Demasiado bueno para ser verdad.

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Carlos tomaba sus cosas rápidamente mientras seguía escuchando las indicaciones que le había dejado Fred.

-Y recuerda, debes pasar por Charles también, de ahí ambos van a irse juntos hasta Austria.

Carlos sonrió al escuchar lo último, entonces tomó sus cosas rápidamente y las metió en su coche para irse lo más rápido posible.

Entonces en el camino recibió una llamada de Lando, la cual contestó en altavoz.

-¿Te acuerdas del plan o tenemos que repetirlo otra vez? -dijo el británico.

-Ya lo sé, tranquilo todo va a estar bien.

-Dile a Carlos que dónde eche a perderlo todo me debe $500 -se escuchó la voz de Yuki.

-No voy a echar a perder nada -dijo entre molesto y divertido.

-Ajá, como la vez de España -la voz de Sergio sonó.

-¿Hay reunión de víboras hoy? Es que no me invitaron -habló el español divertido.

-No, porque no está Lance -dijo Pierre.

Carlos no pudo evitar soltar una carcajada, al llegar al hotel dónde se encontraba el monegasco el español colgó su llamada.

No quería que Charles escuchará las estupideces que hablaban sus amigos, porque en primera sería vergonzoso y lo segundo era que podía pensar que estaba loco.

Claro que lo último si era verdad, estaba loco por él.

Y el mundo se detuvo por un instante, cuando vió salir a cierto chico monegasco de ojos verdes y rostro divino, era un ángel, era la más hermosa de todas las criaturas.

Carlos salió rápidamente de su automóvil y corrió dónde se encontraban esos bellísimos ojos verdes.

-¡Charlie! -sonrió Carlos.

-¡Hola, Carlos! ¿Listo para el gran premio de Austria?

Esa voz, esa voz era la mejor de las melodías escuchada para el moreno.

-Sí, Fred me pidió que pasara por ti para llegar juntos a Austria -sonrió el español.

Le ayudó a meter su equipaje al menor, ya ambos en el auto y con rumbo al aeropuerto hablaron e hicieron bromas.

Carlos amaba la compañía de Charles, era divertido, siempre tenía algo que decir y hacía que su corazón se aceleré como un loco.

El español miraba fascinado al monegasco ¿Cómo era que se veía tan bien? Pero claro, era Charles Leclerc, su más grande crush y el chico más precioso del universo.

-Hey, ¿qué estabas escuchando? -dijo Charles y al momento de encender la radio se escuchó Cake by The Ocean, entonces Charles sonrió y empezó a cantar a todo pulmón.

Así Charles se apoderó del control de la música, a Carlos no le molestaba en lo más mínimo, es más, Charles podía ir a matar gente sin motivos y el español lo iba a defender de todo, de todos.

Los ojos de Carlos estaban en dos cosas solamente, en el camino y en Charles cantando felizmente.

Su corazón saltaba de amor, por supuesto que para nadie en todo el paddock era un secreto que el madrileño estuviera enamorado del monegasco.

El único que no lo sabía era Charles, incluso personas como Toto, Christian, Fred y Gunter ya sabían del chisme.

Y Carlos había ideado mil planes junto con sus amigos para conquistar al menor, la mayoría simplemente eran un desastre porque Charles siempre lo veía hacer el ridículo y se reía como nunca.

⟶Charlos. ♡ Can't Take My Eyes Off You.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora