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Yoongi no podía creer lo que estaba haciendo o más bien, no sabía lo que llevaba haciendo hace una semana.

Al terminar sus misiones o pocos trabajos en el reino montaba su caballo y trotaba hasta la pequeña cabaña que yacía en el bosque, con una chica la cual no tenía conocimiento de nada, escasamente sabía pronunciar palabras bien y, para darle el toque perfecto tenía su olor un poco más dulce al igual que el rey Jimin.

Había descubierto que no sabía escribir ni leer, pocas palabras que escuchaba las aprendía de personas que pasaban por el bosque. ¡No sabía que existían los cambia formas! Y se alegraba cada vez que lo veía, pues Yoongi era su entretenimiento cada que se transformaba.

—Me meteré en problemas. — susurro bajando las escaleras de la mansión para salir y caminar hasta los depósitos.

Llevaba una semana sin que el rey Jeon se diera cuenta, cuando estaba en la biblioteca o el despacho con trabajos a montones. Al llegar salía directo al baño de su alcoba donde quitaba rastros del olor dulzón de la joven.

Yoongi no tenía idea de porque se sentía preocupado al dejarla ahí, también si comía o no. A veces no podía dormir pensando si en la noche dormía caliente o pasaba frío. Muchas veces buscaba alguna excusa para pasar cerca de las tierras neutras del reino. Como ahora.

—Oye— llamo a un joven, este volteo dejando algunas herramientas de lado para saludar respetuosamente— necesito clavos, martillo y algún aislante que tengas.

— ¿Un encargo del rey, mi señor?— pregunto el joven colocando todo en una bolsa de tela.

—Si...— carraspeo.

—Tenga, feliz día Alfa.

Yoongi solo asintió y salió de allí a paso rápido, no deseaba que nadie notara su presencia.

Camino rápidamente hasta la mansión tomando de nuevo las escaleras hasta la habitación asignada que tenía, cerrando la puerta con llave fue directo hasta su ropero donde escondía cosas que llevaría directo hasta la joven sin color.

Alicia.

En un bolso no tan grande coloco libros, fruta, cobijas, las herramientas que había traído hace minutos y algunas prendas de ropas de él.

— ¡Oye Min!— volteo observando como Jung Hoseok- la mano derecha del rey Park- entraba en su habitación alegre— acabo de llegar, ¿Qué haces?

—Wow, casi no me doy cuenta que estas aquí— gruño, jalaba las sabanas ocultando todo debajo de ella. Su corazón estaba tranquilo, no deseaba alarmar a Jung— ¿Qué haces aquí?

—Deja de gruñirme— se quejó, camino hasta sentarse en una silla acolchada. Yoongi odiaba que se sentaran en su cama. — esta es la semana del sacrificio, estamos aquí por eso, ¿No recuerdas?

Mierda, pensó.

—Se me había pasado— contesto, dejándose caer— ¿El rey Jimin ya está aquí?

—Sí, junto al rey Taehyung.

Doble mierda.

—Bien, entonces reunámonos para que el rey Jeon de órdenes.

—Son las mismas que todos los años. — Ambos salieron de la habitación, algunas personas se movilizaban en los pasillos— la reina de Canes se quedó con el príncipe, el rey Taehyung no quiso que su esposa participara en este ritual.

— ¿El año pasado estuvo?

—Sí, pero los Dioses de los reyes dijeron que era mejor que no estuviese mientras se hagan los sacrificios.

ANOCHECER 🌙Jeon Jungkook🌙©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora