Capítulo 9

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La falta de aire en sus pulmones los obligó a frenar la dulce batalla entre sus bocas, pegando sus frentes con las respiraciones desenfrenadas y sus labios rojos e hinchados.

-Estoy tan enamorado de ti Felix…, tan enamorado que duele-Un jadeo se escapó de sus labios-Sé que no es el momento pero necesitaba decírtelo, necesito que sepas que te has convertido en el motivo por el que abro mis ojos cada mañana, mi único motivo para salir de la cama estas dos semanas era el deseo de verte, aunque fuera a varios helados metros de distancia…-Una pequeña lágrima se desliza por su mejilla derecha.

-No lo hagas por favor…No te despidas de mí Hyunjin-Sus labios temblaron con impotencia.

-No es una despedida, es un hasta luego, recuerda que te buscaré por mar y tierra hasta llevarte conmigo, te llevaré conmigo Felix, lejos, muy lejos, dónde no puedan encontrarnos, y te mantendré a salvo de toda injusticia, protegeré tu corazón, te lo prometo-Dejó un fugaz beso en sus labios-Escribiré sobre nosotros, y no me dejaré ni un solo detalle, todos sabrán nuestra historia, saldrá hasta en los periódicos, y en el futuro, hablarán de nosotros como la pareja más valiente y verdadera de toda la historia del amor.

La campana que anunciaba la hora de la comida los sobresaltó, provocando que sus corazones se estrujaran con ansiedad.

-Debemos regresar, antes de que mi madre llame a la policía del barco denunciando mi desaparición-Dice sin pizca de diversión en su voz.

-Vamos-Se levantó del suelo y le extendió su mano.

[…]

Colocó su caja fuerte en la esquina derecha de su propia maleta, había guardado en ella el poema hecho añicos y la carta que le había escrito Hyunjin, para acto seguido cambiar la contraseña, nadie jamás volvería a romper ni una sola sílaba de las palabras del castaño, las protegería a toda costa, porque eran una pequeña parte de su corazón, y al igual que Hyunjin había prometido cuidar el suyo, él haría lo mismo.

Se bajó del barco con lágrimas en los ojos, intentando ver al mayor por última vez, pero no encontró rastro de él entre la multitud de personas que caminaban hacia tierra firme.

Cerró los ojos y se sumergió en sus recuerdos, sintiendo sobre su espalda las huellas de lo que un día fueron caricias, volverían a encontrarse, debía sujetarse con fuerza a ese pensamiento si no quería hundirse en su pena.

-Ahí está nuestro carruaje-Informa su madre con voz rasposa.

Felix se acerca a ayudar a su hermana con las maletas y entra en el carruaje con un fuerte nudo comprimiendo su pecho, rezando por que ese camarero consiguiera dejar en el bolsillo de Hyunjin lo que le había entregado.

[…]

Hyunjin pone su primer pie en el pedregoso suelo de Londres con un extraño sabor amargo en la garganta, por mucho que buscó, no consiguió ver la oscura cabellera de Felix una última vez antes de bajarse del barco.

Su carruaje los esperaba a unos metros de distancia, el chofer estaba apoyado en su costado, preparado para abrirles las puertas.

Se subió soltando un suspiro e introduciendo las frías manos en los bolsillos antes de sentarse, fue ahí cuando notó algo en el derecho, era un papel doblado de manera imperfecta, como si fuese hecho con prisas.

Frunció su ceño y lo desdobló con cuidado, mientras sus padres seguían fuera, colocando el equipaje.

Su pecho se apretó al ver la firma, era una carta de Felix, las lágrimas picaron en su nariz antes de leer la primera palabra.

“No soy tan bueno como tú escribiendo, pero sentía la necesidad de dejar por escrito lo que mi corazón siente, he escuchado que las palabras se las lleva el viento, y esta afirmación me da mucho miedo, porque sería un gran disgusto para mí que este se robase todo lo que alguna vez te dije, pero sobre todo, me sentiría triste de que nunca supieras todo lo que me callé.

Cuando me dijiste que estabas enamorado de mí, me tomaste por sorpresa, y en lugar de confesarte que yo siento lo mismo, reproché tus palabras con la excusa de que no quería despedirme, por eso necesito que sepas que estoy enamorado de tí, tanto que duele, quiero que tomes esta carta como si fuese un pedazo de mi corazón, te lo entrego, ahora es tuyo, para que te acompañe mientras estamos lejos, sé que no servirá de consuelo, pero recuerda que por la noche veremos las mismas estrellas, y cuando mires al mar, ten presente que mi mayor deseo siempre será estar tan cerca de tí como el cielo lo está de él, o incluso más, si eso es posible.

Te has convertido en mi escudo protector, en mi ancla para cuando necesito frenar y respirar con calma, me has enseñado que puedo llegar a sentir emociones que no sabía que existían, me has mostrado que el amor, muchas veces tachado de debilidad, tiene el poder de volvernos fuertes y valientes, por eso escribo sin miedo, que jamás me arrepentiré de amarte Hwang Hyunjin, me importa muy poco que nuestros sentimientos sean incorrectos a ojos del resto, porque ante los míos siempre será el mejor regalo de todos, y eso es lo único que importa.
Abrázate a estas palabras mientras no puedas abrazarme a mí.
No olvides nunca que te amo.

Felix."

Las lágrimas bajaban por el rostro de Hyunjin como un arroyo cuando su madre entró al carruaje y la preocupación tiñó el rostro de la mujer.

Hyunjin le mostró la carta y sus facciones se suavizaron, no necesitó escuchar ni leer nada, se acercó a su hijo y lo apretó contra su pecho, deseando protegerlo de todo lo malo en el mundo.

-Lo siento tanto mi niño-Susurró contra su cabello-Lo siento tanto...

Se aferró a ese trozo del corazón de Felix en sus manos y lloró en el hombro de su madre hasta que sus ojos se quedaron sin lágrimas, más tarde reuniría el valor para ser fuerte y luchar por su final feliz, ahora, era momento de soltar todo el dolor estancado en su corazón, liberarse para poder coger las fuerzas necesarias para su próxima batalla.


Entre el cielo y el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora