Cap. 47
Una celebración que prometía muchas cosas, Valentina y Juliana llegaron al lugar que habían alquilado para disfrutar en familia. El día prometía mucha diversión, Juliana había preparado algunas sorpresas para su novia y hubiera querido llevarle unos mariachis, pero era una mexicana que no le agradaba y Juliana solo quería que ese día fuera perfecto, sin contar que despertó ese día a su novia con besos y un romántico mañanero, la felicidad de Valentina no tenía comparación.
El amor desbordaba por los poros de la rubia, poder estar en familia, con las personas que más amaba y con la mujer de su vida a su lado <<Es hermoso sentirse así tan amada, tan respetada, el amor que siento por Juliana es único y la verdad es que no puedo vivir sin ella, soy tan afortunada de tenerla en mi vida>> eran los pensamientos de Valentina al observar a su princesa a su lado quien hablaba de coches con su padre. Valentina colocó su mano encima de la mano de Juliana, ella volteó y la miró, sus ojos se conectaron inmediatamente, la rubia sonrió y eso trajo una reacción consecutiva en Juliana quien también sonrió y rodeó con su brazo la espalda de la rubia y así besando su mejilla.
Era un momento donde la familia no sabía quiénes eran algunos invitados, pero estaban felices de estar juntos. Andrés no tenía hijos, pero se entendía muy bien con los niños, mientras él jugaba con los pequeños Deborah no paraba de observar que ese hombre no podría ser real <<Un hombre hermoso, amable, le gustan los niños y ya se los gano hasta a mi berrinchudo, es increíble, Andrés es increíble >> Los pensamientos de Deborah mientas buscaba ropa para Sofía quien se había embarrado sus ropa de helado.
Sebastián compartía con Rodrigo hermano de Lauren y con Eva quienes tenían una conversación agradable de la política y la administración pública, mientras que Mariana le hacía mil preguntas a Vanessa y está gustosamente le respondía; el caso de Lauren era distinto se había ganado una pequeña a quien tenía en brazos, esta no le quería dejar ni un segundo ya que la consideraba amiga de su mamá y su fuente de chocolate. Se acercó a las chicas se sentó al lado de Vanessa
- Vicky por favor deja en paz a Lauren, ve con los demás niños a jugar.
- ¿Con Santi? Dijo la pequeña mirando a los niños a lo lejos
- Si, ve con ellos. Respondió Vanessa al ver la inseguridad de la pequeña
- Déjala, si ella está cómoda conmigo, pues que se quede donde ella esté cómoda. Miró a Vanessa y está quería besar los labios de Lauren, pero nadie a parte de las chicas sabían la relación de Lauren.
- Mejor las dejo solas. Expresó Mariana quien suspiró al ver la mirada de las chicas.
Toda la armonía se respiraba en el ambiente. Y La Paz, a pesar que Lucia no estaba de acuerdo que el jefe de Deborah estuviera en la fiesta y que ciertas personas llegarían a romper el ambiente de paz.
Llegó el sacerdote con su pupilo y quien estaba enamorado de Juliana desde que la vio, ellos no sabían el secreto que la familia albergaba.
Recibido por la mayor de la familia, mientras todos compartían a su manera y se divertían el momento del día llegó para el pupilo de sacerdote, acercarse a Juliana.
- Hola Juliana. Dijo al acercarse
- Hola. Respondió ella
El hombre no dejaba de sonreír y fue el momento más incómodo para Juliana. Valentina por su parte estaba experimentando celos de un hombre espiritual.
- No has ido más por el orfanato y quería saber si vas a ir en la semana, tendremos una actividad y quizás te gustaría tomar un café conmigo. Este chicho estaba dispuesto a invitar a salir a Juliana delante de su novia, porque él no estaba al tanto de la situación, el hombre de Dios con la nueva ordenanza del papa Francisco que los sacerdotes podían tener un hogar, no dejaría pasar la oportunidad de enamorar a la mujer más bella que él había visto y por la cual sonreía mientras estaba solo llevándola en sus pensamientos.
- Un placer soy Valentina, tal vez nos guste ir a esa actividad, y te acompañe bebé... El chico la observó y ella continuó. - Si, es que es tan hermoso poder compartir con los niños.
