ENAMÓRATE -SaTzu- (g!p)

♡ Capítulo 10 ♡

TZUYU POV:

Un espresso recién hecho, corte de atún rojo a la parrilla acompañado de un croissant relleno de fresas y natilla como postre. Mi desayuno favorito, si me lo preguntan.

—Señorita Chou, ¿necesita algo más?—preguntó Benito, mi chef personal traído desde México.

—¿Todo está listo para hoy?

—Sí, todo.

—Gracias. Puedes retirarte.

Benito hace una reverencia y sale, dejándome con la increíble obra de arte culinaria que había preparado. No pude haber elegido mejor chef, debo alardear.

En cuanto terminé de saciar mi muy notable hambre, tomé mi celular y miré la hora; eran casi las nueve de la mañana y una invitada muy especial estaría llegando a las dos de la tarde. Tengo más que tiempo suficiente para preparar lo que vendrá.

—Bang.

—Diga, señorita Chou.

—¿Trajiste lo que te pedí?

—Así es.

—Muéstramelo.

La maravilla que estaba frente a mis ojos ahora mismo, era inigualable. Simplemente hermoso cada detalle de esta preciosa pieza que yo había elegido por algo muy en particular.

—¿Hubo algún problema al traerlo?—pregunté.

—Parte de los inversionistas de la India y Japón no estuvieron de acuerdo en el trato que ofreció para quedarse con él, pero parece que ahora están más tranquilos con su nueva oferta.

Doy un asentamiento—Eso debería bastar por ahora.

—¿Debería empezar a poner en marcha la propuesta que les dió?

—No, no este día. Hoy es importante para mí y no quiero que nada salga mal. ¿Quedó claro?

—Por supuesto, señorita Chou.

—Tengo que seguir preparando las cosas.  Ve a casa y tómate un descanso; regresa el lunes, con tu horario de siempre.

—Entendido, muchas gracias.—se inclina en señal de respeto y se retira.

Todo está casi listo, y solo espero que esto sea suficiente para ella. Pensé.

[...]

Salí de la ducha y lo primero que vi encima de mi cama fue un traje de color negro bien planchado, cortesía de la mucama.

Los trajes no son muy de mi agrado, pero no hay muchas posibilidades cuando eres una mujer con un miembro masculino. Así que muchos de los vestidos que me gustaría usar, quedan completamente descartados. No soy una maldita exhibicionista.

Minutos después, terminé de alistarme y proseguí a bajar a la cocina para dar un último vistazo al banquete que le ordené a Benito que realizara. Un menú digno de despedida para mi invitada, sin duda.