"Limerencia"

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Viernes por la mañana, el de rastas refunfuñó al escuchar su ruidosa alarmas, pues eso significaba una sola cosa, "trabajo".
Tom se puso de pie, mientras de un manotazo hacia que el reloj dejara de sonar, caminando lentamente hasta su baño y empezando a ducharse.
Mientras lo hacía, a su mente llegó aquella castaña, "la castaña del parque" como el solía llamarla en su mente, sonrió, mañana la vería e irían a la playa, aunque Tom sabía que esa noche de feria cuando estaban en la playa, ella no había dicho eso de salir a la playa el fin de semana de verdad, el sabía que ella lo había inventado y sabía que ella pensaba en algo más.
Tal vez pensaba en lo mismo que él, eso que él pensaba desde la primera vez que la vio.
Por eso solo le había seguido la corriente a la castaña, quería averiguar que pensaba ella de él, de una u otra forma, pero lo averiguaría.

(Flashback)

—¿Donde está esa mentecita tuya eh?—
Tom le sonrió mientras le hacía aquella pregunta, observando los ojos oscuros de la castaña.

—Lo siento.. yo estaba pensando— dijo ella, a lo que Tom sintió algo de curiosidad y se puso frente a la castaña para observarla con más atención.

—¿Y que era eso en lo que pensabas?
Pareciera que era algo importante, estabas muy absorta— dijo el de rastas que yacía mirándola a los ojos con una media sonrisa, quería saber en que pensaba la castaña, quería saber si ella pensaba en eso que no paraba de rondar en su cabeza, quería saber si ella también lo percibía de él.

—Eh.. Pues pensaba en..— la castaña se detuvo, parecía pensar cuidadosamente en lo que diría a continuación, a lo que el de rastas la observaba con un leve eye smile, esperando a que hablara. — ¡En que tal vez venga a la playa el próximo fin de semana!— dijo la castaña finalmente, a lo que el de rastas solo pudo sonreír, ella se había puesto nerviosa, él podía notarlo y también podía notar sus mejillas sonrojadas, esa chica era demasiado tierna ante los ojos de el de rastas.

—Oh, genial, ¿vas a invitarme?— Tom quiso sonar bromista, por lo que le sonrió a la castaña con una leve expresión juguetona, y pudo notar como ella temblaba suavemente, a lo que él sintió algo extraño en su estómago, pero ¿que rayos? ¡Lo mismo que sintió en el parque el día que la conoció y que rozó su mano con la de la castaña por accidente!

No, no, no podía estar pensando en esas tontería, ademas ¡la castaña solo era muy tímida! Nada más, él aún no podía asegurar que ella sintiera aquellas sensaciones que él estaba sintiendo por ella.

—Ehm.. ¡claro! ¿Por que no?— dijo la castaña, a lo que el de rastas, sonrió en grande, sintió en ese momento que esa sería una buena oportunidad para conocerla más, ella, él y claro, ¡el pequeño Pumba!
Por ese dulce y hermoso cachorro, fue que pudo conocerla, y desde que la vio tuvo esa gran impresión, la chica había llamado su atención de sobremanera.

—Increíble, ¿te parece si llevo a Pumba?— propuso el de rastas, agregando que al cachorro le gustaba mucho estar allí, y que disfrutaba correr por la orilla, a la par que soltaba unas suaves risas, y pudo notar como la castaña parecía pensativa y sonreía a la vez, esa imagen de ella lo hizo sentir la sensación nuevamente en su estómago, ella era hermosa y tan sencilla.

—Sería genial, si..— la castaña lo miro y él también la miraba, sonriéndole dulcemente a la chica frente a él.

(Fin del flashback)

Mientras buscaba que ponerse en su guarda ropa, pensó que tal vez hoy podría salir un poco más temprano de su trabajo, e ir al parque, tal vez la encontraría allí, así que definitivamente intentaría salir más temprano.

