− ¿Así que New Paltz?
− New Paltz.- Amity se dejó caer junto a Luz en el sillón, mientras ella jugaba con Emma sobre su regazo.- ¿Estás de acuerdo?
− Pues... sí. Es un lugar lindo.
− Lo adoro. Es tan tierno, y tengo un empleo, y la gente es muy agradable, ¿y sabes cuál es la mejor parte?
− ¿Cuál? - Luz seguía jugueteando con las manitas de su hija, que estaba sentada en sus piernas frente a ella, babeando.
− No hay mafias aquí - susurró la peliverde, y Luz giró la cabeza para arquear una ceja en su dirección.
− Listilla.
− Te amo - con una risita, Amity se inclinó sobre su novia y besó su mejilla antes de ponerse de pie nuevamente y caminar hacia la cocina para terminar de acomodar los restos de la cena de esa noche.
Al pasar frente a Luz, esta estiró una mano y le pellizcó el trasero, haciéndola pegar un salto y soltar un chillido.
Amity la fulminó con la mirada de manera juguetona antes de entrar en la cocina.
− New Paltz será... - murmuró la ojimarron mientras depositaba a su hija sobre el carro y caminaba hacia donde estaba Amity.
– ¿Amy?
− ¿Sí?
− ¿Puedo hacerte una pregunta?
Amity la miró extrañada ante el evidente nerviosismo de la ojimarron, pero no dejó de refregar los platos.
− Claro, Lu.
Luz inspiró hondo, y comenzó a rebuscar algo en el bolsillo de sus jeans.
− ¿Podrías dejar los platos?
− ¿Qué-
− Amor, deja eso.- La peliverde le frunció el ceño, pero obedeció, dejando el plato a medio enjabonar y secándose las manos mientras se giraba hacia su novia.
− ¿Qué sucede?
− Bien... Iba a preguntártelo esta noche en algún restaurant, pero... no puedo esperar más.
− ¿Qué, amor?
Amity observó con los ojos como platos cómo Luz se ponía de rodillas frente a ella, alzando una pequeña caja negra frente a ella.
− Cásate conmigo.
El aire se le atascó en la garganta y los ojos se le llenaron de lágrimas.
− ¿Mi amor? - Luz observó, con un creciente nerviosismo como su novia abría y cerraba la boca sin decir nada - más te vale decir que sí.
Finalmente, la peliverde soltó una carcajada antes de acercarse a ella para acariciar sus mechones castaños.
− Mandona.
− Sí, lo soy.- Amity se mordió el labio inferior con fuerza, mientras lentamente se dejaba caer frente a ella, de rodillas también.- Todavía no me has respondido.
− Estoy disfrutando... creo que nunca te había visto tan nerviosa - murmuró juguetona, pegándose más a ella.
− Eres una mujer malvada.
− Aprendí de la mejor.- Luz rodó los ojos mientras abría la caja de terciopelo, revelando un anillo precioso.
− Cásate conmigo, mi amor.
Amity sonrió lentamente.
− Sí, amor, me casaré contigo.
Luz volvió a respirar profundamente desde que se había decidido a pedirle matrimonio, y colocó ceremonialmente el anillo en el dedo de su ahora prometida.
La rodeó con sus brazos, apretando sus nalgas.
− Te amo, cariño.
− Te amo todavía más, Noceda.
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6 años más tarde.
− Amity, ni se te ocurra.
La ahora peli-lila le frunció el ceño a su esposa, pero ignoró la orden y siguió encaminándose a la enorme piscina del jardín.
− Vuelve aquí ahora, maldita sea, podrías resbalarte y partirte el cráneo.
− No me caeré.
− Ese suelo es resbaloso - masculló Luz, indignada, caminando detrás de su esposa.
− No voy a quedarme allí adentro encerrada cuando tenemos esto en nuestro jardín, tengo calor - protestó, sin disminuir en su marcha.
− Ya te caíste aquí una vez, no seas cabezota.
− Eso fue hace tres años, y estaba distraída.
− Pero no estabas embarazada.
− Y justamente porque ahora estoy embarazada estaré más atenta.
Amity decidió no discutir cuando el brazo de su esposa rodeo su cintura, ayudándola a bajar los tres escalones que guiaban a su paraíso personal.
− Creo que soy la única estúpida a la que se le ocurre construir una piscina en un lugar en donde sale el sol dos veces al año.
− Sabes que lo hiciste para consentirnos a Emma y a mí, y te lo agradecemos mucho - respondió la peli-lila, melosa, mientras giraba el rostro para depositar un besito en la mandíbula de Luz.
Ella bufó.
− ¿Hablaste con Emma hoy? - preguntó, mientras veía a su testaruda mujer quitarse la enorme remera que llevaba puesta, revelando su vientre de ya siete meses.
− Sí, está feliz de pasar estas vacaciones con sus tíos, pero le he dicho que será sólo una semana. No puedo tenerla lejos de mí tanto tiempo.
Luz sonrió.
Su testaruda y sobreprotectora mujer. Cuánto la adoraba.
− ¡Amity!
Luz corrió hacia ella cuando la vio tambalearse levemente en el camino a la piscina, y la tomó de la cintura para estabilizarla.
− Luz, tranquilízate. A este paso, te llenarás de canas prematuramente, amor.
Luz bufó.
− Claro, y será culpa tuya.
Amity soltó una carcajada, girándose para besar sus labios brevemente.
− No puedes vivir sin mí - sentenció, antes de girarse y meter ambos pies en el primer escalón de la enorme piscina.
Luz la vio tantear el agua, y caminar de un lado al otro esperando a acostumbrase a la temperatura, mientras se acariciaba el vientre distraídamente, y se agachaba para quitar las pequeñas hojitas verdes que habían ido a parar allí dentro.
− No, no puedo... - susurró finalmente, antes de seguirla dentro del agua.
Fin
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Bueno hasta aquí está hermosa historia, gracias a todos los que estuvieron y están dando apoyo en "Suya" y "Mía" Espero y les halla gustado y fuera de su agrado.
Y una cosa más, estoy pensando en publicar una historia donde Luz y Amity son roommates, con Luz
G!P por cierto, que dicen, los estaré leyendo, nos vemos en otra historia.Atte: Pendeje_san
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MÍA | LUMITY G!P
RandomSecuela de "Suya" Luz Noceda tiene a su hija y al amor de su vida junto a ella. Nada puede andar mal... ¿o sí? En la mafia, los problemas no son algo que se ausenten por mucho tiempo, y cuando ciertas realidades golpean duro a la pareja, ¿podrán sob...