Los camareros ya habían empezado a servir el segundo plato y Felix aún no podía creerse que su familia se encontrara compartiendo mesa con la familia de Hyunjin, en realidad no le parecía extraño del todo, teniendo en cuenta que la familia del mayor parecía de una clase social demasiado alta y su madre se encontraba desesperada por hacer amistades lo más adineradas posible para seguir sintiéndose la reina del universo, a pesar de estar en bancarrota.
Aún se moría de vergüenza al recordar como su madre había entrado a todos los camarotes del barco en busca de su hijo, y la cara que había puesto al dar con él en una habitación dónde los collares de diamantes reposaban por cada rincón como si fueran simples papeles usados.-Supe que pertenecían ustedes a la nobleza simplemente al ver el buen gusto en su atuendo de esta noche señora Jisoo, los detalles de su chal destacarían al lado del chal de cualquier reina-Dice la madre de Felix con un tono exagerado.
-Muchas gracias señora Sullyoon, conseguirá que me sonroje-Contesta palpando suavemente sus mejillas.
-Lo que no entiendo muy bien es el hecho de que su hijo lleve un collar de diamantes a juego con el suyo…-Dice cambiando la expresión de su rostro por una de confusión.
-Permítame decirle que no sé muy bien qué es lo que no entiende, ¿no se merece el hermoso cuello de mi hijo ser adornado por un collar de diamantes tan fino y delicado como el mío? A mi parecer se ve perfecto-Dice la madre de Hyunjin con una sonrisa tan brillante y orgullosa que le impide a la señora Sullyoon reprochar nada.
-Tiene usted razón señora, se ve hermoso con esa joya-Su tono de voz suena menos convencido que el de Jisoo.
Hyunjin puede notar como la mano de Felix toca suavemente la suya debajo de la mesa, y sabe a la perfección que es un simple gesto para disculparse por lo que ha dicho su madre, pero cuando este está a punto de apartar su mano, Hyunjin entrelaza sus dedos, haciendo que el cuerpo del menor se ponga tenso bajo su agarre.
A pesar de la sorpresa, Felix no hace ningún ademán de soltarse, al contrario, relaja sus dedos y se deja llevar por las pequeñas caricias que el pulgar de Hyunjin dibuja sobre el dorso de su mano, sus miradas se encuentran y ambos esconden una pequeña sonrisa detrás de una copa de champagne.
El postre llegó tan rápido como el cambio de los violines de una canción a otra, y a los diez minutos Hyunjin y Felix se encontraban libres, paseando por cubierta con una distancia entre ellos que de seguro la madre de Felix calificaría como inadecuada, pero que ambos corazones agradecían.
-Siento mucho lo que dijo mi madre en la comida-Camina con las manos en su espalda mirando al horizonte.
-No te preocupes, es normal que pensara que era algo incorrecto-Dice sin darle mucha importancia.
-No, no es normal, debería aprender a ser más respetuosa con la gente-La rabia reina en su voz.
Hyunjin lo mira con una sonrisa-¿Te ha molestado el comentario en sí o el hecho de que fuera dirigido a mi?-Pregunta sin pizca de vergüenza.
-Yo…Esto…Ha sido un comentario fuera de lugar…No debería tratar así a nadie…Pero…-Rasca su cabeza con su mano.
-¿Pero…?-Lo anima a seguir.
-Pero me ha fastidiado que te lo dijera a ti-Admite-Es decir…me imagino que ya estarás harto de escuchar comentarios de ese estilo…
-Tranquilo Felix, no me afectan los comentarios de los demás, a la gente le encanta hablar del resto, no me importa que mi forma de ser o de vestir les sirva de entretenimiento-Dice encogiéndose de hombros-Aún así, me parece un gesto precioso que te preocupes por mi-Dibuja una sonrisa coqueta y unas cosquillas se instalan en su vientre al notar el sonrojo en el rostro contrario.
-Me gustaría ser como tú ¿Sabes?, que no me importaran los comentarios ajenos, poder vivir sin ese peso…-Un suspiro pesado se escapa de sus labios, y amortigua el sonido de sus pasos lentos.
-Es normal que tengas miedo Felix, has crecido bajo la influencia de personas que creen que ser diferente al resto es malo, te han enseñado que existe lo correcto y lo incorrecto, en lugar de mostrarte que cada persona puede ser lo que quiera, llevas toda tu vida sobreviviendo en lugar de vivir, y eso es un peso muy grande, pero déjame decirte que existe salida- Peina su cabello hacia atrás con tranquilidad-Tal vez no puedas escapar de esas rejas tan pronto como te gustaría, pero no existe metal imposible de romper, solo hay que encontrar la herramienta adecuada-Habla con voz pausada.
Felix se queda observando su rostro calmado mientras sus palabras calan en lo más hondo de su alma, haciendo temblar su pecho.
-El día que nos conocimos llevabas un broche de mujer en el cuello de tu camisa, eso fue bastante atrevido de tu parte-Apunta de pronto Hyunjin haciendo memoria.
-Ah eso…Fue un acto de rebeldía que no me salió muy bien…Me gané un buen golpe de mi madre cuando llegué al camarote-Baja su tono de voz y su mirada al suelo.
Hyunjin frena de golpe sus pasos con sorpresa, la mirada de Felix posada en el suelo con vergüenza le revuelve el estómago.
No se lo piensa ni una vez y acerca lentamente su mano hacia la barbilla contraria para levantarla con cuidado, su mirada se encuentra con sus ojos color canela, nunca le ha gustado añadir canela a su té, pero de pronto se le antojó un poco-¿Dónde te golpeó?.
-En la mejilla derecha-Su atención estaba posada en los dedos de Hyunjin sujetando su barbilla, hasta que de pronto los labios del mayor se posaron en su mejilla, justo dónde su madre le había dado una gran bofetada, encendiendo cada tramo de piel en contacto con ese simple pero significativo beso, una tormenta explotó en su vientre y su corazón empezó a luchar por reventar sus costillas y salir volando a través de su pecho.
Hyunjin apartó lentamente sus labios de la suave piel del moreno, pero se distanció apenas unos centímetros de su rostro, incapaz de apartarse, como si ambos fuesen los polos opuestos de un imán, con el inmenso deseo de unirse.
Felix no parecía querer alejarse, lo que animó a Hyunjin a pegar sus narices, dejando que estas se acariciaran, quedando sus bocas a dos escasos centímetros.-¿Cuál crees que sea la distancia entre el cielo y el mar? ¿La de nuestras narices o la de nuestras bocas?.
Felix se quedó totalmente congelado, sin saber que responder a esa pregunta, esto no sorprendió a Hyunjin, quien en realidad no buscaba una respuesta, lo único en lo que podía pensar era en sus labios igual de pegados que sus narices, y se negó a quedarse con las ganas.
Tiró por la borda los dos centímetros que los separaban y atrapó sus labios con cuidado entre los suyos, sintiendo la suavidad de estos hasta en la punta de sus pies, no sabía cuantas horas llevaba deseando besarlo, pero sabía que eran más de las que podía soportar.
Felix no tardó en reaccionar y sujetar su cintura con firmeza, centrándose por primera vez en algo que no fuera su miedo al qué dirán, los labios de Hyunjin envolviendo los suyos eran tan malditamente perfectos que por un momento el mundo dejó de importar, incluso de girar, solo existían ellos y sus respiraciones aceleradas.
El beso no fue muy largo, pero ambos lo deseaban con tanta intensidad, que incluso ahora, con sus rostros ya separados, seguían sintiendo el contacto de sus bocas unidas, ese primer beso se había quedado grabado en ambos pares de labios como un tatuaje permanente.
-Algún día escribiré sobre esto-Dice con una sonrisa en sus labios.
-¿Sobre como besar?-Bromea.
-No, sobre nosotros, dejaré sellado con palabras imborrables cómo le regalé cada uno de mis latidos a un corazón escondido en el pecho de un hombre hermoso como el atardecer, y dejaré constancia de que la unión de tu boca con la mía ha conseguido ser más increíble que la unión entre el cielo y el mar.
Paseó con cuidado sus dedos sobre las mejillas de Felix, inventando constelaciones invisibles entre las miles de pecas que las adornaban, y pidiendo a esas estrellas de color chocolate, que ese momento fuese eterno, y lo sería, al menos en su memoria, sería eterno e imborrable.
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Entre el cielo y el mar
FanfictionUn viaje en barco en pleno 1920, hace que dos desconocidos se encuentren y descubran que el amor, a veces tachado de debilidad, los llenará de fuerzas para poder reescribir las estrellas juntos y a su antojo. ¿Te atreverás a leer una historia en la...