Capítulo 6

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Taehyung

No podía creerlo, Jungkook acababa de salir como alma que lleva el diablo del estudio, ¿con una jodida erección? No podía ser verdad. Lucía sonrojado y se iba tapando la entrepierna, pero a mí no podía engañarme. Lo conocía demasiado bien. Tenía que hablar con él.

- Voy a hablar con él – dije y me dirigí a la puerta.

- No, yo voy a hablar con él – me dijo Jimin mientras me agarraba del brazo.

¿Su erección tenía que ver con Jimin? Los dientes me chirriaron. Recordé la escenita que tenían montada los dos cuando había llegado al estudio y me puse malo. ¿Acaso tenían ese tipo de relación? Los celos se apoderaron de mi razón y estuve a punto de gritarle a aquel enano que Jungkook era mío.

- Voy yo – repetí entre dientes.

- He dicho que YO voy a ir a hablar con él. Tú perdiste ese privilegio hace tiempo - me escupió mi mejor amigo y salió del estudio dejándome con la palabra en la boca.

Giré mi cabeza para mirar a Hoseok en busca de algo de apoyo y este se encogió de hombros.

- A mí no me mires – y sin decir nada más, me dejó solo en el estudio de baile.

Las palabras de Jimin me quemaban por dentro, tenía razón, maldita sea. Yo ya no tenía derecho a reclamarle nada a Kookie. Cómo dolía. Me senté derrotado en el suelo, apoyándome contra el espejo y amargamente, lloré.

Parecía que había sido ayer cuando era yo quien provocaba las erecciones de Jungkook. Recordé cómo tras el concierto de Nueva York todo había resurgido entre nosotros. No pude evitar sonreír para mis adentros al recordar cómo me había escabullido aquella noche a la habitación de Kookie. Cómo se habían puesto de calientes las cosas entre nosotros.

Esa noche, dormí como un bebé. Estaba agotado después del concierto y la sesión de sexo. Además, tenía que reconocer que siempre dormía mejor si lo hacía en la misma cama que Kookie y preferiblemente abrazado a su espectacular cuerpo. A la mañana siguiente me desperté con Jungkook muy pegado a mi espalda. Sus brazos me rodeaban la cintura dándome un delicioso calor. Sentí su pene flácido sobre mi trasero y sonreí de pura alegría de estar atrapado entre sus brazos. La pesada respiración de Kookie sobre mi nuca me puso los pelos de punta. Recordé el beso del concierto. Es que no pude resistirme. Anhelaba el tacto de mi conejito y le besé sin pensar. La cara que puso cuando vio que había sido yo, me llenó de ternura. Y de solo recordarlo volví a sonreír como un tonto.

No sabía ni qué hora era, pero tenía que volver a mi habitación o se armaría revuelo con los hermanitos. Aunque estaba tan feliz que me resistía a salir de la cama. Me giré con cuidado y me quedé mirando a Kookie. Este pestañeó aún somnoliento.

- Buenos días, conejito – le dije mimoso, mientras enredaba mis piernas con las de él.

- Buenos días, TaeTae – contesto mientras me acariciaba el abdomen. - No es que quiera echarte, pero lo mejor será que vuelvas a tu cuarto antes de que los demás se despierten.

La caricia me pareció íntima. Me acerqué a sus labios para besarlo y mordí su labio inferior. Nunca me cansaría de los labios de Jungkook. Tenían forma de beso, estaban deliciosamente hinchados y eran de un perfecto color rojizo. Dios... eran deliciosos. Sus manos viajaron a mis costillas y me sacaron de mi ensoñación.

- No quiero salir de esta cama jamás, pero tienes razón...

- ¿Hablaremos más tarde? – me preguntó mientras se tapaba la cara con la colcha.

Un abismo entre nosotros (Taekook +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora