𝕴𝖓𝖆𝖈𝖈𝖊𝖘𝖎𝖇𝖑𝖊【𝐓𝐡𝐨𝐫𝐧𝐮𝐭𝐞】(PAUSADA)

𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝐕𝐈𝐈𝐈: 𝕮𝖆𝖒𝖇𝖎𝖔.

Un momento bastó.

Una decisión tomó.

Tras pensarlo detenida y respectivamente, se dió cuenta que la mejor consideración hacia él y su pareja, era concluir todo aquello que lo acechaba, que tanto miedo le daba terminar, lo qué consideraba su pesadilla. Tan solo necesitaba una gota de coraje.

Se sentía como si acechara a alguien, y que a su vez lo acechaban a él.

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Sus veladas con Canute continuaron, y no dirá que el largo tiempo que pasaba con él, era suficiente, por supuesto que no; su mayor deseo siempre sería convivir con él todo momento posible.

En cuanto a la continuación de esto, sabía de antemano, que su contraparte compartía sus deseos.

Y al llegar a un acuerdo, en el que ambas partes se veían beneficiadas, decidieron salir de todo aquello.

Claro estaba que Canuto no le interesaba a su padre, por tanto, este no se interpondría en lo absoluto, y más si se considera que ni siquiera debe tener idea alguna de dónde podría estar su hijo.

En cuanto a Thorfinn, era libre e independiente de elegir qué camino tomar; no existía nadie para retenerle, ni mucho menos para regalarle por ello.

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—¿Y el calvo? —preguntó por el paradero del hombre al que se refería como "calvo", aún si este no lo era.

—Askeladd-san... —Pensó quien fue preguntado— Bjor-san dijo que volvería pronto.

¿Bjor? Significa que este no estaba con él. ¿Qué estaba haciendo aquel tipo?

Y sentandose sobre una piedra, esperando a que llegase el hombre, la noche arribó.

Le sorprendía que aquel hombre, de alguna u otra forma llegaría tarde.

Para empezar, ¿por qué tendría que decirle su razón de irse? Es por eso que estaba ahí, ¿no?

¿Cuál era la necesidad?

Además, lo odia, no hay forma alguna de que sea considerado con él; y no es que decirle fuese considerado, sin embargo, es dar una explicación. Jamás lo hizo, ¿por qué sentía el deber de hacerlo ahora?

¿Se debe a qué pasó tantos años al lado de tal hombre? ¿Le había tomado cariño? Duda que esa sea la respuesta.

No era cariño, tampoco respeto, y probablemente ninguna de las similares; seguramente era agradecimiento.

Sino hubiera sido por Askeladd, ya habría muerto en cualquier campo de batalla, su vida no habría tenido sentido alguno, y no hubiera conocido a Canute.

No diría con palabras un "gracias", pero sí comprende que lo mínimo era despedirse.

No obstante, mientras el nombrado no llegase, su objetivo estaría inconcluso.

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Antes de que la noche arribase, Canuto, se preparó emocionalmente, pues hablar con su jefe sobre sus deseos sería ciertamente complicado.

El hombre que entonces le permitió entrar al área de las Geishas aún sabiendo que era hombre, no era nada difícil de convencer, además de que el trato nunca implicó retenimiento. Por tanto, está seguro podrá irse lo antes posible; la situación aquí, es que ya no era un simple aprendiz más, al contrario era conocido como la mujer más bella de todo Japón, la Oiran.