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-Volveré enseguida me puede esperar aquí?.- Le mencionó al taxista.

-Claro Joven.

Ella se bajo y lo único que llevo fue una pequeña caja envuelta en papel de regalo. Jade ese día se veía aún más linda  y llevaba consigo una enorme sonrisa.

-Buenos  días, quiero ver a Park Jimin.

-Cual es su nombre?.-Le pregunto de manera amable.

-Jeon Jade.

-Tiene alguna sita con el Joven Park.- le pregunto la recepcionista. Jade negó un poco confundida.- Lo siento pero lo puedo dejar pasarla si no tiene sita o si no es familiar del joven.

Jade vio el regalo que traía en sus manos.

-Soy una vieja amiga y le traigo un regalo, por favor será rápido, no dire que usted me dejó pasar de todos modos. No tardaré ni cinco minutos.

-Es que no lo sé, podría meterme en problemas...

-Será rápido, lo prometo.- Al final la recepcionista terminó rindiéndose ante los encantó de Jade.

Le dio la el piso y número de oficina. Jade lo busco y cuando por fin encontró la oficina tocó a la puerta.

-Pase.- Se escuchó una voz. Jade se vio por última para ver que estuviera bien vestida. Abrió la puerta y entró. Jimin tenía la mirada en la computadora y parecía muy concentrado.

-Jimin.- Al escuchar esa dulce y angelical voz dirigió la mirada en esa persona. Jade estaba tan diferente y por alguna razón se le formó una pequeña sonrisa, Jimin estaba feliz porque Jade se veía más recuperada y se notaba físicamente.

-Jade no debes estar aquí.- Jimin se levantó de su asintió y se acercó. Pudo sentir el exquisito olor que desprendía  Jade, vainilla y frutos rojos.

-Será rápido.- El rubio invadió el espacio personal de Jade y con tenor llevó la mano a la barriguita que se notaba aún más.

-Está más grande.- Le dijo viéndola y aún sin quitar la mano.

-Ya casi llevó tres meces.- Le sonrió.- Es muy inquieto, se mueve mucho por las noches y tarde.

Jimin se alejo solo un poco y al verla otra vez supo que en verdad la amaba. Porque solo ella podía hacer que sintiera esa sensación de paz y al mismo tiempo un deseó incontrolable por poseerla. Y entonces Jimin sabía que lo último no estaba bien, ya no quería seguirla lastimando y por ese motivo la dejó ir. Porque la ama y ella estará mejor sin él.

-Debes irte.- Trató de sonar frío.

-Lo se... Solo quería darte esto.- Le entrego la caja.- Ábrelo cuando me valla, quizás te gustará saberlo.

Jimin por un impulso tomó la mano de jade y se acercó más a ella. Sin despegar la vista uno del otro Jimin la besó. Sus besos no habían cambiado en nada, seguían dulces, sus labios esponjosos y aún seguían manteniendo la pureza.

Sin saber que ese sería el último beso y la última vez que quizás se verían, él la tomó de la cintura haciendo el beso más intenso. Ambos lo estaban disfrutando.

-Jimin.- Un hombre de unos cincuenta años entró y vio a Jade con desprecio.- Veo que estas ocupado.

La seguía viendo de igual forma que antes. Jade no entendía nada y solo vio a Jimin sin comprender.

-Ella ya se iba papá.- Solto la mano de Jade.- Jade vete por favor.

-Entonces está es una más de tus putas Jimin.- La vio con una sonrisa repugnante.-Es la que dijo Yonji que no te deja en paz.

El papá de Jimin sabía todo lo que su hijo hacía y él mismo lo ayudó cuando Jimin empezó con esa locura de secuestrar y torturar jóvenes. La única regla que le puso es no dejar embarazada a ninguna y si ese fuera el caso él mismo mandaría a matar a esa mujer, que para el señor Park Ninjon no eran más que putas desde el momento que eran secuestradas.

Y yonji era uno de los guardelpaldas de Jimin y que lo seguía a todas partes por encargo de su padre.

-Jade debes irte ya.- Jimin le hizo seña que lo siguiera y Jade lo entendió.

Antes que Jade pudiera salir, el Señor Park la tomó del brazo.

-Ahora entiendo porque mi hijo no a querido volver a escoger a otra... Mírate tan joven  y linda, todo lo que un hombre quisiera tener.

Jade se sentía amenazada y veía como ese hombre la miraba de pies a cabeza.

-Suéltala por las buenas o las malas...

-Hermanito.- Se escuchó la voz de una joven y la puerta se abrió.- Jimin yo quería saber si puedo salir esta noche...

Una joven de menos de veinte años entró y vio la escena ajena a ella. Era Park Hye la hermana menor de Jimin y la hija más pequeña del señor Park. Jade y ella cruzaron miradas, una chica piel blanca estatura pequeña, labios gruesos, piernas grandes y con una cadera diminuta, lo primero que pensó Jade es que era muy linda y parecida a Jimin de cierta forma.

-Hye espérame afuera, yo iré en unos minutos.- la chica sin renegar salió dejándolos otra vez solos.

-Ven aquí Jade.- Jimin la alejo de su padre.

-Veo que estás embaraza.- Le vio la barriguita y luego dirigió la mirada a Jimin.- Eres un estupido Jimin! No puedes controlar a esta niña y de paso la dejas embaraza... No quiero que la madre de mi nieto sea una puta.- Le gritó.

Jimin ignorándolo se dio la vuelta para ver a Jade, tomó sus rostro con las dos manos y lo acariciaba.

-Debes irte, te lo pido no me busques más. Es por tu bien y la de nuestro hijo.- La palabra "nuestro" lleno al señor Park de más enojo.- véte lejos y no vuelvas.

Jade con lágrimas deslizándose en su rostro asintió. Jimin volvió a besarla un beso fugaz para ambos. Y así Jade salió y Jimin se quedó discutiendo con su padre. El señor Park era más peor que Jimin y ahora Jimin solo quería protegerla de él.

[...]

Secuestro' Tortura y Placer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora