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Subió al muelle y agarró la toalla que su compañero le tendía. Rápidamente se secó y se vistió con los jeans y camiseta que el pelinegro le entregó. Esto se había convertido en casi su rutina de la mañana en el último par de semanas. Jimin nadaba en el lago ida y vuelta mientras que Jungkook lo esperaba en el muelle. Todavía no había sido capaz de convencerlo de saltar con él, pero no se había rendido.
—Tenemos que volver a la casa, bebé.—le dijo Jungkook—. Tu padre quiere irse antes de que se haga demasiado tarde.
Jimin frunció el ceño mientras miraba a su alrededor. El sol estaba apenas saliendo a lo largo de la línea de árboles. Niebla aun se cernía sobre el lago, dándole un resplandor misterioso que sólo alguien que vivía en las montañas podía apreciar.
—¿Se está haciendo demasiado tarde? ¿Hablas en serio?
—De hecho, creo que está ansioso por volver con tu madre. Ella ha venido a visitarlo varias veces en las últimas dos semanas, pero creo que tu padre no se contenta con eso y no le gusta estar lejos de ella.
Jimin se encogió de hombros, ya que tenía sentido para él.
—Estaría perdido sin ti, así que lo entiendo.
Jungkook sonrió y envolvió su brazo alrededor de la pequeña cintura del mayor.
—Si ayuda en algo, yo también estaría perdido sin ti, príncipe.
Jimin puso los ojos en blanco. Jungkook se negaba a llamarlo Alfa después de la pelea con Taemin. Jungkook decía que él estaba comenzado a construir su pequeño reino con ayuda de cada miembro de la manada.
En las dos semanas que habían pasado desde que Jimin derrotara a Taemin, más de una veintena de nuevos miembros se habían sumado a la manada, tanto lobos como humanos. Si las cosas seguían como estaban, él tendría que pedir al Consejo más territorio.
—¿Dónde está Namjoon?— preguntó el rubio mirando alrededor de los árboles mientras se abrían camino hasta la casa.
El Beta solía estar a poca distancia. Sentía que le había fallado a Jimin al dejar que Taemin se llevara a Jungkook, y ahora se negaba a dejarle ir a alguna parte sin escolta, a pesar de que trataba de darles un poco de privacidad. Él sólo se quedaba a cierta distancia.
—Creo que está con Jin.
Jimin puso los ojos en blanco otra vez y luego dejó escapar una risita.
Jin, un nuevo miembro de la manada, había decidido que quería a Namjoon y lo seguía a donde quiera que fuera. Había estado tan pegado al moreno que incluso Jimin estaba cansando de ellos.
Y a decir verdad, Jimin no había sido capaz de averiguar por qué Namjoon no había tomado al castaño a pesar de sus descaradas invitaciones. Normalmente, el moreno hubiera ido por Jin sin pestañear, pero por alguna razón, parecía desinteresado.
—Hyuna y Taehyung están al frente, esperando con tu padre.
Jimin asintió. Sonrió cuando vio a su padre de pie en el amplio porche de su casa con Hyuna y Taehyung. Los guardias de su padre estaban parados junto a la limusina que Jimin le había regalado, la limusina de Taemin. El rubio no la quería.
No quería tampoco la monstruosidad de casa que el ex alfa había construido. Después de dar rienda suelta a su manada para que tomaran lo que quisieran de ella, había ordenado que el lugar fuera demolido y rescatar lo que pudiera ser utilizado para construir más casas y reparar las viejas construcciones.
Una vez que la casa había desaparecido totalmente, Jimin planeó construir un parque justo en el lugar. Seguiría siendo un lugar de encuentro para la manada, pero las vibras serían de ellos, no de un ególatra perverso que pensaba que aterrorizar a los miembros de la manada era la manera de gobernar.
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EL ALFA (ADAP. JIKOOK)
Fanfiction"Con la llegada de un nuevo Alfa a la manada y debido a sus experiencias anteriores, Jungkook espera de todo menos lo que ve: un joven que parece rozar su edad y altura, rubio, de contextura delgada además de labios rosas con gloss encima. La primer...