Rendición (10)

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Punto de vista de Jennie Kim



El fantasma de Rolls Royce manejó por las enormes puertas de mi casa sin prisa, siendo registrados previamente por los guardias de seguridad de dichas puertas. Christopher tenía su mano posada en mi muslo, haciendo pequeñas caricias. Le miré a la cara, iba sonriendo a pesar de su cansancio. Él me miró, para después bostezar por cuarta vez en menos de diez minutos. Le sonreí y me giré para ver a la mujer que tenía al otro lado. Lisa no me devolvió la mirada, probablemente estaba muy nerviosa con esta situación. Y yo tampoco es que estuviese muy tranquila, después de todo era la primera vez que drogaba a Christopher. Era la primera vez que iba a engañarle en nuestra propia casa.


-Hemos llegado.- dijo el hombre.


Carlos rápidamente se acercó a la puerta, abriéndola para que pudiésemos salir. Christopher salió del coche y como buen caballero me tendió su mano, y después hizo lo mismo con Lisa. Subimos las escaleras en completo silencio.


-Por fin, estaba cansadísimo. - dijo mientras se desabrochaba la americana.


-Creo que es hora de que me vaya. - Dijo Lisa. Me giré hacia ella, quien también recibió una mirada por parte de Christopher.


-No, tú te quedas. - Los ojos de la agente se posaron en los míos por un breve segundo.


-Es tarde, agente Manobal. Quédate, le pediré a alguien que te lleve a casa por la mañana. - Dijo mi marido con calma.


-Pero...


-No hay peros que valgan, querida. Te llevo a la habitación de invitados.


-Haz eso, cariño y después vuelve a la cama conmigo. - Dijo en medio de bostezos.


-Lo haré, mi amor. Me acerqué a Christopher y le di un beso breve en los labios, provocándole una sonrisa. Daría lo que fuera por ver la cara de Lisa ahora mismo, o por lo menos saber qué estaba pensando.


-Buenas noches, agente Manobal. - dijo antes de irse a la segunda planta.


-Buenas noches, señor Collins. Una vez Christopher desapareció por el final de las escaleras, devolví mi atención a Lisa. Nos quedamos mirándonos sin decir absolutamente nada. La atmósfera parecía pesada y muy intensa.


-Te mostraré tu habitación.


-Me voy. - Dijo Lisa mientras se marchaba tranquilamente.


-No, no te vas. - Le agarré del brazo rápido, haciendo que su cuerpo parase.


-Sí, sí me voy.


-¿Tienes miedo de mi, agente Manobal? - Lisa giró su cuerpo hacia mi. Tenía el ceño fruncido.


-No te tengo miedo, Jennie.- Su voz sonó profunda, ronca, sexy.


-Genial, entonces quédate. - Lisa suspiró, todavía mirándome. No me atreví a mirar a otro lado. Le mostraría que era fuerte.


-Está bien, Sra. Collins. - Sonreí con suficiencia, pero no dije nada. Simplemente me giré, dándole la espalda a la morena y me dirigí a los pasillos. Lisa me siguió, andando poco detrás. Había dos habitaciones para invitados en esa casa. Una estaba en la segunda planta, al lado de mi habitación y la de Christopher, y la otra estaba en la planta de abajo. Lisa se iba a quedar en la segunda.


-Te quedarás en esta. - Dije entrando el cuarto donde la mujer se quedaría.


Lisa echó un vistazo alrededor, probablemente dándose cuenta de lo grande y lujosa que era. Después sus ojos encontraron los míos.


Jaque mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora