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__φ(..;)

Nota: este capítulo tiene algo de contenido +18, puede omitirse si así se desea.

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-Debe ser Luffy, iré a abrir- informó Zoro a su padre en cuanto el timbre sonó.

-Holaa Zoro!- y efectivamente, era aquel alegre chiquillo quien le esperaba fuera de su casa.

-Oi... que son todas esas bolsas?- preguntó el mayor al observar que su novio cargaba con tres grandes bolsas en cada mano, sumándole a la enorme mochila en su espalda.

-Es comida, Sabo y Ace me la dieron antes de salir de casa, dijeron que era lo necesario para que sobreviviera shishishi

-Ya veo- Luffy solo pasaría un fin de semana con él, pero estaba de acuerdo con sus cuñados en que esa comida apenas y seria suficiente para éste, sin embargo eso estaba de más, Zoro ya se había anticipado a ello llenando por completo la alacena, con uno novio que come como si fueran diez, la comida núnca sería suficiente
-Déjame ayudarte- dijo el peliverde, y antes de que el azabache le respondiese, Zoro ya tenía en las manos la mitad de la carga.
Entraron a la casa y llevaron las pesadas bolsas hacia la cocina, ya más tarde tendrían que acomodar eso; ambos se dirigieron a la sala donde el padre del peliverde apareció con una pequeña maleta.

-Buenas tardes!- saludo amablemente el menor

-Hola Luffy- Mihawk le devolvió el saludo al enérgico chico -Hijo ya es hora de irme- dijo mirando el reloj que portaba en la muñeca -Por favor no vayan a comer demasiada comida chatarra, no se duerman tan tarde, portense bien y usen protección por cualquier cosa, no quiero ser un abuelo joven- le costaba decir eso último pero vamos, su hijo ya no era un niño y además, dejar solos a dos adolescentes por un fin de semana, que cosas no podrían pasar?

-N-no digas tonterias!- un poco avergonzado, Zoro se acercó hasta él para darle un abrazo de despedida -Que te vaya bien- le deseo suerte en el viaje de negocios que estaba por tomar.

-Gracias hijo- abrazó un poco más a su niño antes de acercarse a la puerta

-No vayan a destruir la casa y Luffy... cuida de mi hijo

-Lo haré!, que le vaya bien suegro!-
una punzada paso por el corazón de Mihawk, aún no se acostumbra del todo a ser llamado de esa forma, sin más remedio salió de la casa para subir a su auto, tenía el tiempo necesario para llegar a la ciudad vecina y prepararse antes de su junta.

-Creo que le agrado a tu papá, me dejó quedarme estos días contigo Zoro- exclamó contento el azabache antes de tirarse en el sillón.

-Lo sé, no pensé que fuera tan permisivo- imitando a Luffy se sentó en aquel mueble.

-Zoro...- llamó el pelinegro para que nombrado le prestace atención

-Qué?

-Contra quien tenemos que pelear?

-Qué?- volvió a formular la misma pregunta por segunda vez.

-Tú papá dijo que usáramos protección- mencionó recordando las palabras de su suegro.

𝑇𝑢 𝐷𝑢𝑙𝑐𝑒 𝐴𝑟𝑜𝑚𝑎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora