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Despertó en ese sucio colchón, llego a pensar que lo de anoche fue solo un sueño, comprobó que no al ver heridas en su cuerpo, todo su cuerpo estaba echo un desastre. Incluso sus mejillas estaban lastimadas.

Lloro como nunca antes había llorado, ver su cuerpo en ese estado, tan demacrado y sucio. Y saber que Jimin lo seguía haciendo muchas veces más, la llenaba de miedo, no podía escapar y si lo intentaba siempre sería lo mismo.

" Mi pequeña, te heriste! Mami te curará.

Estaba llorando en el piso, tenía siete años, y esa herida dolía mucho, solo era una pequeña herida que de igual forma dolía.

Ya no llores más, pronto pasará el dolor"

Y con ese recuerdo, limpio sus lágrimas, su cuerpo temblaba, del frío y dolor. Tenía que pensar en algo si no salía sus heridas se infectarían.

—ustedes ya comieron? — se dirigió a las ratas. Su mirada se vio perdida cuando se dio cuenta que hablaba con animales que nuca le responderían y los cuales eran sus únicas compañías. Las ratas andaban de un lugar a otro corriendo. — me estoy volviendo loca!

Cerró sus ojos, los cuales abrió al instante, una rata se le había trepado encima y pudo sentir el hocico del animal sobre una de las heridas del abdomen. La tiro de inmediato y vio con temor a los lados.

— Si no recibo la atención adecuada mis heridas se infectaran y moriré, estos animales sentirán el olor de mis heridas. — con sus ojos lloros agachó su rostro sobre sus rodias.

Estaba demacrado débil como seguir cuidando que las raras no se treparan sobre ella. Y es que su cuerpo aún dolía, su vagina dolía.

— Pensé que ya estabas muerta. — Entró burlándose. Jade no respondió, no tenía fuerzas ni para eso.

—Amanecí de buen humor. — se acercó y miró el deteriorado cuerpo de la doctora. — Aunque no lo creas, ir a misa me sirve de algo, siempre escuchó al padre decir qué hay que ser bondadoso con el prójimo  y esta vez lo pondré en práctica. Además que ayer me confesé y según el padre ya estoy perdonado de mis pecados y me dejó de deber hacer una buena caridad.

Al ver que no respondía tomó el rostro que era cubierto por el cabello y lo levantó.

— Justo tenías que desmayarte. — se quejó.

Quito las cadenas y la cargo, Jade iba algo consiente, vio un gran resplandor que molestó sus ojos. De poco en poco iba recuperando los sentidos.

—Eres hermosa.

Escuchó decir y después sentir frío. La había metido en una tina con agua.

—Deja de moverte! Para todo eres así? Aunque no me molesta que lo hagas cuando te follo.

—Esta frío.— trataba de recuperar aire ya que Jimin la había sumergido por completo unos segundos y este solo se burlaba.

— Mierda cálmate. — le gritó.

Los labios de Jade temblaban al igual que su cuerpo. Jimin la sacó de la tina y la llevó a una habitación. Era de color blanco con gris, limpia, con una cómoda cama y una mesa de noche con aire acondicionado. La dejó sobre la cama desnuda.

Llevo con él un maletín, de donde saco cremas, alcohol, algodón y vendas. También habían pastillas y jeringas.

Su piel blanca y pálida contrastaba con el color rojo que habían tomados sus heridas. Estaba desnuda sobre esas sábanas blancas y la merced de Jimin.

—Deja de llorar, no soporto los llantos de ninguna persona. — se quejó, jimin limpiaba las heridas de las piernas. — Te he dicho que deje de llorar. — le gritó y le dio una bofetada, jade empezó a llorar más. —Mierda, eres la mujer más llorona y dramática.

— Maldito imbecil heriste todo mi cuerpo, me golpeas y abusas de mi, eso es poco para ti?

— Se que me pase, no volverá a pasar, para la otra me controlaré. Contenta?

— Quiero irme! Así no tendrías que escuchar mi llanto.

Jimin sonrió y negó.

— No pondré cargos yo no dire nada de esto, pero ya déjame libre...

— Sabes algo! Tu patético noviesito no a parado de llamar. — la mirada de Jade se iluminó. — Ni te emociones, él dejó muy en claro que no quiere una puta ofrecida como novia, me lo dijo cuando le contesté la llamada. — la miro esperando la reacción.

— Que le dijiste Jimin? — pregunto con sus ojos lloros.

—La verdad, que te acaba de coger tan rico que no parabas de gritar mi nombre y pedias más.— claro que lo último era mentira. —Él muy idiota no podía creer y me pidió que te pasara el teléfono, le dije que de tanto hacer el amor te quedaste dormida y el siguió insistiendo, así que no le quedó de otra que mandarle fotos como evidencia.

— Que hicisteis? Tu no tenías el derecho de...

— Si tengo derecho, ahora tú estás con migo, yo soy el que te follo así que tengo todo el derecho. — le dijo molesto. — además quien deja el teléfono sin contraseña?— Jade se dio un bofetada mental después de recordar ese descuido.

— Te odio ...

— Si como sea.— sacó el teléfono y abrió el chat. — mira quedasteis linda.

Las lágrimas de Jade se resbalaron por las mejillas, le había enviado fotos de ella, una en donde enfoca su vagina con el semen saliendo de hay, otra de cuerpo completo sobre él sofá sin camisa y solo en braga, otra en donde Jimin la besaba sobre el sofá y apretaba sus pechos y la última y más explícita, donde Jimin la estaba penetrando y tocando, mientras ella gemía, era un video de unos diez segundos y estaba borroso solo se veía el cuerpo de ellos a la perfección.

— No tenías porque que hacerlo. — Le gritó y le dio una bofetada que sonó en toda la habitación, Jimin se tocó la mejilla y la miró molesto, aún así sonrió y la tomó del cuello.

—Te aviso, tengo cámaras en toda la casa y no dudare en mandarle mas videos de ese tipo si me vuelves a golpear maldita zorra.

El contacto aparecía como bloqueado y Jade seguía llorando, no podía aceptarlo, ella no era un puta y menos le había sido infiel por voluntad propia. Le dolía que su novio pensara en eso.

Jimin la vio tan débil y se enojó, tenía una especie de celos, tanto lo quería? Así que se quitaría el enojo. La tomó de cuello y a la fuerza la acosto, abrió sus piernas y la tocó.

— No tendré que quitarte la ropa! — le susurro.

— Me das asco suéltame.

Jimin la veía de forma amarga, aún con heridas el cuerpo de Jade se seguía viendo atractivo y se odiaba a él mismo por lo que estaba sintiendo.



[...]

Secuestro' Tortura y Placer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora