El Comienzo del Juego (1)

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Advertencia: el abuso de smut perjudica la salud.Ok no pero trae mucho y al parecer en todo el fic, están advertidos.

Punto de vista de Lalisa Manobal

Nueva York,9:42 PM.

El viento helado de esa noche hizo que se me pusieran los pelos de punta. Restregué mis manos en mis brazos, cubiertos por la gruesa chaqueta negra para que me diese calor. Ya era bastante tarde y yo seguía metida en el cuartel de policía. Sacudí mi cabeza y me quité los guantes de la manos para coger mi paquete de cigarros. Necesitaba algo para acabar con mi ansiedad.

Era invierno, Nueva York estaba cubierto por una gruesa y fría capa de nieve. Particularmente a mi me encanta esta parte tan fría del año. Todavía podía ver algunos niños jugando a la guerra de bolas de nieve en medio del hielo de la casa del vecino. Peter, el pequeño, me vio a lo lejos y saludó con sus manos con efusividad.

-Hola, Lisa!- el chico rubio gritó

Sonreí y le saludé con la mano. El chico volvió su atención a la guerra de bolas de nieve. Cogí un cigarro para ponerlo entre mis labios, y también mi pequeño mechero con la bandera de los EEUU. Vi la chispa encenderse cuando pulsé el botón, hasta que se hizo fuego. Tan pronto como el cigarro se encendió, puse de nuevo el mechero en mi bolsillo. Atrapé el humo con la boca intensamente, sintiéndome bien rápidamente tras hacerlo.

Puta adicción.

Eché el humo de mis pulmones, que rápidamente se esparció por el aire frío de la noche. Necesitaba salir de ahí. Había tenido un día extremadamente largo en la comisaría. En aquel mismo momento, tenía un taco de folios con muchos casos para resolver. Robos, asesinatos, agresiones, pero todo me sabía a poco y no eran para nada satisfactorio. Era la comisaria en Mount Vernon, una pequeña ciudad de Westchester Country en el estado de Nueva York. Me encanta mi trabajo, pero en estas últimas semanas, todos los casis me venían pequeños. Me encantaba un buen reto, las situaciones que parecían imposibles de resolver y por desgracia, eso no me estaba pasando.

-Oficial Manobal?

-Si, Park?

-He dejado todos los casos archivados en tu escritorio. La mujer de antes está aquí otra vez y quiere presentar cargos contra su marido.

-Estás de coña, ¿No?-Le pregunté mirándoles directamente a los ojos.

Rosé Park sacudió la cabeza, encogiéndose de hombros.

-A esa mujer le encanta que le den palizas, la próxima vez que venga a rellenar una queja sobre su marido, me encargaré personalmente de golpearla en su lugar.-Refunfuñé, ya irritada, haciendo reír a Park.

-Yo te aguardo las espaldas, Lisa.

Le dediqué una sonrisa y volví a fumar, ofreciéndoselo para que ella hiciera lo mismo. Se acercó y se apoyó en la pared que estaba yo, que por cierto, estaba fría como un témpano. Cogió el cigarro y se lo puso entre los labios. Rosé, era mi mejor amiga, ella trabajaba conmigo tan bien como una llave  y un candado, ella siempre ha sido mi hermana desde el instituto, donde nos conocimos. Desde entonces siempre hemos estado juntas en todo.

-¿Qué ha pasado?-Preguntó mirándome directamente con las cejas levantadas.

-He mandado nuestro curriculum a Nueva York hoy, y estoy un poco ansiosa por saber si nos van a llamar.

-Tú y tu sed de casos grandes...-susurró con el cigarro todavía en su boca.

-Me alegra que lo sepas, porque no aguanto ni un minuto más aquí.

-A mí me gusta estar aquí, pero entiende que quiero crecer como delegada. Y en este pueblo no seré capaz de hacerlo, ¡necesito más! Puede que sea duro, pero estoy segura que puedo hacerlo. Y tú también, Rosé.- Dije con sinceridad.

Jaque mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora