Sábado por la tarde, yacía frente a mi espejo después de haberme probado casi toda mi ropa, ¡que tonta! Solo iría a la playa con Tom, ¡con Tom!
Aún así debía dejar de actuar como loca, y usar algo cómodo y sencillo, tampoco es como si fuera de gala.
Opté por unos shorts mostrando mis largas piernas, y un top pequeño que dejaba ver mi cintura, recogí mi cabello en una coleta alta, y en mi bolso de playa, agregué protector solar, una gran botella de agua, y unas cuántas cosas más, como una toalla y una que otra bolsa de papitas.
Mire la hora Justo cuando fui a tomar mi teléfono que estaba sobre la cama, marcaban las 3:30, bien, aún tenía tiempo de hacer unas cuantas cosas más, antes de que llegara Tom por mi, ¡si! Tom vendría en su auto a recogerme a las 4:00.Salí de mi habitación con mis cosas, dejando estas sobre el sofá de la sala, mientras me dirigía a la cocina, agradecía que papá no estuviera en casa y que Darien había salido con su novia Mila, la cual nunca me cayó muy bien.
Saque una lata de "Monster" de el refrigerador y me di unos sorbos, derramando por poco aquella bebida sobre mi, pues el ruido de un claxon me espanto, ¡Tom había llegado!Sin soltar la bebida energética que yacía en mi mano derecha, con la otra libre tome mi bolso, dirigiéndome a paso rápido hasta la puerta principal, la cual abrí, saliendo tranquilamente, pero ¡por dentro era un mar de nervios, y emoción" mire al castaño, el cual yacía recostado de su auto mientras jugaba con las llaves del mismo, mi corazón volvió a latir fuertemente como de costumbre, mientras lo observaba y me acercaba a él.
—Hey Andy, te vez linda— sonrió de lado, ¡tenia esa mirada! Tom me miraba de arriba a abajo, yo intentaba actuar normal, por lo que solo sonreí.
—Gracias Tom— me detuve frente a él y nos miramos unos segundos, hasta que el volvió a hablar.
—¿No se te ha quedado nada?— preguntó el, a lo que yo negué, mientras veía al de rastas abrir la puerta del copiloto para mi.
—Bien, entonces ¡vamos, la playa nos espera!— sonreí por la expresión de Tom, sonreía a tal grado que sus ojos se cerraban levemente, ¡se veía muy lindo así!
Me subí, y Tom cerró la puerta, al estar dentro noté al pequeño cachorro en los asientos de atrás, el cual al verme empezó a mover su colita animadamente y yo alce mi mano hasta atrás para acariciarlo, Tom rodeo el auto, y subió, lo encendió y partimos.
El resto del camino yo miraba a Tom de reojo, mis ojos se fijaban en sus manos sobre el volante, las leves venas que se asomaban a en sus brazos y sus largos dedos que sujetaban el volante firmemente, ¡Dios, tenia pensamientos muy profundos en ese momento!
Paramos en un semáforo y Tom aprovecho para mirarme unos segundos, también lo mire y este se limitó a sonreírme dulcemente, el semáforo cambio y Tom arranco, mientras empezaba a hablar.
—Por cierto, te debo decir, que no iremos a la playa de la otra noche, iremos a otra mucho mas alejada— dijo tranquilo mientras miraba atento hacia adelante, yo fruncí el ceño con suma curiosidad, ¿como que otra playa más alejada?
—¿Está muy lejos? ¿Por que iremos esa otra playa?— pregunté mientras observaba el perfecto perfil de Tom, este sonrió.
—Es que es mas bonita, esta menos habitada, por lo tanto es más limpia y no estaremos preocupados de si se nos pierde alguna cosa, por que estaremos solos— Tom hablaba tranquilo, pero yo era todo un caos de nervios, ¿solos? ¿Tom y yo, en la playa? ¡Dios, no se como manejare esto!
Me limite a solo asentir, sonriéndole nerviosamente a el de rastas.Pasaron unos minutos más y Tom se desvió de la carretera, hasta un pequeño sendero de arena, por el cual transitamos hasta llegar a un llano donde Tom estaciono.
—Bien, ¡llegamos!— se giró hacia mi y me sonrió, Tom parecía estar feliz, yo le sonreí mientras lo veía bajarse del auto, rodearlo y abriendo mi puerta, abriendo después la de el pequeño Pumba, el cual Tom tomo entre sus brazos.
Al salir del auto, sentí la suave arena en mis pies, pues solo traía unas simples sandalias de playa, al igual que Tom, el cual solo llevaba una simple camiseta blanca, un short de baño y solo llevaba sus rastas atadas de una manera algo peculiar pero, se veía genial a mi parecer.
—¡Vamos!— dijo Tom, mientras acomodaba una mochila en su hombro, para después tomar mi mano y tirar de mi suavemente hasta un sendero más pequeño y estrecho, el cual llevaba hasta la playa.
Al estar ya en la playa, Tom bajo al pequeño Pumba, y este inmediatamente empezó a correr por todo el lugar, sonreí al verlo, sin inmutarme de que el de rastas aún sostenía mi mano y que no miraba al cachorro como yo lo hacía, sino que me miraba a mi.
—Realmente ama la playa— dije con voz suave mientras estaba absorta en el pequeño cachorro corriendo por la orilla, pero la mano de Tom apretando la mía, me saco de mi concentración, mire nuestras manos entrelazadas y después alce mi mirada hasta él, Tom me miraba con ese brillo en sus ojos, mientras sonreía, pero ¿por que me miraba de esa forma? Era la misma mirada de ayer en el parque, la misma de la feria de esa misma noche que me dio su camiseta.
—Tom..— lo llame, este solo respondió un leve "¿si?" Mientras yo ahora observaba a nuestro alrededor.
—¿Que pasa?— volvió a preguntar el de rastas, frunciendo suavemente el ceño.
—Ahm, nada, solo que, donde pondremos nuestras cosas, hay que buscar un lugar— le sonreí, este asentía repetidas veces y también se limitaba a observar buscando un lugar perfecto.
—Uhmm, que te parece poooorrr, ¡allá!— apuntó un lugar donde habían algunas rocas, y estábamos cerca de una pequeña área verde llena de dientes de leon, esas florecitas que yo amaba soplar cuando era pequeña, a la par que pedía un deseo.
Esa tarde Tom y yo, disfrutamos del suave sol, jugamos en la orilla con el pequeño Pumba y nos bañamos entre las olas, sin dudas el mejor día de playa de mi vida, me sentía mas cerca de Tom que nunca, ya no me sentía tan nerviosa y es que este día de playa nos había acercado mucho más.
Mientras el castaño de rastas me tenia sobre su espalda, yo rodeaba su cuello con mis brazos, mientras reíamos a carcajadas, Tom intentaba saltar cada que venía una ola para no ser cubierto por estas, pues el de rastas ya había bebido algunos sorbos de agua salada.
Luego de un rato salimos del agua, el pequeño Pumba yacía en una de las toallas que habíamos puesto sobre la arena, Tom y yo sonreímos, el pequeño cachorro estaba agotado.
—Mira, hay muchos dientes de leon aquí— me acerque a la par que tiraba suavemente de su mano, el de rastas me seguía con una sonrisa.
—Si hay muchos, mi mamá solía decir que al soplarlos, estos te concedían deseos— río suave tomando uno y observándolo con una sonrisa algo triste, en ese momento sentí el impulso de preguntar por su madre.
—¿Vives con tu madre?— Tom me miro aún con esa sonrisa en los labios, y negó suavemente.
—No, ella vive al otro lado de la ciudad, no hace mucho, Bill se mudó con ella, pero el me viene a ver los fines de semana— sonrió al decir eso último, mientras yo aún seguía teniendo curiosidad.
—¿Por que no la visitas?— pregunté, Tom se quedó en silencio por un momento, y después habló.
—Es algo difícil de contar ahora, pero algún día te lo diré— me miro y sonrió achinando sus ojos hermosos, a lo que yo asentí y le sonreí dulcemente aparentando su mano con cariño.
—Te entiendo Tom, esta bien— el sonrío por el gesto que le hice, apretando también mi mano, y sonriendo aún más.
Disfrutamos del atardecer y a la par que el sol se escondía, ambos soplábamos un diente de leon, pidiendo algún deseo.
Mire al castaño, me preguntaba ¿que habría deseado?————————————————————
"Felicidad Efímera";es transitoria, a partir de ahí es cuando sentimos que algo mejora en nuestra situación de vida, nos sentimos felices. Sin embargo, si esta mejora se mantiene, la felicidad desaparece y pasamos a un estado de "bienestar".
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Trouvaille [Tom Kaulitz]
FanfictionAndy, una chica solitaria en busca de acabar con la monotonía que la rodeaba, a sus tan sólo 17 años, no conocía el amor y mucho menos tenía amistades, pero eso pronto cambiaría. Definición de "Trouvaille":Hallazgo valioso descubierto por casualida...