♡ Capítulo 9 ♡

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SANA POV:

¿Qué es lo que estaba haciendo?

¿Por qué diablos estoy yendo hacia allá?

¿Qué es lo que estoy buscando?

¿Acaso estoy mal de la cabeza?

Tantas preguntas se me cruzaban por la cabeza, y lo que más me molestaba era que no podía darles respuesta a cada una de ellas; al menos no a las primeras tres.

Mi cerebro y corazón no estaban de acuerdo en ninguna de las decisiones que estaba tomando en este momento. No tenía control sobre mi propio cuerpo, mis emociones eran las que daban las órdenes ahora, y mi raciocinio debía obedecer. Nada nunca sale bien cuando estas son las que toman el control frente a las situaciones difíciles e importantes.

Todos mis pensamientos se desvanecieron al momento en el que me encontré frente al hospital en el que se supone, está Chou.

Ahora tenía una duda aún más grande que todas las demás. ¿Debería verla?
Yo no le debo absolutamente nada, está más que claro; pero aún así...

Me arrepiento de todo y tomo la decisión de dar la vuelta, lista para volver a casa.—¿Sana?—escucho mi nombre en una voz que reconozco fácilmente.—Sana, cariño. ¡Qué sorpresa!

Me giro y veo a una mujer con cabello negro bien peinado y bata blanca que cubría parte de su uniforme azul. Tenía el apellido "Kim" bordado en él. Era ni más ni menos que la madre de Dahyun.

—Hola, señora Kim. Lindo día—le sonrío mientras me acerco a darle un beso en su mejilla.

—Hola, preciosa. ¿Cómo estás? ¿Dahyun te mandó a algo? Te juro por Dios que si es así, la voy a matar. ¿Cómo se le ocurre darle sus obligaciones a alguien más?

—N-no, no se preocupe, no es así.—la interrumpo y tomo una respiración mientras busco una mentira que me ayude— Vine a verla. Dahyun nos contó que usted ha estado trabajando mucho estos días y no tiene tiempo para comer bien, entonces le traje un...—me detuve en cuanto recordé que no traía nada conmigo.

—¿Un qué, cariño?—me miró con una sonrisa muy tierna, bastante característica de la familia Kim.

Al parecer, era cierto que no se me da bien el mentir. Momo dice que es una maldición, pero Dahyun opina que es más bien una bendición.

—Un pastel... No lo compré, porque quería preguntarle en persona cuál le gustaría, no quiero traerle uno que no le guste...—mi nerviosismo era bastante notorio, pero la madre de Dahyun simplemente sonrió y asintió.

—No tenías que haber venido hasta acá para eso, dulzura, pudiste haberle preguntado a Dahyun.

—Simplemente me pareció un lindo detalle—no podía más con la mentira.

—No pasa nada, Sana. Es un muy lindo detalle.— la alarma de su reloj se hizo presente, seguramente indicándole que tenía que irse— Cariño, mi descanso terminó, debo volver ahora.—se acerca a abrazarme—Un gusto verte hoy, querida. Pásate por la casa cuando quieras.

Yo asiento y sonrío mientras me despido con la mano. Cuando la mamá de Dahyun desapareció de mi vista; con un mal sabor de boca, abandoné aquel lugar.

ENAMÓRATE -SaTzu- (g!p) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora