Hoy es el día, hoy podré, esas dos frases se repetía el japonés susurrando, con unas rosas y un collar en manos. Por qué? Simple, se le declararia a Third, estaba muy nervioso, temblaba eso no era normal en él, los minutos parecían horas al ir a la casa de Third, hasta que llego y siento un escalofrío en la espalda, dio un respiro y toco la puerta.
Third Reich: –abre la puerta– hola Imperio –ve las rosas y una cajita– para que trajiste eso?
I.Japonés: para empezar, puedo entrar?
Third Reich: claro… –se hace a un lado–
I.Japonés: –entra a la casa–
Third Reich: –cierra la puerta– ahora sí me dirás?
I.Japonés: eres muy curioso
Third Reich: eres mi amigo Imperio, pero en serio por qué trajiste eso?
I.Japonés: …ya que insistes –sonríe leve y lo acorrala con el mesón de la cocina–
Third Reich: o-oye e-estas
I.Japonés: muy cerca? Créeme que esto tiene motivo –lo besa rápido en los labios– … –como Third no respondía decidió hablar– mira, ya no puedo evitar este sentimiento tanto tiempo, te amo, no sé por qué me evitas e ignoras lo que hago y la verdad ya no me importa lo único que quiero saber que si tú también me amas?
Third Reich: a-am I-Imperio, y-yo n-no se que esto sea- –mira a otro lado–
I.Japonés: Reich, no me cambies de tema, solo respondeme esto, me amas o no?
Third Reich: s-si, pero-
I.Japonés: ya no hay pero, lo que sea que te atormente ya no tienes porque preocuparte –lo besa–
El alemán terminó correspondiendo el beso, pero su confusión en el mismo era tal que estaba pensando, y ahora? Qué más pasará?, esto lo noto Imperio quien, dejo el ramo de rosas, lo cargo y empezó a jugar con su lengua, esto impresionó y estremeció a Third tanto que hizo que su mente se despejara de toda duda.
I.Japonés: –se separa– no te distraigas –le da un beso en la mejilla–
Third Reich: –sonrojado sin saber qué decir–
I.Japonés: jajajaja
Third Reich: –lo abraza– n-no te rías
I.Japonés: eres muy lindo
Third Reich: cállate
I.Japonés: cállame
Third Reich: –se sonroja más–
I.Japonés: jajajajaja