Cap. L XI

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Capítulo 59

- ¿Qué sucede? Decía Juliana ante la llamada repentina del sacerdote quien solo la llamaría en un caso de emergencia.

Después de ver Valentina la extraña reacción que tenía ante la llamada. Solo pudo sentarse a su lado y desear que fuera lo que fuera todo estaría bien. Juliana corto la llamada después de despedirse del sacerdote.

- ¿Todo bien? Preguntó Valentina angustiada

- No. Hay algo que debo contarte, no es nada malo, pero no era algo que me gusta divulgar y entre tantas cosas no te había podido comentar, por eso quería estar en este lugar para que lográramos cerrar ciclos del pasado que posiblemente sean un problema en nuestro futuro y que nos aventemos a vivir en completa libertad nuestro amor. Estaba expresando Juliana mientras Valentina clavaba su mirada en la castaña quien no quitaba su rostro del piso.

- Amor. Mírame. La rubia levantó el rostro de la morena con sus delicados dedos puestos en la barbilla. Ambas se miraron

- Eres lo más bonito que tengo mi amor. Agradezco a la vida por mis padres por mis hermanos y por ti. No sé qué sería de mí si yo no hubiera conseguido a la familia que tengo, los orfanatos no son un lugar en el que cualquier niño desee vivir. Yo conseguir mi familia y me duele lo que muchos niños atraviesan, después del evento desafortunado que me paso, tuve que buscar ayuda terapéutica y eso me ayudó a estar cuerda, no tenerte, entre pensar en los demonios del pasado y encima tener que pensar que podría perderte para siempre me llevaron a un quiebre en mi vida. Lucho me ayudó en ese momento de mi vida y a mi amigo le debo mucho. Fue cuando llegue a buscar terapia, eso me incentivo a orientar mis energías y mis pensamientos en ayudar a otros. Así que secretamente yo llevaba donaciones al orfanato de la iglesia donde asiste mamá, donde siempre asistimos de pequeñas. Mario ese hombre me escuchaba y debo confesar que es un sacerdote poco común, nunca me rechazo, me escuchaba y hasta nos invitó una cena que está pendiente.

- ¿Cómo? ¿A nosotras dices? Preguntó Valentina

- Sí, dice que Jesús no tenía distinción y bueno que él no era quien para juzgar, confieso que me gustaban sus temas, pero la rabia que llevaba por dentro muchas veces evitó que el mensaje llegara a mí. Juliana se acodó en la cama con su espalda pegada a la cabecera y su mirada a Valentina quien la siguió y se sentó a su lado, para seguir escuchando

- Hace un par de meses, Mario me llamo, quería que apadrinara a una niña huérfana, apadrinar es darle todo lo que él niño necesite. Así lo acepte, la única condición era que yo no estaría a cargo de ver a niña, Mario me contó que la condición de la pequeña era extrema. Yo lo único que pedí fue no ser identificada. No me gusta que sepan lo que hago. Mario estuvo de acuerdo. Valentina escuchaba atenta a las declaraciones de su novia, lo que más le conmovía era lo noble que era su novia.

- ¿Pasó algo con ella? Preguntó Valentina indagando más de la llamada repentina hecha por Mario

- Sí, la pequeña se llama Isabella, ha tenido varios episodios críticos y hubo un intento de fuga donde se cayó al saltar la cerca del orfanato y se fracturó una pierna. Mario me llamo puesto que yo les ayude con los gastos médicos, pero también porque el estado la quiere cambiar de lugar. Sé que dije que no me iba a involucrar con esa niña, pero lo hice, tenía que conocerla, y cuando la conocí ya no pude dejar de ir s verla. Tengo 3 semanas que no la veo y le dijo a su maestra que a la única persona que le diría todo sería a mí. La psicóloga dice que ella no debería ser trasladada por el momento porque mentalmente la perderían. Jamás diría lo que le pasó y jamás volvería a ser la niña que se está intentando recuperar. Respiro Juliana

- ¿Dejaste de verla por este viaje? Expresó Valentina

- Necesitaba este viaje. Teníamos que hacerlo, eres la mujer de mi vida. Eres la princesa de mis sueños. Lo eres todo, pero yo tengo muchos temores, no sé si podré ser una buena esposa, no sé si seré una buena madre, no sé si pueda protegerte de Juanpa, amor, volví a terapia y sé que tengo todas las maneras de poder ser lo que tú necesitas, pero estoy trabajando en creerlo. Valentina sonrió y se le acercó y dejó un suave beso.

- Eres lo único que necesito y en este tiempo me has ayudado a centrarme en mi futuro, me has ayudado a no tener miedo, a lograr mis metas, has contribuido de una manera increíble en mi estabilidad emocional y puedo decir que eres mi mejor terapia.

- Tú lo eres para mí. Por eso pienso que regresar tiene que ser para estar bien y comenzar con planes y metas fijas, juntas. Te necesito en mi vida y que conozcas mis miedos y que a pesar que mis miedos estén allí yo lo haré con miedo y con un apoyo mutuo. Se quedaron mirando ambas

- Waooo, tenerte era mi mayor meta y ahora despierto cada día en este lugar apartado de nuestra rutina y en lo Único que digo que no me equivoqué fue en amarte. Eres la persona más increíble que conozco y con la mujer que quiero pasar el resto de mi vida. Besó los labios de su morena y un beso cálido, dulce, lleno de pasión, el contacto de sus lenguas, de sus labios sedosos y húmedos, acariciando cada vez más sus corazones galopantes.

- Te quiero a conmigo siempre y quiero que nos casemos al llegar, quiero que seas mi esposa. Si quieres. Dijo Juliana

- Quiero ser tu esposa y quiero estar en cada una de tus decisiones. Volvieron a unirse en un apasionado beso y terminaron amándose una vez más esa mañana cálida en aquel lugar.

Después de desayunar, Valentina tenía algo en su mente, algo que no quedaba claro, Juliana había enviado el dinero para los gastos médicos de la pequeña, pero esa idea estaba martillando su mente, decidió callar y pensar mejor las cosas.

Dos días después de esa llamada

Las chicas estaban en una fogata en aquel mágico lugar, disfrutando de su amor, desbordando de la dulzura que desplegaba de ellas. Salían a caminar por el lugar, ya conocían a sus vecinos, salían a hacer compras para llevar de recuerdos a sus familiares, conocieron algunos sitios hermosos para bailar y también disfrutaron poder compartir cenas con algunos lugareños, quienes se habían convertido en amigos, Colombia un país bastante amistoso.

- Estás muy pensativa. Dijo la morena tomando de la cintura a Valentina y ambas mirando el fuego de la fogata.

- Juliana no puedes abandonar a Isabella. Expulsó todo los pensamientos que desde hacía dos días tenían a Valentina de cabeza, Juliana la observó y un poco extrañada no pudo expresar ni una palabra a lo que continuó Valentina, volteándose a ver a los ojos de su morena - Sé que lo has estado pensando también, te conozco Juls y sé perfectamente que la idea cruzo por tu mente. Sé que te preocupa mucho y yo solo quiero que sepas cuentas con mi apoyo, ahora somos un equipo, tú y yo. Juliana se quebró y una lágrima descendió de ella.

- Val, yo. Solo pudo decir la morena

- No Juliana, tú no puedes hacerlo sola, y eres buena, eres honesta, tienes sentimientos maravillosos, esa es la mujer que quiero que exista en mi vida y tú quieres que Isabella sea parte de nuestras vidas. Yo te apoyo. Somos un equipo y no tengo la puta idea de cómo hacerlo porque todo lo que comienzo no lo termino, pero no te voy a dejar sola. Es una promesa.

Un beso sello ese pacto, un nuevo comienzo y un nuevo reto de este par de mujeres que se amaban hasta el cansancio.

*****

Nota:

Buenos días chicas aquí les dejo un nuevo capítulo de esta hermosa historia, espero que puedan disfrutarla hasta el final. Las quiero un abrazo 🤗

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