Tom trabajaba con su padre en un pequeño local de mecánica que tenían, "Mecánica & Ferretería Los Kaulitz" tenía como nombre aquel lugar donde pasaba todos los días de la semana, reparando motos y autos, debía admitir que lo disfrutaba, ya que desde pequeño junto a su padre Jorg, Tom desarrollo un gusto inmenso por las motos y los autos deportivos.

Camino hasta su auto, mientras comía una manzana, era lo único que alcanzaba a desayunar, ya que no le gustaba comer tan temprano, su padre Jorg siempre era el primero en irse, pues se encargaba de abrir el local.
El de rastas arrancó en su auto, rumbo a su trabajo, "Solo debo terminar de reparar esa moto hoy, y podré salir temprano para verla" se dijo así mismo mientras aceleraba más su auto.

Todo un día de trabajo, se había concentrado únicamente en reparar esa moto, y lo había logrado, la había dejado como nueva y apenas eran las 3:30 de la tarde, "soy genial" se dijo así mismo mientras sonreía a la nada, se puso de pie y pasó sus manos llenas de aceite de motor por sobre su overol de trabajo, el cual yacía sucio del mismo líquido oscuro, camino hasta la oficina de su padre y lo observó, él hombre yacía sentado en su escritorio, parecía concentrado mientras firmaba unos papeles, el de rastas no quería interrumpirlo pero debía, pues tenia que avisarle que ya había terminado y que debía irse temprano hoy.

—Papá— llamó el de rastas, el alto hombre de pelo castaño, alzó la mirada, observando a su hijo a través de esos lentes cuadrados que llevaba puestos.

—Tom, ¿por que no estás trabajando?— volvió la mirada a los papeles sobre la mesa, su voz era tranquila pero firme y sería.

—Ya he terminado, pueden venir hoy mismo por la moto, o mañana temprano, yo debo irme, tengo que..— fue interrumpido por su padre, el cual volvió a hablar sin mirarlo, continuando con la firma en los papeles sobre su escritorio.

—¿Irte? Hay trabajo que hacer Tom, si terminaste con la moto, puedes ayudar a los demás trabajadores a avanzar con lo demás— Tom maldijo por lo bajo, ¿por que tenía que ayudar a los demás ahí? Se supone que el es hijo del dueño, del jefe, por lo tanto era superior a los demás ahí y no estaba obligado a ayudarlos.

—Papá, tengo un compromiso y voy a irme ahora, he dicho que termine de "mí" trabajo— dijo ya sintiéndose algo molesto con su padre, siempre era lo mismo, Jorg era muy severo con los gemelos, por eso Bill, su hermano, había preferido irse a casa de su madre Simone al otro lado de la ciudad, pues no soportaba la actitud demandante de su padre.

—¡Tom, mide tus palabras conmigo, soy tu padre y si te digo que te quedarás a trabajar, lo harás!— el hombre se había puesto de pie, alto y robusto, con esa mirada profunda y esos ojos de color marrón, los cuales Tom había heredado.

—Me iré de todas formas Jorg, no me puedes tener aquí, forzándome a trabajar como si fuera cualquier persona para ti, ¡precisamente por que soy tu "hijo" deberías entender que tengo mis propios asuntos!— el de rastas estaba enojado, intentaba no faltarle al respeto a su padre, pero este se la estaba poniendo difícil, el hombre suspiro levemente molesto y volvió a sentarse, mientras acomodaba los papeles en una de las gavetas del escritorio.

—Bien, vete, pero tú sueldo bajará un 20% este mes— respondió el hombre, a lo que Tom solo alzó los hombros restándole importancia, ¡el dinero era lo que menos le importaba!

Finalmente salió de allí, subió a su auto y notó la hora, 4:15, había perdido valiosos minutos con Jorg ahí, así que debía apresurarse si quería llegar al parque y encontrar a la castaña.

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"Limerencia"; pensamiento de obsesión y miedo al rechazo de la persona de la cual te sientes atraído.

Trouvaille [Tom Kaulitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora