sobre sus trabajos, mientras que yo solo pensaba en ese chico alto de rastas, era inevitable, por un momento había pensado que tendría un amigo, por un momento me había imaginado tardes con Tom y el pequeño Pumba, tumbados en el césped debajo de aquel roble en el parque.

Suspire cansada, después de haber terminado de lavar los platos, secando mis manos para irme a la cama, pase por la sala, y esbocé un suave "buenas noches papá" despidiéndome del castaño, que yacía sentado en el gran sillón de la sala viendo su programa favorito.

Camine sin ánimos hasta mi cama, y me lance en esta, ¿realmente me estaba resignando? ¿Estaba aceptando que conocer a ese chico esa vez solo fue una bonita coincidencia que no volvería a ocurrir? Pues si.. no tenia de otra que aceptarlo, pues no sabía nada más de él, solo su nombre y apenas.

Suspire cubriendo mi cuerpo con mis sábanas, recostando mi cabeza sobre la suave almohada, mientras la tenue luz de la luna se infiltraba por mi ventana, dándole una suave y reconfortante iluminación a mi habitación.

Cerré mis ojos, sin saber por que deseaba en mi mente, que ese chico volviera a aparecer, deseaba con todas mis fuerzas que mañana cuando volviera a aquel parque, el estuviera allí.

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Resignarse o resignación: aceptar un hecho, una situación, algo que nos ha pasado y/o que nos está ocurriendo sin actuar ni hacer nada para cambiarlo, cuando si hay posibilidad de cambio.