- Claro que pueden ir todos. Tú debes ser la cumpleañera. Respondió el hombre quien estaba frente a ellas.
- Si, me llamo Valentina y soy... Decía tan enérgica, pero fue interrumpida por su novia
- Es la cumpleañera y él es el sacerdote Jonatán. Expresaba Juliana mientas su rubia estaba muerta de celos y el pupilo a sacerdote estaba sonriendo sin parar.
- Valentina llego un regalo para ti. Juliana sonrió porque era el regalo que había estado esperando para su princesa.
- ¿Un regalo? Volteo a ver a Juliana quien sonreía – ¿Es tuyo? Pregunto – Ya me has dado tanto. Decía la rubia quien había recibido muchos regalos ese día, un girasol enorme, una caja de chocolates para los cuales ya le tenían planes placenteros esa noche, y aun había más.
- Quiero darte todo, mi amor. Esas palabras desencadenaron confusión en aquel joven sacerdote. Caminaron a ver el regalo y una enorme caja con algunos globos despertó la curiosidad de los presentes hasta los niños, al abrir la caja Valentina observo un pequeño cachorrito; de manchas negras y una particularidad, un ojo marrón y uno azul, la mezcla perfecta del simbolismo de su amor. Valentina se derretía de amor. Ella era un alma enamorada de los animales y de su gran amor, Juliana, sonreía de felicidad al saber que Valentina estaba muy feliz.
- Mami quiero un pelito. Expresaba la pequeña Vicky y esa misma sensación la tenían casi todos los niños.
Juliana se acercó a su princesa y le susurró - Quiero una vida contigo y esto es un simbolismo de ello, tendremos altos y bajos, pero quiero estar a tu lado por siempre. Te amo Valentina
- Te amo Juliana eres mi mayor tesoro, te pasas de hermosa. Decía Valentina dejando en evidencia el gran amor que sentía por su chica, estampando un beso, sorprendiendo a los presentes, bueno en realidad al sacerdote y su pupilo.
Sin ningún comentario de los hombres espirituales, la fiesta siguió su rumbo, pero tal vez las cosas esa noche no iban a terminar tan bien. Valentina y Juliana disfrutaron estar en familia, Lauren no podía ocultar el sentimiento que sentía por su viajera, Mariana estaba con una gran sonrisa porque su profesor estaba a su lado, que podemos decir de Deborah, después de tantos años tenía dominio de su propia vida y la vida la estaba acercando a un nuevo amor, quien ya se había ganado a dos de sus hijos.
- Es hora de irme. Dijo Lauren a sus primas
- ¿Tan temprano? Respondió Juliana
- Si... Santi está cansado y la pequeña Vicky debe estar agotada. Devolvió la respuesta un poco nerviosa
- Sin contar que la hermosa mujer que esta junto a Santi te lleva loca y tal vez tengas acción esta noche. Esta vez bromeaba Deborah
Todas comenzaron a reír, porque el amor que las cinco se tenían era único e inquebrantable.
- No sean mensas, ya me voy cuídense y pórtense bien que no soy la única que anda con pareja esta noche. Se despedía Lauren, llego el momento de irse a casa con sus chicas y su príncipe.
Al llegar al departamento, se bajaban del coche, un par de niños estaban dormidos, Lauren bario la puerta y tomo la mano de Vanessa. Esta suspiro, se fueron acercando y el roce de sus narices, el palpar de sus manos, el sentir de sus respiraciones, estaban más que enamoradas, paso en un abrir y cerrar de ojos, pero cada día era una historia que compartir entre ellas.
- Te amo Lauren
- Te amo mi amor. Y esas declaraciones fueron selladas por un beso, los labios se sumergieron en ese sublime amor, la lengua de Lauren pedía permiso para entrar y así penetrar su boca, al mismo tiempo succionar su labio inferior y tocar el cielo.
- ¿Qué significa esto Lauren?...
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NOTA:
Buenas noches chicas, esta semana le daré fin a esta hermosa Historia
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My Girls
FanfictionLa historia cruzada de cinco chicas que se aman y sus vidas son un caos, pero ellas conseguirán la manera de mantenerse unidas y de resolver el caos que cada una vive.