Besos |SaneGiyuu|

Un "Para siempre"

Sin descripción ¿Es obvio no? Recuerden leer el título y la frase final de esta cap, es parte de todo.

Beso lagrimoso.

Bueno, no.

Beso palpitante.

Se depositan sobre y alrededor de los labios de la pareja miles de besos pequeños.

Fue inevitable, todo ocurrió de un momento al otro.

La batalla final.

Perdieron a mucha gente, pero lograron derrotar al rey.

Aún tristes, pero en el fondo sabían que estarían orgullosos de ellos.

Los de rango inferior fueron apartados de aquí, solo solicitados para ayudar a los kakushi's. Muchos resultaron gravemente heridos, otros muertos, pero al final con la felicidad de esta victoria.

Durante un par de meses estuvieron recuperándose, ahora sin la pilar de los insectos, era más difícil curar a todos, pero Aoi logro manejar todo muy bien, con ayuda de las 3 niñas y Nezuko.

Sanemi estuvo de luto por su hermano, pero siguió siendo el apoyo de Giyuu y viceversa. El azabache perdió su brazo derecho, había sangrado mucho por lo que tuvo que quedarse en un reposo por unas semanas.
Ahora se encontraba mejor.

Ambos se encontraban en un prado de margaritas, el sol brillaba, una suave brisa pasaba por todo el lugar, dando un aspecto tranquilizador.

Sanemi sentando y apoyado en un árbol, pasando sus manos en el suave y recién cortado pelo de Giyuu, mientras que este último estaba recostado en el suelo, su cabeza apoyada en el regazo del albino y observando el rostro de su amado.

Cada día se sentía mejor, pero también cansado; era algo que preocupaba a ambos, pero no le dieron importancia.

Nemi — Habló el azabache, tomando de la mano al albino — Te amo.

Lo sé cariño — El albino le dió una suave sonrisa al azabache, apretando su mano contra la de Giyuu— Yo también.

Solo quería recordar, siempre te amare —Una lágrima traicionera escapó de sus ojos azules— No importa que, no me importa si me odiaste en el pasado, si me odias hoy o mañana, yo te amo.

Sanemi sabía a dónde se dirigía está conversación.

En otra vida cariño — Empezó a hablar Sanemi — Espero volver a encontrarte, volver a amarte y ser parte de tu vida de nuevo — Se tomó un momento para admirar el rostro del azabache — Lo se Giyuu, cada día te veo más cansado, pero eso no me impide amarte, no me alejaré de tí.

Giyuu soltó más lágrimas, ambos sabían que sus días estaban agotando.

Siempre te amare, más que a nadie Yuu —Sanemi se posicionó para que su cabeza estuviera cerca del azabache, sintiendo la respiración del contrario—

Empezó a repartir pequeños besos por toda la cara de Giyuu, quien empezó a reírse un poco.

Ahora era Giyuu quien se logro levantar y se acercó a besar suavemente a Sanemi, sus labios contra los de su novio, dando una lenta y dulce danza.

Su mano izquierda se acercó al rostro de Sanemi, acariciando su mejilla y limpiando la lágrima que soltó el albino.

Ambos sellando su amor por siempre en aquel árbol, con suaves y dulces besos.

Aunque le duela la partida de su ángel, sabe que pronto se unirá a él, sabe que tú amor será para siempre sin importar que.

Te agradezco todo lo que has hecho por mi, gracias por aparecer en mi vida.

Las últimas palabras de Giyuu, antes de que partiera de este mundo.

Gracias a ti Yuu, recuerda que siempre te amare, no importa en dónde, cuando o quien seas, te amare por lo que eres o serás.

Puede que esté deprimido, pero seguirá adelante, por su amado novio.

Seguirá adelante en lo poco que le queda de vida, lo echara de menos, pero por él vivirá lo más que pueda, con una sonrisa en su rostro y margaritas en sus manos.

Sabes, las margaritas me gustan

¿Por qué?

Porque me recuerdan a ti Nemi.

Recuerda ese día, el último día en el que estuvieron en paz antes de la batalla final.
Aún no sabía porqué al azabache le gustaran las margaritas, dudaba que solo sea porqué le recordaba a ellas, pero aún así llevaba estás flores a la tumba de su amado.

Acomodo el ramo en un jarrón azul cielo, poniéndole unos lirios como acompañante.

Observo la foto de Giyuu, el cabello no le llegaba al hombro, pero tampoco era corto! sus ojos parecían oscuros, pero aparecían con un brillo único; su sonrisa no era enorme, pero se apreciaba la suavidad y amabilidad

Solto lágrimas, se permitió llorar ante la perdida de su amado, volver a ser aquel chico débil que protegía a los que quería.

Solo esperaba que Genya y Giyuu lo estuvieran esperando.

Dejo un beso corto pero lleno de amor en la fotografía.

Se retiraba de su tumba, aún con lágrimas pero con una sonrisa.

Solo recordó aquel día en ese campo de girasoles, dónde hubo un "Para siempre"

Pero muchos "Te amo".

🌼🌼🌼

En realidad las margaritas siempre me recordaron al SaneGiyuu.

Este sería el final en realidad, en unas semanas o día estaré publicando otro libro inspirado en Titanic pero con el ship SaneGiyuu :D, espero pasen a leerlo<3

Tengan bonito mes.