Capítulo 1

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«¡Vaya descuido, Twilight!»

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«¡Vaya descuido, Twilight!».

Se encontraba en una encrucijada, preguntándose cómo había llegado hasta allí. A pesar de cuidar los detalles, estaba sentado, disfrutando de su café y cuestionando si merecía el título de mejor espía. Sin embargo, no podía recordar la última vez que había disfrutado de un café sin problemas estomacales.

Decidió dejar de lado esos pensamientos y observó cómo Yor se sentaba frente a él con unas galletas que habían sido sus favoritas últimamente. Siempre había sido él quien horneaba, pero ella le había dicho que comprar no estaba mal.

Sabía que era importante mantenerse en forma, pero las galletas se estaban convirtiendo en una tentación a la que estaba dispuesto a ceder.

«Si sigo acumulando descuidos, no quedará nada del mejor espía de Westalis».

—¡Loid! —escuchó a alguien llamar su nombre. Levantó la vista y notó a Yor mirándolo con nerviosismo—. ¿Estás bien con el café?

—¿Eh?

—El café. Llevas un buen rato mirándolo —señaló Yor—. ¿Quieres que lo haga de nuevo?

—Oh, no es necesario —respondió Loid, sonriendo para tranquilizar a Yor—. El café está bien, gracias. Me distraje un momento. Lo siento.

—¡Entiendo! —susurró su esposa con voz suave. Su cabello cayó sobre su rostro, ocultando su expresión, pero Twilight notó su inquietud—. ¿Estás seguro de que no prefieres que salga con Anya más tarde?

Loid no respondió. Se sentía como si se le hubieran acabado las palabras. Se había olvidado por completo de que Anya y Yor tenían planeado un día de chicas donde él no encajaba.

—No, Yor. Disfruta de tu día con Anya. Podremos hablar esta noche.

Pero ya quería decírselo. Quería decirle que no era una conversación común.

Solo se dio cuenta de que había hablado en voz alta cuando escuchó las palabras salir de su boca y sintió la respiración sorprendida de Yor. Ella se acercó al sofá donde él estaba sentado, y Twilight retrocedió, sintiéndose nervioso.

—¿Hay algún problema? —preguntó ella, con una mirada preocupada.

—No, ninguno.

—Si el problema soy yo...

—No eres un problema, Yor. Nunca lo has sido —le respondió. Su lado de espía se sintió extraño con tanta sinceridad, pero no pudo evitarlo—. Hemos enfrentado desafíos, sí, pero tú no eres la razón. Son las circunstancias.

Yor se quedó en silencio. Sus hombros empezaron a temblar, y Twilight se dio cuenta de que sus ojos brillaban, como si estuviera atravesando un torbellino de emociones. Afortunadamente, ella levantó la mirada y lo miró.

—Aunque siempre lo mencionas, siento que nunca podré creerlo del todo.

No hubo una respuesta inmediata de parte de Loid. Sus ojos parecían perdidos mientras miraba a su esposa, y no podía entender si ella tardaba en comprender lo que decía o si estaba sorprendida.

—Quizás debería decírtelo más a menudo hasta que lo creas —sugirió.

La respuesta de Yor no era algo que pudiera esperar. Para demostrar confianza en su nueva forma de ver la vida, tenía que concentrarse en el futuro y no en el pasado. Como le decía a ella, debía creerlo.

Al final, su esposa soltó una risita divertida y sonrió cálidamente durante varios segundos, hasta que ambos superaron la incomodidad y comenzaron a reír.

—Gracias —dijo Yor, con una mirada dulce en sus ojos—. Estoy feliz de ser parte de esta familia.

—Sí —confirmó Loid, dando un paso adelante—. Yo también.

Nota de la autora: Pensé que iba a tardar más en actualizar, pero considero que esta historia es un ejercicio y me gustaría seguir mantener una actualización constante

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Nota de la autora: Pensé que iba a tardar más en actualizar, pero considero que esta historia es un ejercicio y me gustaría seguir mantener una actualización constante.

En fin, eso es todo.

Ciao.

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