𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝐕𝐈: 𝕹𝖔 𝖑𝖔 𝖔𝖑𝖛𝖎𝖉𝖊𝖘.

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A sus ojos se lograba mirar la extremidad contraria, no dudo ni un segundo, y su boca ya tenía dentro el mencionado; se sintió grande y provechosa, por tanto, usando los pocos conocimientos que había aprendido de tantas violaciones vistas —aunque no le gustase como sonaba aquello— movió sus labios de arriba hacia abajo, lo cual hizo retorcer al chico, quien al no saber como reaccionar, simplemente suspiraba, gemía o apretaba sus manos.

Si levantaba, aunque fuese por un segundo, lograba ver la postura tan erótica del chico, provocando que aumentara su mamada, en busca de alguna que otra reacción en el contrario.

Así, mientras estimulaba los pezones y miembro del joven, fue rápido cuando el orgasmo llegó al chico, quien además de arquear su espalda, soltó un largo gemido. Al sentir el semen en su boca, tragó lo que pudo, y lo demás lo limpió con sus prendas.

La excitación en el antes visto como mujer había acabado, recurriendo a lo menos esperado, terminar dormido.

Thorfinn al ver aquello, se sintió contento, pero parecía que su pene no, este se notó frustrado.

Y aunque no fuese propio, notar como el sudado chico respiraba y su cuerpo se movía al son tal respiración, intuyó a que se masturbará con aquella imagen impregnada en su memoria. A sus ojos, relucía de lo erótico y hermoso que era, y eso, su verga lo sabía.

Sintiendo el orgasmo en la punta de sus dedos, literalmente, se aprovechó y se corrió sobre el cuerpo de Canute; visto así por un tercero, aquello parecía ser un aprovechamiento de su parte hacia el chico, pero poco le importo cuando el placer de sentir que había marcado al joven al correrse sobre él, le adueño.

Tras un suspiró, cayó rendido justo al lado del otro, acercándolo a su pecho por medio de un fuerte abrazo, y concluyó su velada dormido.

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Era bastante la energía que habían utilizado cuando de masturbarse se trató, no obstante, lo suficiente para que un siesta renovará a ambos jóvenes.

En medio de la habitación, observados por la luz de la Luna, los protagonistas de lo acontecido, abrían sus párpados, despertando de una bella dormitada y asiando sus manos contra el contrario; palpando que su acompañante siguiera ahí.

Cierto era la hora de madrugada en la que se levantaban. Poco supieron entonces, que tras el suceso, sus cuerpos además de compartir espacio, se mantuvieron activos tras la presencia del otro.

Era natural pues, que las dos partes hallan tenido sueños húmedos.

Y al mirarse sin una pizca de cinismo, el cual no deberían tener, observabase como las mejillas en ambos se coloreaban rojamente; no existía el cinismo, pero si la pena.

—Buenos días —dijo, fijándose en la obscuridad del cielo que transmitía la ventana—. Disculpe, buenas noches.

Provocó que riera, tranquilo y alegre.

—Buenas noches, Thorfinn-san.

Una sonrisita se le escapó.

—¿Se irá?

—No, aún no. Me quedaré un rato más contigo.

—Claro. —Mostró animadamente las perlas que tenía por dientes.

Así, no fue de esperar que las partes estuviesen paradas; lo sorprendente fue lo siguiente, cuando Thorfinn tomó por los hombros al próximo a mencionarse.

𝕴𝖓𝖆𝖈𝖈𝖊𝖘𝖎𝖇𝖑𝖊【𝐓𝐡𝐨𝐫𝐧𝐮𝐭𝐞】(PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora