Capitulo 8

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Abro mis ojos de inmediato al escuchar esos gritos desesperados y agonizantes, me levanto del sofá sabiendo que no hay peligro, solo son los gritos de las pesadillas de Landon

No soy una insensible, por supuesto que me da pena escucharlo y verlo removerse en la cama en sufrimiento, sin embargo la vez que lo desperté de una de sus pesadillas me ahorco hasta dejarme sin aire, me intento matar, así que por más empatía que siento por el, se que el no quiere mi ayuda

Me sirvo un vaso de agua al perder el sueño, no puedo dejar de mirar a Robinson, debatiendo mentalmente si debería o no arriesgarme y ayudarlo, después de todo no ha sido más que un hijo de puta conmigo

—¡Puta mierda!—grita despertándose de un salto y mirando hacia todos lados, pareciera que aún no logra convencerse de que estaba teniendo una pesadilla

—Toma—le llevó el vaso de agua que al principio había servido para mi.—Fue una pesadilla, estás bien, bebé un poco de agua

Veo cómo mancho con sangre las sábanas por su herida suturada, pero no hago comentario al respecto

Me mira con el cabello desordenado y ojeras que demuestran que no ha podido descansar, ¿Hace cuánto que no puede dormir bien?

—Gracias—me sorprende que haya aceptado el agua que le tendí, y me sorprende mucho más que me haya dado las gracias de una manera que creo que es sincera.—¿Te desperté?

—Un poco—me encojo de hombros restándole importancia.—Pensé en despertarte pero me pediste que no lo volviera a hacer, ¿Puedo ayudarte de alguna manera?

—¿Por que querrías ayudarme Williamson?—se burla levemente, luego de beberse de golpe el agua del vaso.—No es que sea una persona precisamente agradable, y hace no mucho rato estaba comparando la mamada que me hiciste con las que me han hecho otras mujeres, vi en tu cara que eso te dolió, así que ¿por que? ¿por que ayudarme? ¿por que no aprovechas esta oportunidad para burlarte de como tengo pesadillas como si tuviera tres años?

—Puedes por favor no hablar de la ...—me sonrojo como tonta de solo pensarlo.—Solo no lo menciones, independientemente de lo innecesario que fue tu comentario, eres mi compañero, quiero ayudarte

—No quiero tu ayuda, solo ve a dormir

—No eres el único al que le cuesta conciliar el sueño—farfulló sin esperar a que me escuche pero obviamente lo hace

Me estaba apunto de ir al sofá pero el jala mi mano para que me quede y lo mire, lo cual hago, no por que quiera, por que sus ojos me hipnotizan con locura

—¿Tienes problemas para dormir?—pregunta curioso

—Por supuesto—me suelto de su agarre.—Mate a alguien, no es algo que ni cabeza deje pasar, cada vez que cierro los ojos observo el momento en el que arrebate su vida

—Estás exagerando, era un asesino a sueldo

—¿Tu crees que tú haces algo muy distinto que el?—graznó cuando veo que se comienza a burlar de mis sentimientos.—Es más, podría asegurar que mataste a más personas que el

Por un segundo me siento mal por lo que dije, pero no dura mucho cuando escucho su dolorosa pero verdadera respuesta

—En algo tienes razón—me mira seriamente, veo en sus ojos que me dirá algo hiriente.—Un asesino es un asesino, y parece que aún no te queda claro Isabella, pero ahora tu también entras en esa categoría, eres una asesina, al igual que yo, al igual que el que asesinaste, ¡Somos putos asesinos!

—Fue en defensa propia—repito las palabras que el en algún momento me dijo, con la voz rota, pero me esfuerzo en disimularla para que no tenga la satisfacción de ver el daño que me hace

Entre espías Donde viven las historias. Descúbrelo ahora