XV. [Dulce amanecer]

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– ¡Y que si me muero sea de amor, y si me enamoro sea de vos y que de tu voz sea este corazón, TODOS LOS DÍAS A DIOS LE PID-!

– ¡¿POR QUÉ HACES RUIDO TAN TEMPRANO?!


Jimin veía furioso al menor, quien con toda la tranquilidad del mundo se acerco a la radio para bajar el volumen. Era jueves por la mañana, y si bien la empresa les había dado el día pues no había más actividades por cubrir, ¡eso no le daba el derecho a Jungkook a interrumpir su día de descanso!


El rubio gira frustrado y observa al pequeño Jungwoo en su portabebés con los ojos bien abiertos viendo a ambos adultos.


– Por Dios, Jungkook. – Se acerca y carga a su sobrino sobándole la espaldita. – ¿El médico no les había dicho que no lo expusieran a ruidos fuertes?

– No. Dijo que teníamos que irlo ambientando.

– ¡Si pero no de está forma!


Jungkook le tira a loco y vuelve a subirle el volumen a la bocina, ahora no tan fuerte como antes, pero si lo suficiente para que se escuchara a pesar de todo el tiradero de sartenes que estaba haciendo.


Jimin rueda los ojos y se acerca con el bebé en brazos; asegurándose de no estar muy cerca de la estufa encendida.


– ¿A qué se debe todo este alboroto?

– ¿Qué alboroto? – Le responde el pelinegro quien esta a toda prisa moviendo tres sartenes diferentes y viendo como se le empezaba a pegar el pan brioche en el comal.

– Mmh... este de aquí. – Apunta a toda la cocina pero Jungkook le ignora. – Al menos podrías responder para ayudarte, ¿sabes?

– Es un desayuno para Tae.

– ¿Tae? ¿Y eso? – El bebé extiende las manos hacia las salchichas que salpicaban aceite por todos lados, y Jimin asustado se aleja si acaso tres metros de ahí. – No me digas que de nuevo la regaste y tienes que contentarlo.

– No. Estamos bien, hyung. – Finalmente termina de hacerse el postre de arroz que tenia a fuego bajo. Lo saca del sartén y emplata, colocándole al lado dos trozos de salchicha, un pan brioche bañado con aceite de oliva y especias; y sobre una bandeja coloca el plato más el licuado de fresa y yakult que tanto adoraba su novio. – Simplemente quería sorprenderlo.

– Bueno, a quien vas a sorprender es a los hyungs cuando se despierten y vean el desastre que dejaste en la cocina.


Jungkook sonríe avergonzado pero le promete a Jimin que bajara a limpiar todo antes de que los chicos despierten. El pelinegro sube las escaleras una vez se asegura que Jimin cuidara a su pequeño, aunque no necesito pedírselo, sin poderle siquiera sugerir la idea, el rubio ya había escapado hacia su habitación con el bebé en brazos.


Aunque Jimin cuidando de Jungwoo podría serle de mucha ayuda en un futuro. Sin embargo no es momento para pensar en eso.


Abriendo la puerta con cuidado, Jungkook deja la bandeja de comida en el tocador de la recamara y se acerca a la cama; donde Taehyung, completamente dormido, le esperaba.

Bienvenido a la familia Jeon Kim || KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora