Twilight se dio cuenta de que esa noche se sentía diferente en su cama. Después de un largo día en el hospital y una corta misión para recuperar joyas, no se sentía tan cansado como de costumbre. Aunque solo había dormido dos horas, apenas lo notaba.
—¿Estoy bajando la guardia? —se preguntó en la oscuridad. No había nadie más que él y sus secretos. El resto de la familia tenía sus propios espacios para descansar—. No, es imposible. Soy un espía.
La última oración lo inquietó. Algo no estaba bien. Se levantó de la cama y miró a su alrededor, como si pudiera encontrar respuestas fácilmente. No necesitaba al espía, sino a Loid Forger.
Loid Forger, el psiquiatra. El esposo de Yor y padre de Anya. El dueño de Bond.
La máscara de Twilight en la Operación Strix.
—¿Es eso? —preguntó en voz alta, sintiendo que algo se apretaba en su interior—. ¿Es otra máscara o...?
Twilight eliminó cualquier duda de su mente. No quería pensar en eso. Se había esforzado por evitarlo, aunque sabía que estaba reprimiendo sus verdaderos sentimientos y luchando contra lo que realmente deseaba.
Tener a Anya a su lado cambió las cosas. Debía actuar como un buen esposo y padre frente a los demás, incluso si se sentía como un novato. Quería hacerlo bien, pero a menudo cometía errores o tenía un pequeño éxito antes de que todo se complicara.
Pero, a pesar de todo, el cariño que Anya sentía por él no disminuyó.
El comportamiento inquieto de su hija adoptiva era uno de sus rasgos más notables, junto con su dedicación para mejorar sus calificaciones. Pero lo más sorprendente de todo era la intuición de Anya. A veces hacía comentarios que lo dejaban asombrado y lo hacían preguntarse si tenía alguna habilidad especial.
Twilight todavía pensaba en Anya cuando su expresión cambió de pensativa a alerta al escuchar ruidos en el pasillo. Se acercó a la puerta, puso una mano en el marco y se asomó para ver cómo Yor se movía.
—¿Loid? —preguntó Yor. Aunque la casa estaba oscura, sus ojos estaban muy abiertos, como los de un niño al recibir un regalo—. ¿Está todo bien?
—¡Sí! —respondió. Desvió la mirada, asegurándose de no revelar lo que estaba pensando—. Escuché ruidos y salí a ver.
—Oh, ya veo —dijo su esposa.
En cuanto a Yor, Twilight no tenía ni idea de qué estaba pasando entre ellos, pero decidió que era mejor no preguntar y dejar que las cosas fluyeran. Aunque a veces ella se ponía muy nerviosa y le costaba adaptarse a algunas situaciones, era la mejor compañera que podría haber tenido en la Operación Strix.
Incluso había momentos en los que sentía que podría quedarse a su lado para siempre y no podía evitar preguntarse cómo podían seguir así sin cambiar nada. No hacía falta ser muy inteligente para notar que había más que solo apoyo mutuo, aunque nadie hacía nada al respecto. Ya estaban funcionando, así que parecía lógico que continuarán de esa manera.
Sin embargo, su hogar estaba lleno de secretos, y quizás él deseaba algo diferente.
—Yor —la llamó con una sonrisa tranquila. La intuición de su esposa se hizo evidente al mantener una expresión serena—. ¿Qué te parece si salimos mañana?
Ella levantó la vista para mirarlo, inclinando la cabeza. Curiosa, preguntó:
—¿Pasa algo?
—Quizás —respondió él, incapaz de mirarla. No podía hacer nada, pero deseaba que algo sucediera. Con una sonrisa, agregó—: Pero lo sabrás mañana.
Nota de la autora: "Quizás" es mi primer proyecto de Spy x Family, donde busco explorar al personaje de Twilight. Esto implica que habrá algunas cosas del manga, así que están advertidos.
Ciao.
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Quizás
FanfictionLa carrera de Twilight como espía había sido una parte importante de su vida durante más de diez años. Pero, mientras trabajaba en la Operación Strix, comenzó a preguntarse si su identidad se limitaba solo a eso. ¿Quizás había más...?