Capítulo 23

294 16 5
                                    

Llego al hospital de la agencia con una pinta digna de asesino, mi piel llena de sangre que no me pertenece, recordándome lo que acabo de hacer

Presiono un metal con fuego sobre distintas partes de su cuerpo, el fuego quema sobre su piel desnuda, escuchando sus gritos de dolor, se que me debería sentir culpable, ¿pero cómo hacerlo? Hace horas el era quien hacía gritar de dolor a mi chica

Más de un doctor me mira con horror y temor, y se que debería haberme limpiado antes de venir, sin embargo no aguantaba ni un maldito segundo más sin saber cómo seguía Isabella

—¿Que le hiciste?—me pregunta Cook, horrorizado con mi aspecto.—¿Lo mataste?

Yo solo asiento, sin entrar en detalles de cómo lo he hecho, ni como lo hice sufrir y suplicar antes de arrebatarle la vida, mucho menos diciéndole que no tengo ningún remordimiento

Hago que vomite sangre, y me aseguro de romper sus huesos uno por uno, fracturando todo lo que se pueda fracturar

—¿Como está Isabella?—pregunto antes de entrar a la habitación, para poder prepararme mentalmente

—Consiente, fuera de riesgo—dejó salir el aire que no tenia ni idea que estaba conteniendo.—Te dejare a solas con ella, aprovecharé de ir a comprar algo para comer

—Oye—le digo antes de entrar a la habitación.—Gracias por cuidarla mientras yo no estaba

—Es mi amiga—se encoge de hombros.—Siempre lo haré

El se marcha y yo entro a ver a Isabella, mi preciosa chica, tumbada en la camilla, con un suero conectado a la vena, su piel pálida y sus ojeras muestran lo agotada que está, pero sigue igual de hermosa

—Hola preciosa—ella alza sus ojos castaños ante el sonido de mi voz, a diferencia de los demás ella no me mira con horror, solo con preocupación

—¿Y a ti que te paso?—pregunta, escaneándome mientras me dirijo al lavamanos del lugar para quitar la sangre de mi piel.—¿Estas bien?

—Si pequeña, lo que quiero saber es ¿cómo estás tú?—termino de limpiarme y me acerco a su lado.—La verdad por favor

—Adolorida—admite, y yo veo las marcas en su cuerpo, donde fue golpeada con electricidad, mi estómago se retuerce.—Y con muchísimas ganas de ducharme... y me jode de vergüenza saber que me viste así

Se a lo que se refiere, se avergüenza de que la haya encontrado sobre su propio vomito, no tiene de que avergonzarse

—¿Tu crees que lo que pensaba en ese momento fue en que tan sucia estabas?—coloco mi mano con delicadeza sobre la suya.—Lo único que me importaba era que estuvieras bien

—¿Que ocurrió con Tomasso?—cuestiona y yo quito mi mano de la suya.—¿Que le hiciste?

—Le di lo que merecía—me encojo de hombros.—Ya no tendrás que volver a preocuparte de él

—¿Y qué pasará con la gente que traficaba?

—Mientras lo...—me rasco la garganta al ver su cara de desaprobación.—Mientras me ocupaba de él confesó una que otra cosa, pero le di toda la información a Henry, en este momento lo único que importa es tu recuperación

—¿Por que estás tan preocupado y gentil?—curiosea, ahí está mi chica preguntona

—Pensé que a estas alturas ya era más que obvio—no puedo negarlo más.—Yo también me estoy enamorando de ti pequeña

Su expresión es de obvia sorpresa, no la culpo, ni yo pensé que diría eso, ni mucho menos que era capaz de sentirlo

—¿Que te hizo cambiar de opinión?—murmura atónita

Entre espías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora