--CAPITULO 2--

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ZAILA

Recibo un golpe en mi costado del hombre frente a mi, ambos estamos jadeando por la falta de aire, en un movimiento sólido y preciso lo tomo del brazo y lo derrumbo, me siento sobre él a horcajadas, le doy fuertes puñetazos en la mejilla y con mi mano libre tomo la navaja que esta amarrada a mi pierna y la pongo es su cuello.

—Estás muerto Alan—le digo con burla, el ríe y se pone de pie, luego me da su mano para ayudarme a pararme.

—Eres perfecta en el combate Zaila—.me rio, claro que lo soy tengo desde los 3 años practicando en especial las artes marciales mixtas, se usar armas que por cierto mi tiro es implacable, si mi padre no estuviera en este mundo de mafias, tal vez nunca seria la mujer que soy ahora.

—¿Estás lista para la reunión de hoy?— Alan interrumpe mis pensamientos, el es mi mejor amigo, como un hermano para mi, siempre me ha protegido y daría su vida por mi si fuera necesario, se que mi padre quiere casarme con Adriano por eso la reunión de hoy, en realidad no me sorprendería, sabía que estaban tras mi padre y la mejor manera de joderlo era lastimándome así que comprendía porque quería que me casara con él, su nombre es temido y respetado en todo Italia. Así que esta alianza entre dos poderosas familias seria lo mejor. 

—Si, estoy lista la verdad no me preocupa solo será un acuerdo por un tiempo y luego terminará—. Alan me observaba curioso

—¿De verdad estás tan tranquila sabiendo con quien vas a casarte?, es el jodido rey de la mafia Italiana pequeña. 

—Y yo la reina, Alan, solo que yo me mantengo en las sombras, además solo es conveniencia— dije restándole importancia—. Ahora te dejo tengo que arreglarme para conocer a mi futuro esposo—. digo con sarcasmo.

🐲🐲🐲

Estoy frente al espejo alistándome para la gran cena, donde nos conoceremos mi esposito y yo, llevo un maquillaje natural en tonos cafés, me pongo un vestido negro que con una abertura en el pecho y otra en la pierna, es un vestido muy hermoso que compre en Francia el año pasado que fui, cuando estoy lista solo me poco unos tacones y me preparo para salir.

Ya en el comedor me recibe mi papá quien está parado junto al que supongo es el padre de Adriano y su esposa, una señora delgada y con un porte muy elegante, el señor me extiende su mano y se presenta:

—Soy Massimo el padre de Adriano y ella es Bianca mi mujer—. la señora extiende su mano y la tomo, sus ojos me analizan en todo momento, parece no conocer la palabra disimulo. 

—Mucho gusto en conocerte, eres una muchacha hermosa—. dice con una genuina sonrisa.

—Agradezco el cumplido, señora— le doy una pequeña sonrisa.

—¿Dónde está mi querido futuro esposo? — digo con una sonrisa pero mi padre me lanza una mirada seria y se que no es momento de bromear.

—Se encuentra de camino—contesta amablemente su madre.

—Bueno, en lo que Adriano llega pueden ir tomado asiento, la cena ya esta lista— mi padre los guía hacia el comedor y todos tomamos asiento en el comedor, los hombres de papá anuncian su llegada y es cuando lo veo entrar por la puerta y jodeer es un dios, tiene que medir un metro noventa según mis cálculos, su cuerpo parece duro como una piedra y esta lleno de músculos su pelo negro ondulado le cae por la frente, ese hombre destila pode, dominancia y arrogancia, interesante combinación. Hacemos contacto visual por un tiempo y siento esta tensión entre nosotros, no tiene reparo en tratar de disimular que su vista me recorre todo el cuerpo deteniéndose un poco más en mi escote de la pierna y el pecho, por fin dejamos de vernos y me siento desnuda ante su presencia, ya estamos todos sentados en el comedor cuando el habla.

—¿Sabes que este matrimonio es un acuerdo solamente verdad?—dice con seriedad.

—Claro que lo sé , mi padre me lo ha dicho—, contesto igual de seria que él.

—Que bueno que tengas claras las cosas, porque no quiero que te hagas ilusiones y te enamores de mi, niña—. suelto una carcajada porque, joder su ego es demasiado alto , cree que yo me enamoraría de alguien como el ,por dios como si eso fuera posible. Tiene el ceño fruncido mientras me oye reír. 

—Ego de hombres—niego con la cabeza—. Vamos a dejar las cosas claras, Renato, ¿cierto? 

Se le marca la mandíbula, ups se molesto, siempre funciona. 

—Adriano, ese es mi nombre—me corrige—. Que extraño—dice frunciendo el ceño—,  dicen que eres muy inteligente, pero estoy dudando de tu capacidad, ya que olvidas muy fácilmente las cosas importantes, así como el nombre de tu futuro esposo.

—Bueno, eso se debe a que las cosas que no tienen relevancia para mi no las almaceno, me entiendes, ¿no?—le respondo sonriendo—. Y volviendo al tema inicial, esa actitud egocéntrica conmigo no funciona Adriano, tus aires de grandeza y todas mías no me agradan, además no eres mi tipo así que no te preocupes, no me enamorare de ti, ¿estamos claros?

—Así que la pequeña fiera saco las garras—dice el imbécil y sonríe burlesco.

—Si vuelves a llamarme así, en verdad voy a convertirme en una y no te lo recomiendo— advierto muy seriamente.  Cual sea el tema de conversación que había se termina y la mesa se ha quedado en completo silencio viéndonos pelear como niños, ahora siento el rostro colorado por la vergüenza que me ha hecho pasar.

—La boda será en este sábado, las amenazas se vuelven cada vez más seguidas y corres mucho peligro, en este momento yo no te puedo proteger hija, no te preocupes todo está listo para el día de la boda, la verdad es que Massimo y yo lo habíamos planeado tiempo atrás esto, las amenazas ya tienen un tiempo sucediendo y no quiero arriesgarte más, cuando se casen tendrás que vivir con él por tu seguridad— miro seria a mi padre porque sabía que lo habían amenazado pero no pensé que fuera tan grave como para tener que salir de mi casa, creo que estaba minimizando el problema de las amenazas.

—Mientras tanto podrían salir juntos a diferentes lugares, y tu Adriano, para de revolcarte con las mujeres que lo haces, si queremos que crean esta farsa de parejita feliz, deben de actuar como una—.dice el papá de Adriano en una clara orden.

Alzo mis cejas y sonrío. 

—Claro papá, mañana vendré por la pequeña fiera para salir y demostrarle al mundo la perfecta pareja que somos—. contesta Adriano y le lanzó una mirada de odio pues es lo único que siento en este momento por él. 

 Después de eso seguimos cenando en paz y cuando la cena termina los padres de Adriano se retiran y se suben al auto. Adriano va a seguir su camino pero se frena y se da la vuelta caminando hacia mi, se detiene solo a unos pocos centímetros de que nuestros cuerpos se toquen y se inclina hacia mi odio para susurrarme:

—Te veo mañana pequeña fiera— me da una sonrisa ladeada y con eso se da la vuelta y se sube al carro. Estúpido. 


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