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Abundante de vegetación compuesta de plantas herbáceas, secos arbustos, árboles aislados y el clima siempre seco era hábitat de aquel ejemplar. Todos veían su andanza bamboleante, enormes patas rígidas, engatuzante cola, majestuosa melena dorada, y la cabeza siempre en alto. Así era Mingi, un hijo de la soledad, surcador de su propio destino. La sabana era testigo de su poderosísimo rugido cuando su instinto le hacía hacerle saber a todos su reinado en el lugar.

Incluso Yoongi que se lamía las patas luego de una buena cacería le seguía con la mirada admirando su andanza extrañándose del raro comportamiento del león desde que le había permitido entrar a su territorio. Los de su propia especie eran de naturaleza solitarios, sin embargo en un león era de extrañarse verle por su propia cuenta, sin más compañía que su valor indómito. 

Jongho que había construido junto a su grupo una red de madrigueras solía sacar su terrosa cabecita con las diminutas patas juntas para presenciar esa negra pelambre detrás de las orejas de Mingi. Los vientos de la pradera tenían razón, jamás se había presenciado tal predador sublime; observando siempre de lejos con orejas atentas la pequeña suricata se había escondido de nueva cuenta a los túneles por las vibraciones de sus pesadas patas sobre la tierra.

Cuando la tarde caía un Mingi saciado de su última presa se limpiaba los restos del hocico con el ocaso que le alumbraba los colmillos cuando de pronto llegó a su olfato un olor que le hizo bramar amenazante. El olor provenía de intrusos en su territorio, levantándose del sitio agudizó sus sentidos para dirigirse en dirección a los culpables de seguras horas limpieza de futuras heridas.

Iniciando su marcha en un típico troteo rítmico comenzó a rugir advertencias al aire alertando a toda la sabana de su presencia.

Yeosang quien se encontraba devorando el tierno pasto recién encontrado, levantó sus finas orejas localizando el rugido de Mingi unos kilómetros al sur quedándose inmóvil unos segundos mientras movía su hocico húmedo dilatando su nariz explorando el panorama. Cuándo ubicó a Mingi a lo lejos dio un salto y se internó al rebaño que se había alejado. Como gacela debía cuidar de sí mismo, siempre era perseguido por todos los carnívoros ¿Por qué tenía tantos enemigos? Daño no le hacía a nadie, ni siquiera a los pequeños roedores molestos que no le dejaban dormir por las noches.

Poco sabía el enorme placer con el que clavaban sus colmillos en esa suave y tierna carne que les hacía sentir cosquilleo en sus fauces cada que cazaban a uno de los suyos. Así era la cruda ley de la naturaleza porque así le habían impuesto su lugar en la cadena alimenticia.

Mingi mantenía su marcha demandante avanzando entre los secos arbustos a su paso. Al cabo de unos minutos dio con los intrusos que se encontraban en el borde de su territorio. Sacudiendo su esplendorosa melena lanzó rugidos al aire enterrando sus garras en la árida tierra ante al ejemplar que se encontraba jadeando enseñando los colmillos en señal de desafío por el lugar.

Olfateando un poco más percibió en el aire un olor metálico que le hizo bufar extrañado ya que no le pertenecía a su retador. El león contrario lo miraba con atención, analizaba a Mingi y a sus cicatrices que evidenciaban la experiencia en batallas, así como la oscura melena que era símbolo de superioridad entre los de su especie, pero fue muy corto el tiempo que le pudo dedicar a sus observaciones cuando debía estar atento. Colmillos descubiertos se hicieron presentes y expectantes se rodeaban esperando el ataque o calculando darlo. La quijada de Mingi crujía de ansiedad ante un nuevo rival, pareciéndole la vida sedentaria muy precaria para sus instintos tan latentes. 

Con patas sigilosas, cola arqueada y los instintos vivos se lanzó al ataque desgarrando la piel del forastero del hocico como primer movimiento. El contrario lanzó sus mandíbulas con fuerza, pero Mingi había movido bruscamente cabeza y evitó los colmillos del enemigo. Zarpazos mordidas bajas, encajamiento de colmillos llenos de furia y nubes de polvo levantándose ambos rodaban en un vaivén de muerte.

━━━ • 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 | | 𝐘𝐔𝐍𝐆𝐈/𝐌𝐈𝐍𝐘𝐔𝐍  • ━━━Donde viven las historias. Descúbrelo ahora