Mi Vida {Shinobu Y Tu}

三

"Sotano"

Con cuidado Shinobu subió el vidrio de la ventana hacia arriba, agarrándose del marco de la ventana dando una vuelta hacia dentro cayendo de puntillas sobre la madera, al interior del edificio.

Según su cuervo esta era la ubicación del demonio, aunque lo más probable era que solo fuera un escondite parcial. Pensaba Shinobu, ya que, un internado como centro principal era una tontería, sobre todo por ser un internado, aunque todos se veían demasiado jóvenes eran muy callados a su parecer incluso más que Tokito.

Miró ambos lados y el suelo bajó sus pies rebotó levemente pero de forma brusca, miró hacia abajo con el entrecejo fruncido notando que estaba sobre una trampilla, que volvió a levantarse. De un salto salto a las vigas del techo balanceándose hasta subir los pies, enredándolos en la viga ocultándose. La trampilla por fin se levantó y de ella salieron dos personas con uniformes médicos, haciendo a Dhinobu levantar una ceja.

El sótano, un lugar oscuro que aterra a todos los humanos por el escalofrío y sensación de ser observados que provocaba, el único lugar de una casa en el que no entra ningún rayo de sol perfecto para todo demonio.

De su cinturón sacó un bisturí que lanzó dejándolo atrapado entre las grapas de la puerta de la trampilla, de este modo no haría ruido cuando lo levantara. Ambas personas se fueron y al ver el pasillo despejado volvió a bajar cayendo de puntillas, abriendo el sótano y recuperando su bisturí, bajando por las escaleras quedando por momentos en completa oscuridad, que la dejaban sin siquiera saber hasta dónde llegaban las escaleras.

Shinobu se agachó hasta quedar sentada, comenzando a bajar las escaleras de potito, era humillante pero sus ojos poco a poco se acostumbraban a tanta oscuridad.

Por fin tocó el suelo, volviendo a levantarse cada vez podía ver más a detalle el lugar aunque era complicado. Era un pasillo largo con muchas puertas, todas cerradas y el techo estaba lleno de vigas, pero no sentía la presencia de ningún demonio cercano o alrededor. Entre cerro un poco los ojos intentando ver más allá del pasillo principal, más o menos logrando ver como al pasillo se dividía en dos.

Dudo sobre si continuar, podría haberse equivocado y en verdad el demonio no estaba ahí y si seguía perdiendo el tiempo el demonio podría escaparse al notar su presencia.

Casi dio un paso para volver a las escaleras cuando escucho golpes de lata no muy lejos de donde estaba, volvió a voltear alerta desenvainando su katana flexionando un poco las piernas comenzando a caminar con sigilo por el pasillo a oscuras, con la mano contraria adelante marcando distancia en caso de chocar con algo o en caso de que alguien apareciera de la nada, volteando a todas direcciones tratando de ver si algo se movía y, tras unos segundos el golpe de lata volvió a escucharse esta vez más cerca.

Sonrío sosteniendo más fuerte su katana y con su mano libre empujó la puerta a un costado, no había mucha luz pero la poca que había la cegó por unos segundos hasta volver a acostumbrarse, vio a una chica en una camilla atada de tobillos y muñecas llena de costuras y sangre escurriendo por su boca.

Detuvo su posición sorprendiéndose, volviendo a guardar su katana acercándose a la camilla casi corriendo, intentando calmar a la chica, sacó el bisturí de su cinturón comenzando a cortar las cuerdas que la sostenían de las piernas.

A su espalda siento un escalofrío volteando sobre sus hombros viendo a un chico que la golpeó en la cara intentando aturdirla, y luego agarrandola de la pierna y la rodilla, subiéndola a la camilla golpeándola con el codo en la espalda, haciendo presión hacia abajo Shinobu solto un quejido, sonriendo con molestia haciendo presión al costado de sus zapatos desenbainando la cuchilla escondida en la suela de su zapato, elevando la parte suelta de su pierna clavándola en el hombro del chico, haciéndolo aflojar su agarre.