Las horas pasan velozmente ante sus ojos, su alma flota sobre su cuerpo o su mente solo da vuelta demasiado rápido, las grietas en las paredes son extensas e infinitas, las luces tenues conforman su paisaje.
El viento sopla y las ramas arrasan con furia las ventanas, él oye cómo sus garras intentan destrozar los cristales queriendo entrar, adueñarse de esa casa, de esa alma atormentada por el pasado, de ese cuerpo alterado por el alcohol que intenta olvidar y callar aquellas voces que viven en su cabeza o quizás no, quizás no vienen de dentro suyo , tal vez en ese lugar donde duerme, come y vive intenta decile algo, advertirle capaz.
Su cabeza da vueltas, la concentración ya no es una opción, los fantasmas del su pasado lo atormentan, esa vida no conseguida acechan sus sueños, espectros de su oscuridad invaden su realidad. Un amor perdido o el miedo a el pesa en sus hombros, sorbos y más sorbos de una botella de ron callan esas voces que lo marean, que lo vuelve irracional, pierde sus miedos y solo llora. Llorando pide perdón a los seres flotantes a su alrededor que le exigen más de lo que puede dar, más de lo que es capaz de sentir. Acaso se ha vuelto loco, acaso en realidad los anhela .
La noche es fresca y tranquila, su mundo da vueltas y sus pies se mueven a una dirección desconocida, le susurran al oído palabras que no es capaz de comprender, Sus paso son tambaleantes y erraticos .
Su cuerpo choca contra otro que pide perdón y se aleja, se enoja y grita mientras el otro sigue alejándose pero él se obsesiona, exaltado persigue a aquella sombra que se aleja de él a pasos apresurados en esa noche lenta y solitaria.
Nervioso acelera sus pasos y lo alcanza, se impregna de aquel calor anhelado, sus manos danzan sobre aquel cuerpo ya sin vida al compaz de la música, música cantada a coros por los seres a su alrededor dándole la bienvenida al nuevo integrante.
Sus manos siguen moviéndose, sonríe y disfruta del acto perfecto.
Se aleja y sigue su camino.
Los ojos en aquella oscuridad, las grietas en las paredes se su casa gritan y piden desesperados devorar ese cuerpo, beber la nueva sangre.
Todo se vuelve más oscuro y frío, una mano extiende aquella bebida que lo alivia y atonta, ya nada duele, nada lo lastima.
Ese color rojo impregnado en su cuerpo le causa gracia y melancolía mientras se sumerje en un sueño profundo, rodeado de sonidos, gritos e imágenes que al despertar jamás recordará.
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Una parte de mi- Minicuentos-
Short StoryHistorias cortas que te llevan a un nuevo mundo, allí dentro mío, en lo mas oscuro donde estas historias cobran vida.