Debilidad (6)

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Lalisa Manobal POV


El jardinero que tenía una buena edad, cortó las ramas que estaban fuera de lugar en el patio delantero. La mansión Collins tenía una enorme extensión de tierra, un muy bien cuidado césped, y una hermosa fuente en el centro del espacio, donde a cada instante  caía agua, repetidamente. El hombre parecía concentrado en su trabajo, lo que atrajo mi atención hasta que oí la voz aterciopelada en el fondo.


-Agente Manobal.


Sentí que un escalofrío corría por mi cuello tan pronto como sentía que la mujer se acercaba. Me volví para mirar a la morena, cruzando la vista más tentadora esa mañana. Tragué con dificultad, dejando que mis débiles ojos analizaran cada pequeño detalle de la coreana.


-Ruby. –Fue lo que pude pronunciar. La mujer curvó la comisura de sus labios en una sonrisa cínica, probablemente dándose cuenta de cómo prácticamente la tragué con mis ojos. En mi defensa, traté de usar todas mis fuerzas y el fragmento de cordura que me quedaba. Jennie estaba en este instante justo delante de mí, usando sólo pantalones cortos y una pequeña camiseta que cubría sus pechos. Tenía una toalla blanca en las manos, que se deslizaba delicadamente en su cuello, donde las pequeñas gotas de sudor corrían.


-Quiero decir... Sra. Collins.


Su suave estómago estaba mostrándose completamente ante mis ojos, igual que la parte superior de sus pechos. El top tenía un hermoso escote, podría decir. Se notaba cómo la coreana prestaba cierta atención a su físico, el cuerpo de Jennie era simplemente envidiable, sin embargo para mí era delicioso. No, Lisa.


-Kim, Lisa. Sra. Kim. - ella corrigió. -De todos modos, ¿a qué debo el honor de tu visita en mi casa?


Debo haber pestañeado más veces de lo habitual, porque Jennie sonrió ampliamente antes de acercarse a la ventana.


- Estoy aquí para trabajar, señora Kim. Fui temporalmente elegida para ser tu guardia de seguridad privado.


-¿Temporalmente?


Jennnie deslizó la toalla sobre sus pechos, atrayendo mis ojos tercos que se fijaban en ellos. Sacudí la cabeza y dirigí mi atención a una esquina aleatoria de la casa.


-Sí, hasta que encuentren un sustituto.


La morena asintió con una sonrisa incrédula. ¿En dónde te metes, Lisa?


-Esto será interesante.


-¿Qué? - Yo me hice la tonta.


Los ojos castaños de Jennie se fijaron en mí, y su expresión se suavizó.


- Nada, Manobal. Necesitamos hablar mejor, quiero saber cómo funcionará esto.


-Por supuesto, puedo explicarlo. - Hablé alejándome de ella.


Sería cómico si no fuera trágico. Quería mantenerme alejada de lo que podía perturbarme allí, pero sería imposible.

Jaque mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora