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Un mes en donde Jade había disfrutado de los encuentros sexuales con Jimin. Avía disfrutado de cada uno de ellos, aunque Jimin aún seguía siendo el mismo y solo la utilizaba para el sexo.

— Jade, donde cárajos estás? — le gritó desde la sala.

—Arriba, pero ya bajo. — jade salió casi corriendo de la habitación, cuando llegó a la sala podía ver a Jimin irritado. — Jimin por fin llegas. — le sonrió y le tomó del brazo llevándolo al comedor. — Te prepare tu comida favorita.

Le mostró el plato de comida, eran fideos con carne y un pan tostado con queso derretido y junto a ese planto había otro igual.

Jimin hizo puño su mano y arrugó su frente, odiaba que ella fuera así, la odiaba porque lo trataba bien. Se acercó a ella y la empujo, tiro la mesa completa botando todo en ella. Jade le miraba sin entender, ella solo quería pasar un momento ameno.

— Te he dicho que no tienes que hacer estas cosas. — le gritó mientras le apretaba el cuello. — Soy tu maldito secuestrador y tienes que comportarte como lo que eres, la víctima. — Finalizó y la dejó caer en el piso, Jade trataba de recomponerse, casi la había asfixiado por completo. Avía olvido lo cruel que Jimin podía llegar hacer.

Este se acercó y la tomó

— Te demostraré tu lugar maldita puta. — la tomó de cabello y la terminó de tirar al piso.

Jade trataba de defenderse, quería levantarse y salir corriendo pero Jimin era más fuerte. La besaba de forma brusca y tocaba su feminidad de igual forma.

Le levantó la camisa y la penetro, de forma rápida y para nada sutil.

— Ahh ~ Jimin está doliendo, detente. — le pendía entre gemidos de dolor, Jimin le abofeteó.

— Esa es la idea, tiene que doler preciosa. — y siguió abusando de ella en el piso de la cocina por un buen rato.

Jade estaba en el piso, tirada, solo escuchaba los pasos de Jimin pasar cerca. Aún desnuda y con todo su cuerpo doliente. Aunque le dolía más el saber que Jimin no la ama y que la trata como una golfa más.

— Levante. — al ver que Jade seguía hay se puso de cuclillas y tomó el rostro haciéndolo que lo viera. — Vez, tu solo eres mi víctima, este es tu lugar. Y tienes que saber respetar tu lugar. — Jimin miró el piso manchado de sangre y sonrió, esa sonrisa que solo alguien dementé puede poner pero que Jade avía empezado amar.

— No quiero que entres al sótano y pobre de ti si lo haces.

Entonces el rostro de Jade se enfureció. Jimin la avía dejado sola, se levato y se dirigió a la habitación.

— No te dejaré, no me remplazaras. — decía enojada. buscaba algo entre los cajones y viendo los encontró sonrió.

— Tu me hiciste esto, ahora tú pagarás las consecuencias. — Toda expresión relajada y angelical había desaparecido de ella, hace mucho tiempo que algo en ella se murió . Y quizás para su buena suerte avía aprendido algo de Jimin.

Sonrió de forma sombría al ver las pastillas anticonceptivas irse por el inodoro.

...

— Jimin?

— Que quieres ? — le respondió de mala gana.

— Me siento sola. — llevó su mano hasta su propia intimidad y dio suaves toques. — Me ayudarías?

Jimin estaba excitador de verla tocarse ella sola pero ya tenía dar por terminado todo contacto con ella. Él se acercó, junto sus labios y la tomó de la cintura.

— Si tantas ganas tienes, ve y quítatelas tu sola. — se alejó de y la observó de arriba hasta abajo he hizo una mueca de asco. —Ya no me interesas, tu cuerpo ya no es el mismo, mírate estás tan demacrada y no se si sentir lastima o asco.

Los ojos de la doctora se supusieron lloros al instante, miro sus brazos sus piernas y tenía muchas marcas, todo en ella había cambiado.

— Si te diera asco no me tocarás, ni me besarías.— dijo en un hilo de voz.

Jimin negó y su mirada era fría.

— Es porque no tenía con quien quitarme las ganas, mañana vendrá alguien por ti y te dejara lo más cerca de tu casa ... ya sabes nada de delatarme, ni buscarme.

— Te amo, no puedes solo dejarme así por así. — le gritaba viendo como él se alejaba.

Sus manos estaban temblando, sentía frío y su pecho doler, era una recaída. Subió la habitación y solo se tiró a la cama, había perdido la noción del tiempo, en cuanto toco la cama se durmió.

" Mi ex novio abusaba de mi en todos los sentidos.

Por qué nunca lo dejaste si tanto daño te hacía?

La chica sonrió y negó, era una amiga de Jade.

Porque lo amo, se que me hacia daño, pero eso no me importaba, solo quería estar con él.

Hasta el punto de atentar con tu vida?

Sabes que lo volvería hacer, no me arrepiento de lo que hice.

Jade se levantó, había dormido mucho, ya era de noche y sentía frío.

Su primer pensamiento fue Jimin.

¿Donde estaba el rubio?

Jade fue revisar la habitación del al lado y no estaba, hizo lo mismo con la cocina y sala y tampoco.

El único lugar era el sótano.

Todo el pasillo era un poco oscuro y sombrío, quizás sería una loca en pesar que Jimin podría estar hay.

¿Que haría en ese lugar?

Fue escuchando ruidos , que luego se escucharon mejor y más fuertes, eran gemidos. Sintió su corazón acelerarse y su enojo aumentar. Empujo de forma lenta la puerta que estaba sin seguro y la abrió solo un poco para poder ver.

En ese mismo colchón sucio y viejo estaba una chica de cabello rojo, era la misma de la foto. Estaba abierta y gemía, mientras Jimin la penetraba, ambos desnudos, él la tocaba y ella parecía disfrutarlo.

— No te detengas ~ sigue. — pidió entre gemidos la chica que se aferraba a la espalda de Jimin y le daba absceso para que la tocara.

Jade pensó que esa chica debería estar loca para que de una se dejara abusar por su secuestrador y de paso disfrutarlo, porque claro que la pelirroja lo estaba disfrutando.

Escuchar los gemidos de ambos y las palabras de la pelirroja alabando a Jimin fue suficiente.

Los dejó que siguieran. Jade entró al cuarto y empezó a tirar todo y llorar.

— Soy una tonta, debo irme.

¿En realidad haría eso?


[...]

Secuestro' Tortura y Placer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora