Capítulo 10

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Se despertó en la amplia habitación del hotel con el sol saludando a sus delicadas pupilas y la carta de Felix descansando entre sus manos, sentía su cuerpo más pesado de lo normal, el cansancio se extendía por todo su interior, había llorado demasiadas horas seguidas.

Se levantó despacio y se miró en el espejo del tocador, tenía los ojos hinchados y el pelo revuelto, lo que menos le apetecía era arreglarse para ir a una boda, pero debía hacerlo.

Se puso un pantalón de traje negro y una camisa del mismo color con bolantes, terminó de arreglarse atando su largo cabello con una cinta blanca y posando un delicado collar de diamantes sobre su cuello.

Sonrió débilmente cuando se cruzó por su mente el pensamiento de que quizá se había vestido más guapo que el propio novio.

Al salir de su habitación, notó como sus padres caminaban en su dirección por el amplio pasillo.

-Hyunjin, hijo, estás hermoso-Se acerca su madre para besar su frente.

-Estás muy guapo hijo-Sonríe el mayor con una expresión de melancolía en el rostro.

Sus ojos se empañan al escuchar esa frase saliendo de los labios de su padre, solo con ver su expresión, sabe que su madre le ha contado sobre Felix, y la sonrisa de apoyo en los labios del estricto hombre le aprieta el pecho.

-Gracias papá-Le sonríe de vuelta y juntos, se dirigen al comedor a desayunar, antes de salir en dirección a la finca dónde la boda a la que están invitados será celebrada.

El comedor del hotel no es muy diferente al del barco, se sientan en una pequeña mesa redonda y desayunan con tranquilidad, con una calma en el ambiente que jamás había vivido hasta ahora, se toma un momento por primera vez en sus 20 años para observar a sus padres con atención, se fija en como ella sonríe con los ojos brilloso mientras le pasa el azúcar a su marido, o la expresión de sosiego que inunda las facciones de su padre al mirarla, su madre siempre ha tenido ese poder sobre él, incluso cuando Hyunjin era pequeño y el hombre se disponía a regañarlo por alguna travesura, solo hacía falta que su esposa lo mirara, para que la expresión de enfado en su rostro cambiara por completo, y ahora Hyunjin lo entendía, sus padres se amaban por encima de todas las cosas, su padre jamás podría negarle nada a su mujer, incluso cuando no le parecía bien su manía de llevar collares de diamantes, su madre era capaz de convencerlo de que era una idea genial solo con sonreírle, eran probablemente la pareja más enamorada de todo el espacio en el que se encontraban.

Hyunjin se preguntó si cuando observaba a Felix le miraba con la misma cara de embobado que su padre tenía y de pronto sintió unas inmensas ganas de llorar, porque los mayores se amaban, y podían demostrarlo libremente, pero… ¿Sería posible que algún día Felix y él pudieran observarse así, sentados en la mesa de un hotel, compartiendo un desayuno y que nadie los judgase? ¿Sería en primer lugar, posible su reencuentro con él? ¿O se quedaría como un simple fantasma vestido de felicidad, en su memoria por el rostro de su vida?

-Si estáis listos, podemos irnos, el coche ya está fuera-Informa el mayor.

-Está bien, vayamos entonces, hagamos que este largo viaje haya merecido la pena, y pasemos un buen día-Sonríe a los dos hombres de su vida.

El viaje hasta la enorme finca dónde la boda de la hija del señor Kang sería celebrada duró unos veinte minutos que Hyunjin invirtió deleitándose con el hermoso paisaje de Londres, sus grandes edificios contrastaban con las inmensas zonas arboladas a su alrededor.

La finca en la que tenía lugar el compromiso era una gran extensión, con varios robles y castaños, unidos unos a otros por guirnaldas con luces y flores, había unas 4 mesas largas, con blancos manteles, llenas hasta los topes de cubertería de plata.

En una pequeña mesa, descansaba un dorado gramófono por el que se colaban las suaves notas de una canción de Jazz.

Los invitados trajeados y con grandes sombreros sobre sus cabezas caminaban de un lado a otro animados, el ambiente era agradable, y Hyunjin se sentía cómodo al aire libre, sin cuatro paredes que lo encerraran.

-Por allí está la mesa con el libro de firmas, Jinnie, ¿quieres escribir algo?-Pregunta intentando animar un poco a su hijo.

-No sabría muy bien que poner mamá, no conozco de nada a ninguno de los novios.

-Está bien hijo, tu padre y yo iremos a firmar para que quede constancia de nuestra asistencia, tu puedes seguir observando el lugar-Se encamina hacia la pequeña mesa, mientras su hermoso vestido de encaje ondea con el viento, rozando de vez en cuando el negro traje de su marido.

Hyunjin suelta un pequeño suspiro y alza la vista hacia la copa de los árboles, sus verdes hojas se acarician y semejan una enorme alfombra verde sobre el cielo, el viento susurra a sus ramas palabras que jamás nadie entenderá, mientras el sol atraviesa con sus rayos cualquier hueco existente entre las hojas.

Empieza a caminar de nuevo hasta el roble más grande de la finca, dónde se puede observar un cartel escrito a mano, se acerca para leer lo que pone y su corazón se resquebraja.

“Bienvenidos a la boda de Jihyo y Felix”, el alma se le parte en dos, quemando su pecho, “Nonono, tranquilo Hyunjin, no puede ser él, ¿hay muchos Felix en inglaterra cierto? Es un nombre muy común, tiene que ser otro, el destino no puede ser tan cruel”-Se dice a sí mismo para intentar calmar el dolor entre sus costillas, pero la mirada de su madre se encuentra con la suya, y puede leer en sus pupilas que su mayor miedo es la realidad, el destino es más despiadado de lo que creía.

De pronto siente falta de aire y se sujeta la camisa con ambas manos, intentando en vano controlar su respiración irregular.

Se había preparado mentalmente para no ver a Felix en mucho tiempo, pero no se había preparado para asistir a su boda un día después de haberlo besado a escondidas, y confesarle lo enamorado que estaba de él.

Simplemente no podía, no era lo suficientemente fuerte como para estar allí, debía huir, no podría soportar que las manos de Felix se sujetasen con las de alguien más, solo de pensar en la idea de sus labios besando a otra persona, simplemente no podía.

Empezó a caminar desorientado, tropezándose con todo a su paso, los gritos de su madre se escuchaban como un lejano eco camuflado entre el penetrante ruido de su corazón gritando adolorido en sus oídos.

Pero entonces lo vio, atrapado en un traje negro que semejaba más la ropa de un funeral que la de una boda, con sus ojos clavados en el suelo, y unas pequeñas flores en el bolsillo de su chaqueta, a la altura de su corazón.

Los pasos de Hyunjin se detuvieron al mismo tiempo que sus latidos, la mirada de Felix se elevó en su dirección, y pudo notar como todo su cuerpo se tensaba al verlo, dando inconscientemente un paso atrás, negando repetidas veces con su cabeza.

¿Cómo se le había pasado por la cabeza a Hyunjin horas atrás que podría ser más guapo que el novio? Si el novio era la persona más hermosa que jamás había conocido.

Felix abrió la boca pero no dijo nada, lo único que pudo soltar fue un suspiro cargado de angustia, ninguno de los dos se movía, el mundo se había detenido, tener a Hyunjin tan cerca, cuando había esperado pasar tanto tiempo lejos de él lo golpeó tan fuerte que tuvo miedo de que su corazón no fuese capaz de dibujar el próximo latido, tuvo miedo de perder la consciencia en aquel mismo instante, pero entonces el mayor susurró su nombre, y el mundo explotó ante sus ojos.

-Hyunjin-Susurró, como si pronunciar esas siete letras fuese a solucionar algo.

Pero… ¿Habría realmente alguna palabra en el mundo que pudiese abrir camino en el frondoso bosque en el que estaban perdidos?





Entre el cielo y el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora