Suiza Pt. 2 (16)

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POV Lisa Manobal

Zúrich era una ciudad hermosa, confieso que el invierno lo hacía más encantador. Ver los edificios cubiertos por una capa de nieve le daba un aire tranquilo al lugar. Me quedé por unos minutos en el balcón de la habitación, solo mirando el tráfico de los autos y el movimiento de la gente alrededor, mientras Jennie terminaba de arreglarse. Nos estábamos preparando para partir a Saint Moritz, un pequeño pueblo en Suiza, que según la latina estaba a dos horas y media desde donde estábamos. No podíamos alejarnos del centro de Suiza, ya que todavía tenía asuntos de los que encargarme con UBS. El entusiasmo por finalmente descubrir el nombre del dueño de la millonaria cuenta me estaba consumiendo; mi cerebro parecía trabajar a todo momento analizando todas las probabilidades que existían en esa respuesta. Los únicos minutos en los que mis pensamientos no estaban ocupados en la investigación era cuando estaban perdidos en la mujer que me acompañaba. Jennie y yo ni siquiera habíamos tenido sexo ni una vez desde que pusimos un pie en Suiza, incluso teniendo grandes oportunidades desde lejos, no lo hicimos. No por falta de deseo, pero, bueno... No sé porque.

Froté mis manos en mis brazos, generando fricción para calentarme. Caminé devuelta a la suite, viendo a Jennie en frente del espejo. La morena llevaba una blusa blanca con mangas largas, pantalones negros de cintura alta con tirantes como accesorios; en sus pies llevaba zapatos cerrados negros. Tenía el cabello suelto y ondulado, cayendo perfectamente en su espalda. En su cabeza una delicada boina roja, dándole a la latina más carisma.

- ¿Estás lista? – Preguntó mientras se giraba hacia mí.

-Solo te estaba esperando.

Jennie estiró su mano para tomar el abrigo negro del tocador de enfrente de ella. Se lo puso rápidamente para protegerse del frío, después tomó la bufanda negra que estaba en el tocador junto a la prenda que se puso segundos atrás, y después caminó hacia mí. Delicadamente, la morena puso el accesorio en mi cuello, envolviendo la delicada prenda alrededor de mi cuello una sola vez.

-Estoy lista. – Dijo mientras me miraba.

-Entonces vámonos.

Dejamos el hotel rápidamente mientras unos de los empleados ponían nuestro equipaje en el auto. Jennie parecía emocionada sobre la idea de ir a otra ciudad, porque sus sonrisas eran amplias y amables. El ambiente entre ambas no era uno provocador, mucho menos uno sexual, al contrario, desde que llegamos a Suiza todo era tranquilo.

- ¿Dónde está el conductor? – Pregunté en cuanto nos acercamos al vehículo.

-Esta vez no tenemos un conductor. Seremos solo tú y yo. – Dijo sonriendo. - ¿Quieres conducir?

Ni siquiera me dio tiempo a responder, solo tiró la pequeña llave del Range Rover Evoque gris hacía mí. El viaje fue largo y cansado, ya que tenía que prestar atención extra debido a la nublada mañana. Como sea, Jennie se hizo cargo de mantener una conversación casual conmigo para que así permaneciese atenta a la carretera. Estábamos llegando a Saint Moritz, la ciudad era mucho más pequeña que Zúrich y los pocos edificios no muy altos en medio de los Alpes suizos en el fondo, proporcionando un realmente maravilloso paisaje. Jennie estaba visiblemente distraída ante la imagen privilegiada que tenía Saint Moritz, sus ojos no perdieron la atención de la ventana ni un segundo. Hoy a diferencia de otros días, la morena parecía diferente. Puede sonar loco, pero Jennie en esos instantes había perdido su aire superior y su visible ego exagerado. Quité mis ojos la carretera y los puse en la morena por un segundo, y como si no pudiese contenerme, una sola palabra salió de mis labios:

Jaque mateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora