C A T O R C E

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Seokjin no pudo evitar la sonrisa en su cara cuando Namjoon le dijo que lo mantendría a salvo y le aseguró que estaría allí pronto. Su Amo lo amaba. Namjoon había dicho las palabras, y él había sentido la emoción tras esas palabras.

Namjoon las quería decir.

Quería chillar de alegría y gritarla al mundo, pero sabía que no podía. Algo le decía que mantuviera en secreto lo de poder hablar telepáticamente con Namjoon. No creía que fuera un problema para Jimin, ya que probablemente le pasaba lo mismo con Taehyung, pero nadie más tenía que saberlo de momento.

—Entonces, ¿cuál es el plan, Seokjin? —susurró Yugyeom—. ¿Cómo vamos a salir de aquí?

Volvió la cabeza para ver a Yugyeom y al hombre envuelto en sus brazos mirándolo a través de los barrotes de la celda. No estaba seguro de qué decirle a Yugyeom. Sabía que permanecer en sus celdas no era una buena idea, pero también quería estar en algún lugar en el que Namjoon pudiera encontrarlo.

—Si todos desactivamos las cámaras al mismo tiempo que pueda salir de mi celda. Cuando vengan a ver lo que ocurrió con las cámaras podría ser capaz de golpear a uno y conseguir las llaves.

No sonaba como un gran plan, pero era uno. Seokjin no podía sentarse allí y esperar a que Namjoon viniera, no importaba lo mucho que lo deseara. Sabía que debía ser activo en su propia liberación.

Namjoon lo encontraría alguna manera.

Yugyeom no parecía convencido, y el hombre gato, por la forma en que estaba riéndose, pensaba que la idea era absolutamente ridícula. Seokjin no podía pensar en ninguna otra. Necesitaba las llaves para abrir las demás celdas.

—¿Y cómo vas a salir de tu celda, esclavo?

Seokjin gruñó bajo en su garganta mientras levantaba la cabeza y miraba al hombre gato. —No soy un esclavo.

El hombre sonrió a través de los barrotes que los separaban. —Seguro como la mierda que eso es lo que me pareces.

—Y eso solo sirve para demostrar lo listo que eres. —Tenía la imperiosa necesidad de golpear al hombre en la cara, con garras y todo—. Namjoon me dijo que ya no tenía que ser un esclavo nunca más, y que podía tomar mis propias decisiones. Nadie tiene que decirme qué hacer.

—¿Y dónde está ese genial Namjoon tuyo?

Seokjin sonrió porque no podía hacer otra cosa. Namjoon era genial. —Ya viene.

—¿Namjoon viene? —preguntó Yugyeom, pasando su atención del hombre gato a Seokjin—. ¿Cómo lo sabes?

—Lo sé. —Todavía no estaba listo para admitir cómo lo sabía. Algún cosquilleo en la parte trasera del cerebro aún le decían que nadie más necesitaba saber que podía hablar mentalmente con su pareja—. Namjoon nunca me dejaría aquí para ser utilizado como un esclavo otra vez.

硕珍的乐趣² [ NamJin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora