Una semana mas tarde, gran parte de los alumnos estaban planeando una huida del colegio, sentían mucho pero que mucho odio hacia los maestros ya que en las clases solo habian hecho entrenamiento físico, es decir: correr, pessas, abdominales... En fin, no practicaban nada de magia, sino se dedicaban a fortalecer sus cuerpos.
Era la hora del desayuno y Vladimir de repente sacó el tema de la fuga del colegio:- Yo creo que deberíamos irnos de esta prisión. Dijo el muy convencido.
- Yo no me iré, todo este entrenamiento debe tener algún motivo. Se opuso Drareg.
- Eso crees? Dudó Sorana.
- Yo lo tengo clarísimo. Dijo Vladimir cansado de discutir. Yo esta noche me voy, si cambiáis de opinión estaré sobre las once de la noche delante la puerta del comedor.
El cogió el desayuno y se fue a comer en otra mesa enfadado y a la vez sorprendido por no compartir la misma opinión con ellos dos, ella, como era de esperar aprovechó la ocasión para sacarle información sobre Yuki, hasta le propuso de ir los dos con ella que estaba sola en la mesa de atrás, Drareg pasó pero Sorana se levantó y fue a charlar un poco con ella.Poco después, sonó el timbre e iniciaron el entrenamiento, esa vez a los maestros se les cruzaron los cables, les obligaron a ponerse un mono que pesaba por encima de los 50 quilos con la finalidad de soportar mucho peso para luego aumentar sus fuerzas, algunos como Vladimir lo lanzaron al suelo y pasaron de ponérselo y en cambio otros como Drareg y Yuki luego seguían haciendo ejercicio para mejorar, el miraba con pena a su amigo sentado en el banco llevándose las manos en la cabeza totalmente confuso y lleno de ira, fue Yuki quien intentó animarlo viendo a Drareg preocupado por el aunque sin mucho éxito con la charla ya que parte de lo que habia conseguido era cabrearlo aun mas.
Ya era de noche, las ajugas del reloj marcaban las veinte tres y algo, Vladimir dio un vistazo a la puerta del comedor y sorprendentemente vio dos sombras, eran la de sus dos amigos el se dirijo hacia ellos sorprendido por la aparición de Drareg.
- Sinceramente no esperaba encontraros.
- Yo no he venido aquí para ir contigo, vengó a decirte que me da exactamente igual el reto que me pongan porque confió en que ellos me van a convertir algún día en un mago decente.
- No tienes remedio... Dijo el tirando la toalla. Y tu que haces Sorana?
- No se. Dijo ella confusa observando a los dos chicos.
- Bueno, no me puedo permitir perder más tiempo, ya nos veremos. Dijo el finalmente tras chocar los cinco con su amigo.
Cogió la mochila donde tenía sus pertenencias y se dirigió hacia la puerta principal acompañado de sus colegas el decidido a abandonar aquel lugar que no hacia más que traerle malos recuerdos. Al instante, una silueta adulta les apareció en la puerta de salida con una llama en la mano para alumbrar e intentar identificar aquellos alumnos que querían escapar del centro.- Vaya vaya, pero a quien tenemos aquí?...
- I a ti que te importa. Dijo Vladimir de muy mala gana.
- Oye, ten un poco de respeto a tu superior, que passa? Es que eres tan débil que no aguantas ni las 2 primeras semanas? Vladimir cerró la boca y bajó la mirada ante su maestro asimilando que por ahora se le hacia imposible escapar. El mago dirigió la mirada hacia Drareg y preguntó con algunas dudas tras ver las ganas que le ponía esa mañana a las pesas:
- Tu también quieres escapar?
- No, yo he venido a acompañarle, no tengo la intención de irme. Dijo el muy seguro de si mismo.
- Vaya, creo que deberías de aprender de el. Refiriéndose a Drareg y Vladimir. Que elemento usas? Preguntó el interesado en el pequeño.
- El mismo que tu.
- Que bien! Será un placer tenerte en mis clases.
- Lo mismo digo.
Todos tiraron marcha atrás y se dirigieron a sus dormitorios confusos por la descomunal diferencia de actitud des de maestro hacia ambos alumnos, con uno muy educado y con el otro realmente estricto.- Aquí hay gato encerrado. Dijo Sorana en voz muy baja.