s e i s☆

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«¡Bucky!» Despertando de golpe, James siente la necesidad de tomar una gran bocanada de aire para llenar sus pulmones, haciendo que su pecho se expanda de manera exagerada. Debía recordarse, en ese pequeño espacio entre su pesadilla y la realidad, que ahora estaba bien. Se encontraba en un lugar seguro, no en el laboratorio en Siberia o cayendo de un tren. Sin embargo, la voz de Steve gritando por él mientras caía a la nieve fría, resonaba punzante en su cabeza. Recordar ese momento siempre sería doloroso, había sido el comienzo de su tortura, si no hubiera caído de ese vagón no hubiera pasado por todo lo que lo nazis le hicieron. En ningún momento culpaba a Steve, pero sí a sí mismo.

—Buck. —la voz adormilada de la persona acostada detrás de él le hace sentirse nervioso, no le gustaba molestar el sueño de Steve por sus pesadillas productos de los recuerdos de su pasado. No podía cambiar nada de eso, pero aunque lo aceptara, no podía olvidarlo. Como deseaba olvidarlo, sobre todo el grito de Steve aquel día. Sería lo último que escucharía de él en un buen tiempo, siempre le persiguió. Cuando despertó, encontrando que estaba vivo, se sintió culpable al recordar a Steve; sin poder escapar e ir con él, demostrarle que estaba bien, que no había muerto por su culpa. Porque, conocía bien a su amigo, sabía que se culparía por su caída. —¿Estás bien? —una mano tibia se posa en su hombro, lo que le produce un pequeño escalofrío, aún seguía perturbado por la pesadilla.

Steve, quien había estado durmiendo, se despertó cuando sintió a su compañero dar un pequeño respingo. Sabía que había despertado de alguna pesadilla, conocía demasiado bien a Bucky, cada pequeño detalle. Y aunque las pesadillas habían disminuido bastante, sabía que aún seguían allí para despertarlo a mitad de la noche. Agradecía que, por lo menos, ahora era menos agresivo al hacerlo. Sin embargo, a veces eso le molestaba. Bucky se quedaba congelado mirando un punto en alguna zona de la habitación hasta que el sentimiento desagradable se le pasara, no diría nada, batallando con el pasado en silencio. Reprochandose cosas que no eran su culpa, lo sabía.

—Si. —era una mentira, el rubio en la cama lo sabía.

—Buck. —Steve nombra. —Ven aquí. —luego utiliza su mano en el hombro del castaño para guiarlo a que diera la vuelta y le viera, en lugar de seguir dándole la espalda. Cuando Barnes lo hace, evita su mirada. —¿Quieres decirme qué soñaste? —pregunta suavemente. Si Bucky no quiere hablar, no lo presionará, pero necesita que lo diga con palabras.

James duda en si decirle o no. Primero, es una tontería. Pero, sin embargo y segundo, si no lo hacía entonces Steve estaría inquieto. Suspirando, cierra los ojos por unos segundos. No se sorprende cuando siente una gentil caricia en su mejilla, haciéndolo sonreír por medio segundo antes de abrir los ojos y enfocar la vista en la mirada azulada de Steve, quien espera pacientemente a que diga algo. Bucky ni siquiera sabe qué hora es, pero debe ser demasiado tarde para estar hablado de cosas infantiles como una pesadilla.

—El momento en el tren. —pero aún así allí está, contándole a Steve lo que le hizo despertar tan alterado. —Cuando... No pude sugetar tu mano y caí. —era uno de los recuerdos que más le atormentaba. La sensación de caída, la voz de Steve, la nieve...

—Está bien, Bucky. —Steve le consuela, se ha vuelto bastante bueno en eso. —Estas aquí conmigo. —le recuerda mientras ahora acaricia su brazo. —Y no pienso volver a permitir que caigas de ningún lado. —la mano de Rogers alcanza la de Barnes en medio de ellos, entrelazando sus dedos. —Nunca te soltaré. —dice en un sentido más sentimental que literal, pero no cree que deba explicarlo.

Barnes sonríe, aliviado, se siente mejor sosteniendo la mano de Steve. —Volvamos a dormir. —propone, acercándose un poco más al pecho del rubio frente a él sin soltar sus manos.

—¿Seguro? —Rogers cuestiona suavemente, ganándose un pequeño asentimiento y las buenas noches.

Steve se mantiene viendo el rostro de Barnes hasta que se relaja y está seguro de que se a quedado dormido. Es sólo entonces que él también decide seguir durmiendo, sintiéndose seguro de que Bucky está bien. Ambos se quedan dormidos tomados de las manos, lo que genera paz a sus mentes inconscientes. Steve sueña con un Bucky feliz, un Bucky salvado a tiempo. Mientras, Barnes sueña con como hubiera sido el pasado si Steve lo hubiera atrapado a tiempo y, aunque es increíble, cuando despierta piensa que de todas formas no cambiaría su presente.

Sostener la mano de Steve entonces se vuelve algo necesario para poder descansar bien, por lo que Bucky comenzó a esperar a su mejor amigo y pareja para dormir juntos, tomados de las manos para espantar los malos recuerdos. Cuando Steve estaba en alguna misión, evitaba dormir, sólo cuando era demasiado tomaba pequeña siestas a las que no le daba la oportunidad de atormentarlo. Incluso cuando iban a misiones juntos y se quedaban dormidos uno al lado del otro, tomaban sus manos. Por supuesto que se ganó algunas burlas amistosas de sus amigos las primeras veces, pero no les importaba demostrar esos pequeños gestos entre ellos. Ya no estaban en los cuarenta.

O.S 🌸 [stucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora